Vacaciones de Invierno

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Pov Harry


Acabábamos de llegar a casa de Ron, y Draco no me había hablado en todo el día. 

No sabía cómo debía comportarme después de lo que pasó. Draco me besó dos veces, y yo no había hecho nada para impedirlo —simplemente porque no quería impedirlo—, pero ahora él no me hablaba. 

No había sido mi primer beso, pero sí había sido el primer beso que me hacía sentir... así

Y eso me confundía bastante. ¿Qué éramos Draco y yo ahora? 

¿Me dejaría de hablar?


Los Weasley habían recibido al rubio de una manera tan cálida, que Draco inmediatamente se relajó y sonrió con sinceridad. Bien, pensé y sentí mis mejillas arder. 


-Ron, vas a tener que dormir con Bill. Fred y George estarán en su cuarto, y Ginny se quedará con Fleur. Harry, cariño, te quedarás en un cuarto con Draco -dijo la señora Weasley, sonriendo ampliamente, -¿Les parece bien?

Los dos asentimos. 

¿Era en serio? Si mis mejillas habían estado rojas antes, podía jurar que ahora el color era mil veces peor. 

-¡Mamá! Yo no quiero dormir con Bill -se quejó Ron, indignado.

-Ronald Weasley, te comportas como un niño, -regañó la señora -esa es una decisión que ya tomé. Ahora ve y guarda tus cosas.

Ron bufó y se dirigió a su cuarto.

-Harry, Draco, -dijo la mamá de mi amigo con tono afectuoso -¿Por qué no suben a guardar sus cosas? Es el cuarto que solía ser de Pe-Percy ¿sabes cuál es, Harry?

Asentí y comencé a subir las escaleras. Draco me siguió.


-¡Pido la cama que está junto a la ventana! -solté. En las mañanas, los colores del cielo y los gnomos que se asomaban por el jardín ofrecían un espectáculo que no me iba a perder.

-Honestamente, me da igual.

Lo miré incrédulo por unos segundos. La sonrisa de Draco había desaparecido, siendo remplazada por un gesto de indiferencia. 

-¡Agh! Eres imposible, Malfoy -salí del cuarto.


Bajando las escaleras, me encontré con Ginny.

-¿Harry? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien? 

No me había dado cuenta de que había comenzado a llorar, pero la actitud cambiante de Draco me volvía loco. 

-Todo bien, Ginny -aseguré. 

-¿Me acompañas al jardín a regar las plantas de mamá?

-Claro.


Íbamos a regar las plantas cuando la pelirroja se acercó a mí y me abrazó.


-No sé porque estabas llorando, Harry, pero todo va a estar bien.

Le correspondí el abrazo, sintiéndome más tranquilo. 

-¡Potter! -escuché a alguien gritar.

Volteamos hacia la casa y vimos a Draco acercársenos. 

-Suéltalo, Weasley. 

Nos separamos lentamente —confundidos—, pero mi amiga veía al rubio de manera desafiante.

Amor entre enemigosWhere stories live. Discover now