t r e c e

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Había lidiado tantas veces con el Yoongi ebrio que llevarle a rastras por las calles desiertas del Seúl más oscuro me parecía la cosa más normal del mundo. Él seguía agarrando mi mano con fuerza, pero continuaba caminando un par de pasos por detrás de mí. Cantaba, a gritos, insatisfecho y frustrado después de que yo me negara a comprarle más alcohol. En el fondo, lo hacía porque solo quería verme protestar. Se reía como un niño pequeño y travieso cuando yo me giraba para pedirle que se callara la boca de una puñetera vez. Debía de parecerle divertido hacerme rechistar, aunque eso también lo hacía sin estar borracho. Bueno, más bien le gustaba joderme y tirarse a otras, cosa que se pasa de ser algo más que una bromita, como la calificó él mismo cuando le pedí una primera explicación. Mientras caminaba con él berreando a mis espaldas me preguntaba si de verdad había pasado la primera etapa de felicidad de su borrachera. Creí que ya había pasado a la etapa número dos, la del llanto y las preocupaciones, pero al parecer Yoongi no se cansaba de cantar a pleno pulmón y de pedir vodka al aire.

Traté de enderezar a Yoongi para que no perdiera el equilibrio mientras se reía. Si se caía al suelo, yo seguramente me caía con él ya que todavía me daba la mano más fuerte que nunca. Se apoyó contra el poste metálico de una farola, bajo la luz cálida de esta. Yoongi suspiró, agotado. Después empezó a reírse silenciosamente de nuevo.

— Estoy cansado.

Y sin más, soltó mi mano y se dejó caer a plomo al suelo. Yo abrí los ojos muy sorprendía, pensando que se había desmayado o algo por el estilo, pero Yoongi, como si nada, continuó canturreando, meciéndose de un lado a otro con una actitud algo mas calmada.los párpados empezaron a pesarle en cuestión de segundos. No conseguía callarse, pero poco a poco fue arrastrando cada vez más las palabras hasta que una sola sílaba duraba una eternidad. Su tono de voz también se iba apagando a la par que sus pequeños ojos se iban cerrando. Me acuclillé para poder quedar a su altura. Le di unas palmaditas en el hombro para evitar que se quedara dormido. Cuando estaba borracho, Yoongi era capaz de dormir durante toda la noche y parte del día a pesar de que hubiera una batalla de infantería fuera. No había quien le despertara.

— Hey, todavía nos queda medio camino. — le dije, intentando que me prestara atención. Al final no me quedó otra que agarrar a Yoongi por los hombros y empezar a agitarle bruscamente. — ¡No te duermas! — lloriqueé.

— Tengo mucho sueño...

— ¡Yoongi!

— Mmmm... Necesito un poco más de alcohol.

— No te duerm... — intenté repetir, demasiado tarde. Yoongi ya había dejado caer su cabeza hacia un lado y había cerrado la boca cuando yo traté, una vez más, de que Yoongi se concentrara en mí. No me di por vencida, así que seguí zarandeándole hasta que empezó a gruñir ruidosamente. Abrió los ojos despacio. — Vámonos, Yoongi. ¿Quieres más alcohol? ¿Te apetece vodka? ¿Cerveza? Yo te la compro. Pero levanta el culo y muévete.

— Hyeeeeeeee...

— En teoría, tú y yo no tenemos nada. — le recordé, sólo para ver la reacción de un Yoongi borracho que alzaba los brazos pidiéndome ayuda, como un niño pequeño que se cae al suelo. — Así que, levántate tú solo.

Hizo un puchero. Bajó los brazos con lentitud y una expresión bastante neutra, pero con los ojos abiertos como platos, ligeramente vidriosos. Debieron de sorprenderle tanto mis palabras que seguramente se sintió desorientado por un momento, preguntándose qué hacía allí, tirado en el suelo, dónde estaba, quién era. Pestañeó varias veces. Balbuceó algo ininteligible, se dio cuenta de que no llegó a decir nada y agachó la cabeza por un momento, frustrado. Se miró las manos.

Hold me tighter (HMT2)  » Suga;BTS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora