Mugglefied

Estrategia

Muchas gracias por todos los comentarios, los leo todos y me hacen muy feliz :)

Capítulo 16: Estrategia

Hermione lo estaba intentando con todas sus fuerzas, pero había empezado a cuestionarse si tal vez el problema era que ella careciera de sentido del humor. Y no era como si la gente no se lo hubiera dicho antes, es más, lo habían hecho en numerosas ocasiones desde que era pequeña. Ella habría jurado que tenía sentido del humor, pero ahora que estaba tratando de inventar cosas que a otras personas les parecieran divertidas se daba cuenta de que quizás había estado equivocada... porque aparentemente era una lucha constante entre lo que se suponía que era gracioso y lo que a ella realmente le parecía, y el simple hecho de entrar en la tienda cada día le estaba empezando a parecer una tortura.

Hermione frunció el ceño.

—¿Unos zapatos que sólo te permiten caminar en círculos? —preguntó, escéptica.

—Es brillante —respondió George.

—Es horrible —espetó ella.

Ella suspiró. Estaba segura de que en algún lugar de su mente había una idea brillante lista para ser convertida en un producto exitoso. Ahora sólo le quedaba averiguar cuál era.

..............

Draco entró en la biblioteca. Tenía algo de tiempo antes de que empezara su turno en el restaurante.
Miró los libros a su alrededor, así como los ordenadores (actualmente siendo usados por otros clientes) y se preguntó si habría alguna forma de llenar su falta de conocimiento de aquellas cosas muggles lo suficientemente bien como para conseguir cualquier otro tipo de trabajo que no fuera el que tenía entonces. Aparte del hecho de que le dejaba la espalda dolorida y de que trabajaba por muy poco dinero, era la cosa más aburrida que había hecho nunca.
El Ministerio le pagaba el alquiler y le daba una cierta cantidad de dinero para que viviera al mes, y aun cobrando un sueldo extra no se acercaba ni de lejos al estilo de vida al que había estado acostumbrado.

Al comprobar que parecía que ninguno de los ordenadores iba a quedarse libre en un tiempo, abandonó el lugar que había estado acechando y se puso a dar vueltas por el pasillo. Sacó un libro grande y pesado de una de las estanterías y lo hojeó, mirando las imágenes de las pirámides y otros colosales monumentos de piedra. Era curioso cómo los muggles trataban de atribuir la construcción de éstas a la habilidad de las personas primitivas con simples cuerdas y troncos. Tal vez no podía afirmarlo con todos los monumentos, pero estaba seguro de que la gran mayoría habían sido creados por magos.

Se suponía que llevar una vida a lo muggle era mejor que estar en Azkaban, pero era bastante solitario a veces. Ahora era más o menos bienvenido en el parque para jugar al fútbol los sábados, pero a veces era demasiado complicado estar rodeado de gente sin que se le escapara alguna mención a la magia o a cosas que eran naturales para él.
A veces le apetecía ir a las clases de ordenador y luego charlar un poco con la profesora, ya que no conocía a mucha gente en la ciudad, pero no podía evitar desechar la idea al instante... ¿qué iba a decirle? "¿Limpio platos cuatro o cinco noches a la semana y no puedo decirte nada sobre mi pasado antes de hace dos meses y medio?" No. La única persona con la que realmente podía hablar era con Hermione.
Él podía mantener conversaciones con los clientes y compañeros relacionadas con el trabajo y podía comprar comida en el supermercado, pero eso era todo.

.................

Draco llamó a la puerta de Hermione. Aquel día había tenido el turno de día, por lo que era la primera vez que tenía la noche del sábado libre. Después de ver la televisión durante media hora después de llegar a casa, los anuncios empezaron a aburrirle y decidió hacerle una visita.
Cuando Hermione abrió la puerta, no le dejó siquiera saludar.