Boys Next Door ● Luhan, Kai, Sehun.

CAPÍTULO 28

-¿Cómo le hiciste para huir de Sehun? –Le pregunté a Kai mientras caminábamos a nuestro destino.

Nos habíamos saltado las dos últimas horas de la escuela. Fue un poco difícil escapar pues hay guardias en la entrada. Tuvimos que salir por la parte de atrás y saltar la barda. Inevitablemente terminé raspándome un brazo por la altura e inevitablemente Jong In se burló de mí.

-Sencillo, aproveché que era la hora de física, siempre Sehun se queda dormido y por eso te dije que saliéramos antes de lo planeado.

Habíamos acordado salir una hora antes pero ahora entendía porque el cambio. No era como si tuviera que justificarle algo a Sehun, pero se sentía diferente, creo que ambos sabíamos que se enojaría.

Era extraño porque él no me quería para algo sentimental, sin embargo nos besábamos. Aún analizaba ese asunto.

-¿Y de Jin Ah? –Solté repentinamente. No creo que le dijera que saldríamos, a ella no le agradaría la idea y lo sabía muy bien después de la mirada que me lanzó.

-No fue hoy a la escuela.

-¿Falta mucho no? –No era la primera vez que me decía eso o que ella saliera antes o algo parecido.

-A veces –respondió con simpleza.

-Reprobará si sigue así, hablo de Sehun –me reí tratando de cambiar el tema de Jin Ah. A Kai parecía no agradarle siempre que hablábamos de ella pero era curiosa.

Tenía la esperanza que en una de esas soltara algo.

-No, creo que puede hacerlo. Es muy bueno en física y por eso se duerme, le aburre lo que ya sabe –hizo comillas –él tiene muy buen promedio, no sé cómo le hace.

-Si le preguntas te dirá algo como "Soy Sehun, puedo hacerlo todo bien" o algo así –imité, él tenía demasiado afecto propio.

Kai rio y asintió.

-Pero dejemos de hablar de Sehun, ven –tomó mi mano y me jaló.

Habíamos salido de la escuela en su moto pero en cierto punto la había estacionado y continuamos el camino a pie. No sospechaba a donde iríamos hasta que entramos a un campo de juegos.

Nunca había entrado a un campo de juegos. A veces cuando Min y yo salíamos pasábamos a observar solamente y la idea de entrar me emocionó.

-¿Entraremos aquí? Dime que sí –pregunté más alegre de lo que debería.

-Sí, esa era la idea ¿A dónde quieres ir primero? –preguntó pero no me dejó responder –No, espera. Escogeré y después te toca a ti.

-Como siempre, tan caballeroso –rodé los ojos.

-Pues yo pagaré, tengo ese derecho –se encogió de hombros con una pequeña sonrisa –vayamos a patinar en hielo ¿quieres?

-Aunque no quisiera tendríamos que ir ahí, tú pagas –bufé.

-Era una broma, si no quieres podemos ir a otro lado.

-No, ya heriste mis sentimientos, vamos –me crucé de brazos y me adelanté. Aunque claro que bromeaba y él lo sabía.

Pedimos nuestros patines y fuimos a una de las mesas que estaban en la orilla para ponerlos.

-Si no puedes al principio te ayudaré –ofreció Kai –no es tan difícil.

-¿Qué si no puedo? Soy experta en esto, lo hacía muy seguido con papá cuando era pequeña así que le tomé amor a la actividad –todo lo que me recordara a mi papá era bienvenido en mi vida.