c a t o r c e

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Separó sus labios de los míos cuando yo ya les notaba algo entumecidos, despacio. Yoongi, sin embargo, dejó su mano sobre mi mentón, reacio a que yo me apartara de él. Pegó su frente contra la mía, suspirando. Pude notar su respiración algo agitada contra mi rostro. Después de un par de segundos, se dio cuenta de lo que acababa de hacer y se llevó la mano a la cabeza, riéndose. Se separó totalmente de mí, dándose la vuelta sobre el colchón y quedando boca arriba, mirando hacia el techo. Ojalá pudiera estar así de ebrio la mitad de los días, más cariñoso que violento. Aquel Yoongi era justo el extremo contrario del Yoongi de las últimas semanas, el que se emborrachaba por simple capricho, el que volvía a casa dando gritos y el que al fin y al cabo me daba miedo.

— Estoy muy, muuuy borracho... — comentó, cuando yo aún no daba crédito.

Le imité y me alejé un poco para poner algo de espacio entre nosotros. Tanto espacio que acabé al borde de la cama.

Escuché a Yoongi reírse, desesperado, de esa manera tan suya, como si quisiera reírse en silencio. Le miré, aunque realmente no quería hacerlo. Yoongi cruzó una mirada rápida conmigo, se reincorporó de golpe y se levantó de la cama dando tumbos. Se tuvo que apoyar contra la pared para no caerse. Inspiró con fuerza y se dirigió hacia la sala de estar.

Yo, por puro instinto, quizá por costumbre, le pregunté dónde narices iba. Yoongi no respondió, simplemente se dio la vuelta y volvió a tirarse en la cama para abrazar la almohada con un largo quejido. Cerró los ojos con fuerza. Supe entonces, cuando le vi suspirar, que ya pasaba la etapa de felicidad. Ya llegaba el arrepentimiento. En mi cabeza se inició una cuenta atrás, comenzando desde el cinco.

Todavía me llegaba por el tres cuando Yoongi soltó: - ¿Qué he hecho mal todo este tiempo?

Me encogí de hombros, incapaz de darle una buena respuesta a pesar de que sabía, al menos, quince contestaciones válidas y lo suficiente aplastantes como para hacer a Yoongi callar toda la noche. Pero seguía absorta con el beso, casi en shock, aguantando las ganas de no ser yo quien le besara a él, así que me callé. Yoongi estaba borracho, pero seguro que se daba cuenta, si lo besaba, de lo desesperada que estaba en aquel momento. Aquel beso fue como si me hubieran dado una única gota de agua después de llevar días sedienta.

— Hye, odio esto. — gruñó, con un puchero. — Estoy mareado, ¿por qué sigo bebiendo si siempre sé que va a pasarme lo mismo de siempre?

— No sé. — respondí, con un hilillo de voz.

— Ni siquiera sé qué he hecho antes. ¿Te he besado?

Asentí a pesar de que él tenía los ojos cerrados. — Sí. — aunque no ha estado tan mal, quise añadir.

— Joder... — hundió la cara en la almohada que abrazaba. Escuché su llanto fingido y ruidoso, similar al berreo de un maldito animal salvaje. — Odio no poder controlarme cuando estoy borracho... Qué asco. Me arrepiento de muchas cosas que ahora no recuerdo, pero fueron malas. Lo odio.

— Si tanto lo odias, ¿para qué lo haces?

— A veces para olvidar, — dijo, algo serio — otras porque... eh... el destino es el destino.

— La solución es fácil: no bebas.

— No es fácil... No... No lo es. Siempre me encuentro mal, por eso bebo. Además, el vodka... Es tan genial. — soltó, arrastrando las palabras y gesticulando perezosamente con las manos, como si quisiera explicármelo mejor con lenguaje de signos. Me miró, con los ojos ligeramente vidriosos, probablemente por el alcohol. — ¿Sabes...? Nunca siento que tengo el control de mi cuerpo. — se señaló la sien, sin dejar de mirarme y de pestañear despacio. — A veces, siento que la cabeza me va demasiado deprisa, más que al resto. Tengo ideas de vez en cuando. Son los únicos momentos en los que me siento bien... y tú... Joder, Hyesun, cuando yo me encuentro bien, tú te enfadas conmigo.

Hold me tighter (HMT2)  » Suga;BTS✔Where stories live. Discover now