Hogsmeade

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Pov Draco


Mañana iríamos a Hogsmeade y en pocos días serían las pruebas para el nuevo equipo de Quidditch. Eso me emocionaba: pelear por conseguir la snitch había sido mi única manera de interactuar con Potter antes de que fuéramos amigos.  

Estaba perdido en esos recuerdos cuando Pansy, agitando mi brazo, reclamó mi atención. 


-¿Qué quieres? -pregunté molesto.

-Draco, tenemos clase de Pociones y vamos a llegar tarde. Además, ¡estamos a mitad del pasillo y tú no mueves tu huesudo trasero! –me di cuenta de que, como decía mi amiga, estorbaba y avancé rápidamente hasta llegar al aula en las mazmorras.


Cuando llegué a mi mesa, Potter ya estaba ahí. Había un caldero de brillo nacarando, cuyo vapor ascendía en forma de espiral. 

Yo era el mejor alumno en Pociones después de Granger, obviamente, y reconocía esa poción. 


Me acerqué para poder olerla. El  molesto y adictivo aroma que caracterizaba al azabache llegó a mí. Volteé a verlo y vi que él también estaba oliendo la poción.


Snape llegó, interrumpiendo el momento, y señaló la poción de nuestra mesa. 

-¿Alguien, que no sea la señorita Granger, puede decirme el nombre y las propiedades de esta poción? -preguntó. 


Levanté la mano de manera automática. 

 -La Amortentia es el filtro de amor más potente que tenemos. Su olor varía, dependiendo de lo que le atraiga a la persona -miré a Harry disimuladamente. El chico tenía una mirada de desconcierto.


Snape asintió, me felicitó y asignó lo que tendríamos que hacer en la clase. Harry seguía perdido en sus pensamientos, así que, como le buen amigo que era, intenté aligerar la tensión que se había formado alrededor nuestro. 

-Así que, Potter, ¿a qué huele Weasley? –pregunté con una sonrisa inocente. 


Harry solo bufó y comenzó a hacer garabatos en su libro.


-¿Ya decidiste quiénes van a estar en tu equipo de Quidditch? –pregunteé entonces, intentando obtener una reacción.  Eso pareció funcionar. 

-Supongo que Ginny, Ron y Katie Bell, pero tendré que buscar un remplazo para los demás jugadores –contestó sin detenerse a tomar aire.
 

-¿Y qué tal estuvo tu clase con Dumbledore? –pregunté, recordando que había olvidado el tema por completo. 

-Bien, lo normal. Ya sabes, cada año me veo envuelto en problemas que amenazan con acabar conmigo. Dumbledore sólo quiere que tenga una oportunidad de defenderme.

-Potter, quiero que sepas que me agrada ser amigo del héroe del Mundo Mágico, pero te prefiero mil veces más cuando no estás a punto de ser aniquilado –dije mientras lo golpeaba levemente con mi codo. 


Seguimos hablando durante la clase. Podía ver las miradas que me mandaba Snape mientras explicaba qué otras pociones había en los calderos, pero no pensaba dejar de hablar con mi compañero.

No quería hacerlo. 


~~~~~~~~Sábado en la mañana~~~~~~~~~

Amor entre enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora