Capítulo 4

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— Compañero — Dijo Ron sacudiendo a Harry por el hombro para despertarlo. — Pasaste una buena noche ¿eh? — Harry rio.

Juntos fueron al comedor a tomar el desayuno donde Hermione y Ginny ayudaban a la Sra. Weasley a servir la mesa mientras que Harry, Percy, George, Ron y el Sr. Weasley estaban sentados. Hermione tenía la punta de su varita encendida y conjuraba los platos que iban directamente hacia la mesa, en cambio Ginny usaba sus manos y pies para llevar los cubiertos.

— Te puse un poco más en tu ración Harry — Dijo Ginny dejando el plato en frente de Harry sobre la mesa. Harry rio por el parecido de la frase con el típico reclamo de la Sra. Weasley de "Harry te estas matando de hambre".

Harry miró la pared de la cocina donde debía estar el reloj de la familia que marcaba cada el estado de cada uno de los integrantes de los Weasley pero este no estaba, en su lugar se encontraba una vieja fotografía del Sr. y la Sra. Weasley en el día de su boda. Ambos se mostraban con una sonrisa y se abrazaban constantemente.

— Qué bueno es tenerte aquí de nuevo, Harry — Dijo Percy que se mostraba físicamente descuidado y el resto de la familia volteó a ver. Era la primera vez que Harry lo había visto de esta forma, él lo recordaba como el Weasley arrogante y sifrino: "el hombre perfecto" pero ya no estaba actuando con su gran estupidez de siempre.

— Gracias — Dijo Harry cortantemente.

Esa tarde jugaron al Quidditch, mujeres contra hombres. Harry no se preocupaba por correr tras la snitch ya que Ginny jugaba de buscadora contraria y dio como resultado que el equipo de las chicas quedaran campeonas 3 veces seguidas en una hora.

— ¿Qué rayos te sucede compañero? — No dejaba de gritar Ron cada vez que la bola pequeña dorada se acercaba por los aires.

— No la he visto, no la he visto ¿vale? — Respondía Harry con la mirada fija hacia Ginny.

Pasaron dos semanas y el verano se estableció, los juegos de Quiddith en la madriguera se hicieron menos habituales por el hecho que los rayos de sol caían en el patio y casi no se podía estar fuera de la casa por miedo a sufrir alguna quemadura fuerte, la última vez que Ron y Harry estuvieron fuera de La Madriguera, Hermione terminó colocando encantamientos sanadores y paños de agua en la frente de los dos chicos porque sufrieron una fuerte insolación.

— Que loco ¿no? —- Dijo Ginny una tarde mientras estaba sentada en el sofá junto a Harry, Hermione y Ron.

— Si, no puedo creer que Hagrid consiguiera otra amante de las criaturas mágicas raras — Dijo Ron.

— Hagrid tiene el derecho de tener una esposa Ron — Regañó Hermione mientras tomaba una pequeña carta que se hacía muy parecida al libro del Monstruoso libro de los monstruos.

— Accio carta — Dijo Ginny.

— ¡GINNY! — Gritó Ron — No puedes usar magia, aún no tienes la mayoría de edad —

— Silencio Ronald. Aún tengo el rastro sobre mí pero en esta casa hay muchos magos mayores de edad así que no sabrá quien hizo el hechizo —

— Muy inteligente — Dijo Ron.

— A diferencia de ti Ronald — Respondió ella.

— Cuida no hacerlo frente a tu madre — Intervino Harry — Ella se molestaría mucho.

— Tengo años haciendo esto, desde que Fred y George fueron mayores de edad —

— Te arriesgas demasiado Ginny — Dijo Hermione.

— Cuando tienes hermanos mayores... —

— ¿Ginny?, ¿Ginny querida? —

— Shh... — Dijo Ginny rápidamente levantándose para acudir al llamado de su madre desde la cocina.

— No quiero saber en qué rollo se puede meter si mi madre la encuentra haciendo magia — Dijo Ron.

— Pigwidgeon — Dijo Ron mirando por la ventana en la que aterrizaba una lechuza pequeña. — ¿Qué me traes allí? — Le preguntó Ron a Pigwidgeon cuando está estiraba la pata con un pergamino en él — Es para ti Harry — Dijo Ron pasándole el pergamino a Harry.

Para: Harry Potter
La Madriguera.

Querido Harry, espero tanto tu como los Weasley esten bien, yo estoy mucho mejor ahora que mi abuela me ha acompañado a visitar a mi madre y a mi padre en San Mungo, les he comentado sobre la muerte de Bellatrix y pude ver algo que nunca había visto: los ojos de ambos se iluminaron por un momento y mi abuela abrazó a mi padre; creo que luego te contaré el resto (casi se me termina el pergamino). Las nuevas noticias: Hagrid se casa, ¡enhorabuena! Esto es todo, Harry espero recibir noticias tuyas pronto.

Con cariño: Neville Longbottom.

Harry terminó de leer la carta y se alegró de recibir noticias de Neville y de saber que estaba feliz. Le contó a Hermione y a Ron y fue directo a la habitación de Ron para escribir una respuesta. Al terminar se dio cuenta que su carta era corta pero concreta. — Un abrazo, Harry Potter. — Así firmó la carta y pidió a Ron prestada su lechuza para enviar la respuesta.

— Quiero volver con ellos Ron — Lloraba Hermione entre los brazos de Ron. Harry aguardó tras la pared.

— Te ayudaré Hermione, volverás con ellos pronto, están bien — Dijo Ron secando las lágrimas de Hermione con el dedo pulgar.

— Gracias Ron —

Harry prefirió volver a subir las escaleras y usar a Pigwidgeon sin preguntar. Ron no se molestaría por eso y él no quería ver a más nadie sufriendo por su culpa y Hermione , su mejor amiga lo estaba haciendo.

— Harry — Dijo Ginny escaleras arriba — ¿Qué te pasa? — Preguntó.

— Nada. Estoy bien — mintió Harry.

— Acompáñame y allí puedes contarme— Ginny cogió a Harry de la muñeca y lo condujo hasta su habitación, era la segunda vez que entraba allí. Harry se acercó a la pared y miro por la ventana y luego se deslizó hasta el suelo y Ginny se sentó a su lado.

— Ella está sufriendo — Dijo Harry. Ginny asintió con la cabeza.

— Por sus padres, los dejó por venir con Ron y conmigo — Harry contó a Ginny lo que había oído en la conversación de Ron Hermione.

— Hermione es muy fuerte. — Al igual que todos nosotros.

Harry Potter: Después De La Segunda Guerra MágicaWhere stories live. Discover now