Secreto Sucio → j.b (+16)

ocho

"Adoro cuando las mujeres tragan mi semen"

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Narrador Omnisciente

—Kylie, me puedes ignorar todo lo que quieras, pero eso prueba que lo que está diciendo es verdad.—Kyle golpeó con su mano la encimera de la cocina. Las gotas de la lluvia golpeaban contra las ventanas, tenía los ojos cansados ​​y dejó que un bostezo escapara de sus labios.

Kylie había estado evitando a su hermano desde la noche de la cena, sabiendo que él quería respuestas a sus preguntas sobre las acusaciones de Jacinta. En el fondo, Kyle quería creer que no era más que un drama entre adolescentes, que, simplemente, no se llevaban bien por lo que dicen rumores entre ellas con el fin de arruinar su reputación. Pero no era la primera vez que había oído que su hermana tenía problemas con ella sobre mantener sus piernas cerradas.

A pesar de que normalmente no creía los rumores, no podía dejar de preguntarse si Jacinta estaba diciendo la verdad cuando dijo que Kylie estaba durmiendo con un hombre mayor.

Kylie se encogió de hombros, dándole un mordisco a la tostada entre sus manos,  constantemente mirando el reloj, esperando a su papá que se estaba preparando para llevarla a la escuela.

—Sin embargo, debes saber la verdad, y es que Jacinta es un mentirosa compulsiva.—Kylie tomó un sorbo de su jugo de naranja, negándose a hacer contacto visual con su hermano.

—Entonces, ¿por qué no me das una respuesta directa?—Preguntó, incapaz de dejarla ir.—Porque me estás haciendo dudar.—Kylie frunció el ceño, empujando su plato lejos de ella, el sonido de su padre bajando las escaleras era su sonido salvador de una conversación incómoda.

—Bien por ti.—Kylie sonrió falsamente quedándose sin aliento, sabiendo que se encontraría en un callejón sin salida.—Tal vez Justin podría decirte lo mucho que su hermana me odia y lo mentirosa que es.—Se bajó de la silla y miró a su hermano mayor antes de recoger sus cosas de la escuela y dirigirse hacia el pasillo para esperar a su papá.

—Solías contarme todos tus secretos.— Hizo un puchero, apoyándose en el marco de la puerta, cruzando un pie sobre el otro, es raro que su hermana le ocultara algo.—Soy probablemente la única persona que no te juzga.—La miraba esperando que ella sucumbiría a la culpa.

—Kyle, no hay nada.—Le dijo ella nerviosa pasándose los dedos por el pelo.—No tengo ningún secreto.

Por supuesto, que ella no tenía ningún  secreto porque ella era el secreto.

Punto de vista de Kylie

Nunca me habia encontrado a mi misma tan caliente bajo la mirada de un hombre con buen aspecto, grandes manos y con  dedos largos. Nunca me he sentido atraída por las manos de un hombre. Normalmente soy atraída por el tamaño del zapato, o la forma en que la sonríe, el olor del recién afeitado. Pero eso ha cambiado, y ha cambiado en cuestión de diez minutos.

Justin se acostó en su cama, sin molestarse en ocultar su rostro cuando colocaba la cámara en mejor posición, la forma en que su infame sonrisa recubrió su cara mientras miraba el lente de la cámara, sabiendo el efecto que tendría en mí al momento en que lo viera. Para mi suerte, ya estaba recostada en mi cama en ese momento pero si él lo hubiera enviado cinco minutos antes, habría estado sentada alrededor de la mesa con mi familia cenando.

Sentada en la biblioteca alguien me sacó de mis pensamiento.—Ky, ¿estás despierta?— Mis ojos se movieron hacia arriba, despojándose del libro al instante para reunirse con los ojos verdes imposibles de olvidar que pertenecían a la única persona que se las arreglaba para hacer que me ahogara con mis palabras. Matty.—Oh, ¿así que estás despierta?—Sonrió, mis mejillas al instante se pusieron rojas, sin saber que decirle, no después de la última vez que tuvimos una conversación.