c u a r e n t a y s e i s

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Llamé al timbre del apartamento hasta casi quemarlo. Esperé un par de segundos a que Yoongi apareciera al otro lado de la puerta, pero no parecía haber nadie. Golpeé la puerta con los nudillos.

— Abre la puerta. — Me crucé de brazos. Empezaba a impacientarme.

Sabía perfectamente que Yoongi estaba en el apartamento. Salí de casa sólo unos cuantos minutos después que él, así que fui capaz de ver su cabellera verde en la lejanía y seguirle hasta allí. Sin embargo, no se atrevía a abrir la puerta. Debía de saber para qué estaba enfrente de la puerta de su apartamento. Resoplé y volví a llamar al timbre. Casi al instante, un irritado y despeinado Yoongi abrió la puerta de golpe.

— ¿Qué quieres? — espetó, arisco y frío. Se apartó de mi camino a regañadientes, dejándome pasar al interior de la casa. — No estoy para aguantar tus gritos.

Cerró con un portazo y se apoyó contra la madera de la puerta, mirándome con su típica expresión neutra.

— ¿Y crees que yo voy a seguir aguantando tu comportamiento de adolescente irascible? — solté, girándome para que me mirara a la cara. Puse los brazos en jarras. — Estoy harta de ti. Creo que ya he tenido suficiente.

— Hyesun, tengo un jodido trastorno bipolar. — se excusó, sin apenas pestañear.

— Esa excusa está empezando a quedarse un poco anticuada. ¡Da igual que seas bipolar! Se supone que con la medicación estás estable, se supone que deberías ser el Yoongi de antes. Pero no; simplemente te comportas así porque eres un cabrón natural que no sabe tratar bien a las personas. No sólo a mí, sino a todo el puñetero mundo. Espero que te vayas dando cuenta de que así no vas a llegar a ningún sitio. Acabarás solo.

Yoongi suspiró, se acercó al sofá viejo de la sala de estar y se tiró en él como si no pasara nada. Estiró el cuello. — Te he repetido muchas veces que es más complicado de lo que crees. — me dijo. Tuve la sensación de que se escondía de mí.

— Eres un cobarde.

Soltó una de sus carcajadas sarcásticas. — ¿Ahora también soy un gallina?

— Sí. Mírate. Estás evitándome porque tienes miedo de que te deje. No quieres que lo haga, ¿verdad? — No respondió a mi pregunta. Eso fue un clarísimo ''no, no quiero que me dejes''. También me reí, más bien escéptica, sin llegar a creerme lo que estaba presenciando. — No quieres que te deje porque en el fondo sabes que me necesitas. El único problema es que eres demasiado orgulloso, Yoongi, y eso te hace ser un cobarde. Un dichoso cobarde porque no te atreves a decir las cosas como las piensas o a actuar como deberías por miedo a desmoronar tu imagen. Acabas de huir de casa porque querías quedar como el chico duro que acaba de pegar un puñetazo a otro que él te saca una cabeza. Sólo quieres aparentar porque tienes el orgullo herido.

— ¿Y tú, Hyesun? ¿Qué me dices de tu aparente personalidad de chica madura y ruda? — Se levantó del sofá. — Admítelo; sigues siendo una ingenua, infantil y una tonta. Una niña. Eso es lo que eres. Una niñata que se cree que vive en un cuento de hadas.

— Pues en menuda mierda de cuento de hadas vivo entonces. — le dije, viendo cómo se acercaba a mí peligrosamente. Me mantuve impasible, volví a cruzar los brazos y sostuve la mirada fría y casi hiriente de Yoongi. — Esta niñata te ha estado aguantando meses. Has tenido la suerte de que la infantil de turno te haya aguantado tanto tiempo. Sí, lo admito. Soy una tonta. ¿Vas a admitir tú que eres un orgulloso de mierda con una personalidad que es una basura?

Volvió a reírse, humedeciéndose los labios y mirando al techo. — No soy orgulloso.

— Ya, bueno, y yo no he tenido paciencia contigo. — repliqué, sarcástica. — Quería ayudarte, Yoongi. Todo este tiempo quería que salieras adelante, o saliéramos, y no has hecho nada por mejorar. Entiendo que sea dura, pero, joder, sólo has complicado las cosas.

Hold me tighter (HMT2)  » Suga;BTS✔Where stories live. Discover now