Niñero ❀Dipwill❀

❀Epílogo❀

— Seis años después. —

Un pequeño autobús llegaba a Gravity Falls.

Al parar y abrir sus puertas, un chico de aproximadamente 15 años bajaba de ese autobús con una mochila tras sus espaldas y en su mano derecha sosteniendo un peluche en forma de conejo, algo sucio, viejo, cocido por todos lados y sin un botón que complementaba su ojo.

Sí.

Ese adolescente era Will.

Mientras que por otro lado, más adentro en el pueblo, un castaño de aproximadamente 23 años de edad se encontraba caminando por las pacificas calles, no es como si nada fuera de lo normal estuviera pasando.

Sí.

Ese castaño era Dipper.

Había salido a pasear sólo para despejar su mente.

Otra vez, ese pequeño niño estaba en su cabeza.

Desde que Will se había ido, perdió todo contacto con él.

Vaya que paso momentos difíciles.

Iba con cabeza abajo pasando por una tienda de helados, aunque alguien hizo que sus pensamientos se fueran.

Volviendo con el peliazul, estaba emocionado, pues había llegado justamente al pueblo.

Por fin estaba en casa.

Sin embargo, lo primero que hizo, fue llegar a una heladería.

Le encantaba ese lugar, pues antes de que su hermano se lo llevara a la ciudad, lo llevaba a esa heladería todos los días.

Will pidió un helado de chocolate, su favorito.
Cuando salió de la tienda, no pudo evitar chocar con alguien mayor que él, embarrando el postre sobre la ropa de este.

— ¡L-lo lamento! —Se disculpó

— Hey... —El otro lo miro serio.— Fijete por dónde va...-

El castaño lo miro serio, cabello azul, pequeño, ¿era posible? ¿o sólo una ilusión cruel?
Dipper lo tomo de los hombros, obligando al otro verlo frente a frente.

— ¡L-lo lamento, no me lastime, y-yo!

— ¿Te conozco de algún lado?

— ¿Eh..? —El peliazul lo miro con extrañes— N-no lo creo...

— Es qué tú... —Suspiró— Juro que me recuerdas a alguien. T-tal vez.. —Lo soltó.— No es nada. —Desvió la mirada.

— Eh, lo lamento... —Justamente cuando iba a empezar a caminar, tomo su peluche que se había caído cuando había chocado con el castaño.

Cuando el peliazul hizo esta acción, Dipper no pudo evitar mirar.

Era el peluche de Will.

Él era Will.

— ¡Will! —Lo abrazó.— Oh, niño idiota —Aumento la fuerza de su agarre.— Te extrañe.

— ¡¿E-EH?! E-espere... —No sabía qué estaba ocurriendo, ¿quién era?— E-es usted... ¿El señor Dipper? —Cuestionó.

El nombrado solo se separo dedicándole una sonrisa tierna.
Will no se la creía, era él, era justamente él.

No pudo evitar que sus ojos se cristalizaran para después volver a abrazarlo.

— L-lo extrañe mucho... —Murmuró mientras más lágrimas caían.

Dipper paso una mano por su cabello acariciándolo.

— Yo igual te extrañe... —Lo separo para ponerse un poco a su altura y mirarlo frente a frente.

Mientras que Dipper pasaba su pulgar por las mejillas del pelo azul para quitarle las lágrimas, este no pudo evitar sonrojarse. El castaño al ver esto no se resistió, ¡pues seguía siendo el mismo niño de nueve años! Adorable.

No se resistió más y le dio un beso en los labios, lo cual hizo que el Cipher abriera los ojos como platos y se sonrojara más.

Pocos segundos después se separo del menor, viéndolo a la cara, pues estaba un tanto confuso. Se le hacia tierno y divertido.

— ¿Te gustaría ir por otro helado? Yo lo invito. —Dijo con simpleza el mayor.

Will solo asintió mientras que el sonrojo en su cara se hacia más notable y se acercaba a Dipper tomándolo del brazo. Lo cual hizo inevitable que Mason soltara una leve risa.

— Te extrañe.

— Sí, sí... Yo igual...