Capítulo 1

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Todo había terminado, Tu-Sabes-Quien ha muerto, los Horrocruxes han sido destruidos, y ha terminado la segunda guerra mágica. El chico de los anteojos y la cicatriz en su frente, se quitó los lentes grandes y redondos que estaba chuecos por el hecho de haberse quedado dormido sobre la mesa, comenzó a estrujarse los ojos con ferocidad para luego abrirlos. Pudo ver a su lado la figura de un chico alto, delgado y pelirrojo, su amigo Ronald Weasley; quien estaba dormido a su lado también apoyando su cabeza sobre la mesa. Harry sonrió y volvió a poner los anteojos en su cara, así pudo enfocar su visión y pudo ver con mayor claridad todo a su alrededor, todo estaba destruido, escombros por todos lados, paredes caídas, el área común de Gryffindor estaba devastada, los colores dorado y rojo estaban llenos de polvo que provenían de las ruinas pero a pesar de esto la chimenea seguía allí, encendida como siempre. Harry recordó a su padrino, Sirius Black hablándole a través de esta y dos lágrimas corrieron por sus ojos.

—Lumos— Dijo Harry, y la punta de su varita de acebo se encendió.

Harry observó la chimenea más de cerca con la esperanza de ver la cara de su padrino pero él sabía que esto no pasaría, él estaba muerto, asesinado con la maldición mortal de su propia prima: Bellatrix Lestrange, por suerte la Sra. Weasley había acabo con ella, con una cucharada de su propia medicina, cuando trató de lanzarle alguna maldición a Ginny.

—Nox —Dijo Harry con voz ronca ya que su garganta estaba un poco carrasposa por tratar de aguantar el llano y la luz de la punta de su varita desapareció.

—¿Que hay compañero? —Dijo su amigo Ron a su lado.

Harry sonrió, no sabía que decir, se sentía mucho mejor ahora ya que la guerra había acabado pero nada estaba bien, muchas personas inocentes murieron esa noche, la muerte de Fred, había sido la peor situación que los Weasley habían experimentado y él se sentía como un Weasley más así que su dolor era grande, no podía imaginar si él ya se sentía mal como se sentiría Ron o la Sra. y el Sr. Weasley, o Ginny o George, por la muerte de su gemelo, Harry nunca los vio alguna vez separados y ahora George estaba allí sin su gemelo porque este estaba muerto y no había manera de corregirlo.

— ¿Dónde está Hermione? — Preguntó Harry.

— Debe estar en el dormitorio de las chicas. — Dijo Ron señalando con su boca unas escaleras a las cuales le faltaba una parte de la baranda.

Harry se levantó de la silla que estaba al lado de la chimenea y Ron hizo lo mismo, el estaba sentado en la alfombra del piso, caminaron a través de la sala común y salieron por el cuadro de la Sra. Gorda, quien se molestó porque la habían despertado.

— Oigan, intenten molestar menos. — Gruño.

— Lo siento. — Dijo Harry mientras Ron reía por lo bajo.

Caminaron juntos por la torre este donde se encontraron a Peeves, el poltergeist que estaba dentro de una armadura chamuscada y comenzó a cantar una canción en honor a Harry.

Harry ya ganó, Harry no murió,

Venció a Voldemort y este se murió.

Harry ya ganó, el niño ya vivió,

Venció a Voldemort y este se murió.

!hey!

Harry y Ron solo rieron un poco y siguieron caminando por el 7mo piso que estaba igual de destruido que la sala común de Gryffindor.

— Hola —Dijo Hermione sentándose a su lado en el gran comedor para el desayuno de la mañana siguiente, que ya había sido restablecido con sus 4 mesas que estaban ocupadas por pocos estudiantes que habían decidido permanecer en Hogwarts luego de lo ocurrido.-

— Hermione — Dijo Ron alegremente mientras se corría a un lado para darle un poco más de espacio a Hermione.

— Hola — Dijo Harry con una sonrisa. — Quiero hablar con ustedes dos luego de que terminemos el desayuno — Continuó.

— Luego de la comida por favor — Pidió Ron que nunca había perdido el apetito. Hermione le lanzó una mirada furiosa. Harry sólo asintió con la cabeza.

La Profesora McGonagall ocupaba la silla del medio en la mesa de los profesores, la silla que alguna vez ocupó el Profesor Dumbledore. Ahora ella tenía el puesto de Directora de Hogwarts.

—Buenos días estudiantes —Dijo y todos los murmullos de las cuatro mesas pararon. — Les agradezco a todos por mantenerse en el colegio y pelear por el bien de este, sé que muchos han sido retirados a petición de sus padres, cosa que es totalmente entendible por todos los sucesos de hace una semana. Les vuelvo a agradecer por haberle hecho honor a cada una de sus casas y ayudar a derrocar a Voldemort — Algunas personas se estremecieron al escuchar su nombre, seguramente por la costumbre. — Todos ustedes han mostrado su mayor lealtad a Hogwarts y les será recompensado: Hogwarts no cerrará sus puertas, seguiremos siendo el colegio de magia y hechicería más grande y con más prestigio. — Todos aplaudieron desde las mesas. — Regresarán a sus hogares y regresaran en el expreso de Hogwarts que los traerá de nuevo el 1ro de Septiembre con la condición de estar en el mismo año que el curso anterior debido a todos aquellas problemáticas que tuvimos desde que el Ministerio de Magia interviniera en el colegio, Sin más nada que decirles les pido que por favor disfruten el rico desayuno que les hacen los elfos domésticos con tanto amor. — Chasqueó los dedos y aparecieron sobre las mesas platos repletos de tortillas con jugo de calabaza también unos cupcakes con la figura de un Dobby sonriente que vestía con un calcetín de color rojo u otro de color amarillo, también tenía puesto uno de los gorros tejidos que Hermione había hecho para él con el PEDDO. — Harry sonrió, Hermione gimió conteniendo un pequeño llanto y Ron estaba tan concentrado en su tortilla como para notar otra cosa más que esta.

Harry Potter: Después De La Segunda Guerra MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora