Recuerdos de un rubio

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Varios meses antes del incidente en la torre de Astronomía.




Pov Draco



Toqué suavemente la puerta del director.


-Adelante -se escuchó una voz.


Abrí lentamente y entré a la oficina de Dumbledore. Ahí solo estábamos el director y yo.


-No esperaba verte aquí hoy, Draco.

-Señor, -dije -tengo algo que decirle...

-Ven, Draco. Siéntate.


Obedecí al instante.


-¿Entonces, qué es lo que tienes que decirme?


Mis ojos iban por todos lados sin detenerse en nada en particular; evitando los ojos del director.


-No... No se cómo comenzar -dije.

-Es por lo que te pidió Voldemort, ¿no es así?


Mis ojos se detuvieron y viajaron a una velocidad asombrosa hasta posarse en los ojos azules que tenía frente a mí.


-¿Cómo sabe eso?

El anciano sonrió y me ofreció un dulce -Prometo responder a todas tus preguntas cuando hayas acabado de contarme tu historia -dijo de forma amable, sin forzarme y brindándome confianza.

-Bueno... El Señor Tenebroso...

-Llámalo por su nombre, Draco.

-Vo-Voldemort, él me dio un trabajo a principio de año. Dijo que tenía que matarlo. A usted.

-Sí, estaba enterado de eso -dijo tomando otro dulce.

-¿Y aun así me permitió regresar al colegio?

-Sigues siendo un alumno de Hogwarts y el colegio seguirá aquí para ti mientras eso no cambie. Claro que Severus tenía la orden de vigilarte.

-¿¡Qué!? Señor, el profesor Snape es un mortífago.

-Es lógico que dudes de él, pero...

-¡Snape es un espía de Voldemort! No podemos estar completamente seguros de sus intenciones.

-Resulta, Draco, que yo confío en el profesor Snape.

-Agh, él... ¡Es un espía doble! -si haberle dicho que Snape era espía de Voldemort no lo había convencido esto menos lo haría, pero necesitaba intentar.

-Draco...

-Ok, ok. Si usted confía en él entonces está bien. ¿Está completamente seguro de que...

-Sí, Draco. Lo estoy -la voz del director sonaba cansada, no quería molestarlo más de lo necesario.

-Bueno, el punto es que no pienso seguir las órdenes de Voldemort -dije ya un poco más seguro.
-Muy noble de tu parte. Sin embargo... Perdóname, pero... ¿Cuál es el precio que tendrás que pagar por dejarme vivir?


Mi cara se oscureció y perdí toda seguridad que tenía hace segundos -Posiblemente me maten -intenté sonreír pero salió como una mueca extraña.


-Entonces debes hacerlo, muchacho.

Empecé a temblar.

 -Profesor, estoy seguro de que he dejado en claro el horrible ser humano que soy, soy sarcástico, interesado, he mentido, he cometido muchos errores, pero no soporto que me considere uno de ellos. Yo... ¡Yo no soy ningún asesino! -Y entonces no pude soportarlo más, comencé a llorar. Sentía demasiadas cosas en esos momentos: impotencia, inseguridad y asco de ser quien era.

-Draco, eres más que las decisiones que has tomado; más que tus errores en el pasado. Has hecho lo que tenías que hacer para sobrevivir. No te juzgo, nunca lo he hecho. Estoy seguro que en otras circunstancias, habrías pertenecido a Gryffindor. Eres muy valiente.


Alcé la vista y me limpié las lágrimas que amenazaban con salir.


-Señor... -seguramente sonaba infantil. Un ligero sonrojo asomó en mi cara.

-Ahora lo que me gustaría saber es ¿Qué fue lo que te convenció de finalmente venir a hablar conmigo? -preguntó. Su mirada era tan profunda que sentía como si estuviera leyendo mi alma.

-Bueno, verá... Digamos que me hice amigo de Harry, Granger y Weasley. Gracias a ellos... pude ver lo equivocado que estaba y lo idiota que me había comportado los años pasados.

-¿Por fin descubriste tus sentimientos por Harry? -preguntó de forma amable.

-¿Qué? ¿De qué sentimientos habla? -mi voz tembló tanto que seguro pudo notar mi nerviosismo -Potter es un buen amigo.

-Draco, he observado a cada uno de mis alumnos. Y puedo decir que siempre tuve la idea de que tú y Harry se... necesitaban. Harry siempre estaba al pendiente de ti, cómo tú de él -no pude evitar sonrojarme más. Mi cara estaba ardiendo. Todo lo que el hombre había dicho era verdad.

-Harry... es mi novio -dije en voz baja.

-¡Y en hora buena! Aun así, necesitamos hablar de temas un poco más serios -me mostró su mano que ha principio de año había tenido un tono grisáceo: ahora estaba en su mayoría negra y se veía muy frágil.

-¿Qué le pasó? -pregunté exaltado.

-Veras, Draco, al parecer fui víctima de una maldición irreversible que afectará mi salud hasta acabar con mi vida. Entonces estoy dispuesto a compartir contigo el plan que ideé con Severus a cambio de que protejas a Harry cuando el momento llegue.


Moví de manera afirmativa mi cabeza repetidas veces.


-Severus, entra por favor -la puerta de la oficina se abrió y entró el profesor nombrado.

-Buenas noches -dijo el de pelo negro y Dumbledore comenzó a explicar su elaborado plan.






Si todo resultaba como lo habían planeado, estaríamos más cerca de acabar con Voldemort, pero si Harry llegaba a dudar inclusive un segundo... 

Estaríamos más vulnerables que nunca antes.

Amor entre enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora