Secreto Sucio → j.b (+16)

quince

"Nunca vas a tener una cena de ensayo antes de la boda, porque ni siquiera tendrás una boda."

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(Si queréis un capítulo dedicado, pedirlo en los comentarios)

PD: Como muchas me piden que les dedique un capítulo, voy de a poco. Lo siento si tardo.

Narrador Omnisciente

—Hm, podría acostumbrarme a esto.—Dijo Justin entre dientes, dándose la vuelta en la cama, tirando de Kylie en sus brazos. El sol de la mañana entraba por el hueco de sus cortinas, lo que hizo entrecerrar los ojos y gruñir en su cuello.

Pasándose los dedos por el pelo, ignoró el sonido de su teléfono vibrando contra la mesita de noche, poniendo los ojos en blanco. Sabía que probablemente sería Samantha para salir a almorzar. Pero estaba contento con el hecho de estar tendido en la cama con Kylie.

—¿Podrías?—Kylie bostezó, envolviendo sus brazos alrededor de su torso, con la cabeza apoyada en su pecho.—Yo ya estoy acostumbrada.—Ella no podía imaginarse durmiendo sola en su cama nunca más.—A pesar de que tu teléfono vibre cada cinco minutos y sea una especie de aguafiestas.—Miró por encima de hombro, viendo como una vez más comenzaba a sonar. La vibración contra la superficie de la madera hacía eco en la habitación como una llamada de atención, incluso más que las aves volando afuera.

Justin suspiró, cogiendo su teléfono con el ceño fruncido en su rostro.—Sabe, si es Samantha, voy a tirar este pedazo de mierda contra la pared.— Frunció el ceño, mirando hacia abajo para entrecerrar los ojos ante las llamadas perdidas y textos.—Espera, ¿es tu hermano?—Se sentó, sin saber por qué Kyle lo estaría llamando y enviando mensajes de texto a las once de la mañana.

Kylie abrió los ojos, girando su cuerpo lejos de la ventana para que el sol no la cegara.

—Pero, ¿qué podría querer tan temprano por la mañana?—Murmuró, todavía aferrada a su cuerpo como si dejarlo ir fuera la causa del fin del mundo.

—No lo sé.—Se encogió de hombros con cansancio. Su teléfono volvió a sonar.—Sin embargo, creo que estoy a punto de descubrirlo.—Él sonrió débilmente, respondiendo a la llamada y presionando el teléfono contra su oreja.—Kyle, hombre, ¿que pasa bro?—Falsificó su felicidad al estar respondiendo a una llamada telefónica tan temprano por la mañana, cuando todo lo que quería hacer era dormir todo el día y dejar sus responsabilidades durante el día.

El domingo era ese día que Justin se tomaba libre.

—Hey, ¿estás ocupado hoy?—Preguntó Kyle, haciendo todo lo posible para no hacer obvio que quería arrancarle la cabeza de tan solo pensar que acaricia a su hermana pequeña.

Justin miró a Kylie, ladeando la ceja mientras pensaba que quería hacer planes con ella.—Um, no que yo sepa. Aparte del gimnasio e ir a ver a mi familia, no tengo mucho planes.

—Oh, ¿estás libre ahora mismo?—Puso en duda, aunque sabía la respuesta. Sería no ya Kylie no estaba en casa, lo que significa que todavía estaba con él.

—No, ¿por qué?¿Qué pasa?—Justin respondió con cautela, cubriendo su brazo alrededor de Kylie mientras ella se sentaba junto a él, sus dedos se deslizaron alrededor de los contornos de sus tatuajes que adornan su cuerpo bronceado.

Tragando saliva, Kyle se apoyó sobre el mostrador.—Tengo la necesidad de... hablar contigo acerca de algo.—Pronunció en voz baja.

—Bueno, si tengo tiempo más tarde voy a verte. Si no, simplemente pasa por la tienda mañana, estaré en la oficina todo el día.—Se encogió de hombros. El cuerpo de Kylie se negaba a despertar por completo, no cuando aún estaba en la cama, cubierta por las sábanas.