Hold me tighter (HMT2) » Suga;BTS✔

s i e t e

Después de presentarme en alto al resto de la clase al llegar diez minutos tarde y de estar dos horas cogiendo apuntes como una descosida, el profesor dio por concluida la clase. Algunos alumnos se acercaron a mí para estrechar mi mano con una sonrisa. Todos mis compañeros parecían simpáticos, aunque nada más vaciarse el aula, Joon empezó a soltar datos de interés sobre ellos, señalándolos discretamente con el dedo. Un tal Park sufría de depresiones cíclicas, una supuesta Hyoyeon estudiaba psicología sólo por acercarse a un profesor que le gustaba... Según Kangjoon, sólo un par de ellos eran verdaderos compañeros. El resto, simples personas que competían por tener las mejores calificaciones.

La única diferencia -además del idioma- que noté en la universidad de Seúl es que los alumnos eran mucho más competitivos que en Londres. Allí la mayoría de mis compañeros estudiaban para conseguir su meta de ser psicólogos, y en Seúl, sin embargo, parecía que simplemente lo hacían para ser mejor que el resto, no por vocación. A parte de eso, todo era prácticamente igual: gente de aquí para allá en los intercambios de clase, cafeterías cercanas llenas de estudiantes pidiendo café, gente sentada en el suelo estudiando en cada esquina de la facultad...

También me fijé en que Kangjoon cuidaba de mí. Su pequeñas acciones -como dejarme sus apuntes para completar los míos sin que se lo pidiera o decir a un tío baboso que me dejara en paz- me enternecían. Siempre había sabido que él había sentido algo por mí, pero cuando quise darme cuenta ya era demasiado tarde para preguntarle si yo le gustaba de verdad. Me di cuenta de que Joon tendía a ayudar mucho a las personas que eran amables con él, pero sentía que conmigo era diferente. Sentía que me escuchaba, que me sonreía y que me toleraba más que al resto. Y la muy estúpida de mí misma no le había agradecido que fuera tan atento conmigo, aunque quizá fue por no darle falsas esperanzas cuando yo estaba perdidita por Yoongi. Pensé por un instante qué hubiera sido de mí si en vez de salir con aquel cabronazo teñido hubiera sido la novia de Joon. A lo mejor él era un psicópata que fingía ser encantador y acababa descuartizándome y guardando mis extremidades en un congelador.

Decidí que, para darle las gracias por ayudarme en mi primer día de universidad, debía invitar a Kangjoon a comer antes de que empezaran nuestras clases por la tarde. Caminamos unos cuantos minutos con el fin de alejarnos de la zona estudiantil y evitar encuentros no deseados con otros alumnos. Al parecer, Joon no caía demasiado bien entre los chicos poque todas -o casi todas- las tías le tenían como su amor platónico número uno. No era de extrañar, Joon tenía unos ojos preciosos. Y era alto, de complexión atlética y además, era bastante simpático. Era normal que las chicas vieran en él el novio perfecto. Hasta yo estuve tentada.

Envié un mensaje a Jimin para preguntarle si también quería comida gratis. Me contestó con un escueto ''no'', aunque minutos después agregó un ''estoy MUY ocupado'', y más tarde me explicó que estaba con la rubia que tanto le gustaba del conservatorio. Le deseé suerte mientras Kangjoon pedía a la mujer que nos atendía media carta.

- Este sitio me recuerda a la cafetería donde trabajábamos. - dijo, señalando el lugar con la barbilla.

- Es verdad. Creo que hasta las sillas son iguales. - comenté, moviéndola de delante atrás. - ¿Ahora no trabajas?

Negó con la cabeza. - No, estoy en el hospital de Día del central. Cuido a los niños que se quedan allí.

Abrí ligeramente la boca, sorprendida. No me esperaba que Kangjoon trabajara allí, con niños. El hospital de Día era una forma sutil de llamar a la zona de rehabilitación del ala de psiquiatría y donde trabajaba mi madre. Normalmente, los pacientes que iban allí se quedaban unas horas para ser tratados y luego volvían a su casa, aunque últimamente también acudían para las llamadas terapias de grupo y a talleres que les ayudaban a rehabilitarse. Pero también había una sala, similar a una clase, donde niños con trastornos mentales varios podían quedarse si sus padres trabajaban por la mañana.