Un paseo

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¡Estoy de exámenes otra vez! Intentaré actualizar lo antes posible, pero me va a resultar un poco complicado, lo digo desde ya xD
Espero que esta actualización consiga alegraros la mañana/tarde/noche. 

Capítulo 29: Un paseo.

El estómago de Hermione estaba un tanto agitado. Iba a una cita con Draco. Realmente no debería sentirlo como un problema... pero lo sentía. Ella no podía evitar preguntarse varias cosas. ¿Le gustaba lo suficiente como para que siguiera queriendo tener algo que ver con ella una vez que recuperara su magia? ¿Querría seguir a su lado una vez que pudiera tener otras compañías?

¿Merecía la pena preguntárselo llegados a ese punto? Ella ya se había acostumbrado a él. Si él no quisiera tener nada que ver con ella en seis meses iba a doler, independientemente del tipo de relación que tuvieran ahora. Daba igual si aquello era amistad o romance, iba a herirla si la dejaba.

Consideró usar la poción para el pelo que Narcissa le había regalado, pero decidió no hacerlo. Si a Draco le gustaba tal y como era, bien. Si no... bueno, ella no iba a cambiar por nadie. Podría probar ese regalo en algún otro momento, pero no hoy.
Se puso los pantalones vaqueros y un par de zapatos cómodos. Aunque no sabía a dónde iban, quería estar preparada para cualquier cosa. Se vistió en capas, con una camiseta debajo de un calentito suéter, y su chaqueta sobre él. Metió los guantes y un pañuelo en el bolso de cuentas. Trató de atarse el pelo en una coleta, pero insatisfecha con el resultado lo dejó caer a ambos lados de su cara, como de costumbre. Oh, bueno, al menos mantendría su cuello y orejas calientes.

Sin saber lo que podían necesitar, Hermione metió un poco de todo en su bolso de cuentas. Trató de calmar sus nervios con una taza de café. Sólo era una cita. Nada de lo que preocuparse. Aun así, cuando Draco llamó a su puerta ella se puso en pie de un salto para abrir.

Lo vio allí con un abrigo de invierno y zapatos pulidos y brillantes. Llevaba los guantes que le había comprado por Navidad, y la bufanda que Ginny le había regalado alrededor del cuello. Sus pantalones parecían recién planchados, y un elegante suéter asomaba por su chaqueta.

—¿Estás lista? —preguntó.

—Sí —respondió ella—. ¿Vas a decirme dónde vamos?

—Todavía no —dijo, sonriendo.

Él le ofreció el brazo. Ella aceptó, apoyando los dedos en su antebrazo. Draco empezó a caminar con un aire bastante misterioso en los ojos, ella se percató de ello por el rabillo del ojo.

—Parece que vamos a ir en metro, donde sea que vayamos —dijo Hermione al darse cuenta de que estaban caminando hacia la entrada de metro más cercana a sus pisos.

—Es sólo la primera parada, pero puedes intentar adivinarlo.

Hermione estudió el mapa de conexiones de la pared a medida que descendían por las escaleras mecánicas. Observó la línea de metro que estaban a punto de tomar y se fijó en qué dirección se dirigía y por qué estaciones pasarían.

—¿Vamos a la estación de trenes?

Él la miró, un poco ofuscado.

—A veces creo que puedes llegar a ser demasiado inteligente.

Ella rió entre dientes.

—Tú mismo has dicho que podía tratar de adivinar hacia dónde vamos. No hago suposiciones al azar. Hago conjeturas... Pero podría parar si lo prefieres.

Él agitó una mano, tratando de parecer despreocupado.

—Bueno, tal vez pueda distraerte de tus conjeturas durante un tiempo. ¿Cómo fue tu semana?

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