Niñero ❀Dipwill❀

Seis; ✿

Al llegar la mañana, fue como si nada hubiera pasado la noche anterior.

Los tres se encontraban en el comedor, desayunando panqueques que había preparado la castaña.
Will los devoraba con gusto, al igual que la castaña.
Y Dipper simplemente los hizo a un lado para seguir leyendo su diario y con una mano sosteniendo una taza de café.

Al menor le extrañaba, ¿cómo podía menospreciar la comida de su hermana? Tal vez era una bruja, pero cocinaba excelente.

— ¿Por qué no comes? —Cuestiono el menor con duda.

El Gleeful levanto la mirada viéndolo con desprecio.

— No quiero, punto. —Siguió con su lectura.

Will hizo un puchero, y acto seguido golpeo la mesa.

— ¡Pero si están ricos! ¡Mabel cocina excelente!

— Aww... —Lo abrazo.— Gracias Phill.

— Will —La corrigió con una sonrisa en cara.

— Como sea. —Respondió aún abrazándolo.

— Ugh. —El castaño los miro mal.— Si como uno ¿dejaran de molestarme? —Los dos asintieron con los ojos brillosos.

Dipper sólo suspiro pesado, tomo el tenedor y cuchillo de mala gana, para después cortarlo en trozitos, y con el cubierto en mano se llevo uno a la boca.
Empezó a masticar, masticar, hasta que abrió los ojos como platos, pues, una sensación dulce había invadido sus paladares.
¿Cómo pudo menospreciar la comida de su hermana desde hace tiempo?

Con Will viéndolo aun en cara, decidió quitar su expresión y cambiarla por una seria, pero aún así siguió comiendo.

— Ves... ¡Son ricos! —Exclamo feliz el menor, mientras que la castaña se levantaba a recoger el plato del niño y el de ella.

— Sí, ajá... —Lo ignoro.— Hey, tengo algo que decirte.

— ¿Qué ocurre?

— Ya que no puedes controlarte cuando te dejamos —Hizo una pausa para masticar.— Iras con nosotros a nuestro trabajo.

— ¡Yupi! ¡Al fin sabré dónde trabajan! —Sus ojos brillaron.

— Sí, como digas...

— No hables con la boca llena. —Lo regaño.— Te ves mal.

El mayor viro los ojos, lo ignoro y siguió comiendo.

Más tarde ese día, los tres salieron a dirección al "trabajo" de los gemelos.

Al llegar, Will vio una gran carpa, y un gran letrero que decía:

"¡Sean bienvenidos todos a la tienda de la telepatía!"

— Bien, aquí es. —Hablo el castaño mostrándoselo a Will.

— ¿Aquí es? —Los dos castaños asintieron.— ¡Ahh! ¡Ustedes son los que estafan a la gente! —Al decir eso, Dipper y Mabel abrieron los ojos como platos.

— N-no... —Rió nerviosa la Gleeful, pues había varia gente presente a fuera del lugar.— ¿Q-quién te dice eso?

— Bill. Dice que ganan mucho por eso y-

— ¡Ay! —Dipper lo abrazo mientras tapaba su boca.— Que niños de ahora, ¿no lo creen? Se creen cada mentira jeje... —Dijo mirando a su alrededor mientras que la gente se alejaba.— Ugh, escucha, no puedes decir eso. —Lo soltó mientras que lo miraba serio.

— ¿Por qué? —Cuestiono.

— Porque no es bueno.

— ¿Y por qué no?

— Porque nos afecta.

— ¿Por?

— Basta. —Lo interrumpió de nuevo, poniendo un dedo en su boca, para después Will abrirla y morderle el dedo.

— ¡Auch! —Lo quito.— ¡Oye! —Lo miro molesto, mientras que su hermana se reía.— Ugh, esto no podría ser peor.

— ¡Hola Dipper~!

— ¡Agh! Pacifica... —Se asusto al ver a la rubia.

— ¡Hey Dip-Dop! —Toco su nariz.— ¿Qué cuentas?

— Hola Pacifica... —Respondió restándole importancia.— Nada.

Pacifica era una chica del pueblo, que constantemente visitaba a Dipper.
Oh claro, pero no estaba sola, tiene a un hermano llamado Gideon

Pacífica era la típica niña dulce, amable, divertida, positiva.

Todo lo que odiaba Dipper en ella.

— ¡Uh~! ¿Quién es este lindo niño? —Se puso de cuclillas para tomar a Will por las mejillas.

— ¡H-hey! N-no soy un niño... —Hizo un puchero.

— Su nombre es Will, hermano del Cipher. —Respondió el Gleeful.— Mabel lo esta cuidando.

— ¿Mabel? ¡Ja! ¡Los dos lo estamos cuidando! —Respondió la otra.

— Oh, bueno... Qué tal, si mientras dan el show... ¡Yo me encargo de él!

— ¿Qué?

— ¿Qué? —El menor imitó la acción del mayor, vaya que eso no se lo esperaba.

— ¿Lo dices en serio? —Cuestiono Dipper con un tono más calmado.

— ¡Sipi! Soy muy buena cuidando niños.

— Hmm... —Se mordió el labio.— Bueno, creo que eres mejor que Mabel.

— ¡Oye! —Exclamó molesta la otra.

— ¿Entonces es un sí? —Pregunto dando saltitos.

— Sí. —Respondió con sonrisa en cara.

— ¡Okie Dokie! —Tomo a Will del brazo.— ¡Nos divertiremos!

— Adiós Will. —Se despidió el castaño entrando a la gran carpa junto con su hermana.— Te recogeremos más tarde.

Will solo puso una mirada nostálgica, sin quitar la vista en el castaño, pues sintió como si el Gleeful se hubiera quitado un peso de encima.