;Catorce❁

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Los días pasaban y Dipper se encariñaba más con el menor.
Había estado tan alejado de un niño desde hace mucho tiempo, ahora sabia que estaba equivocado.

No todos los niños eran unos mimados y groseros.

Era una tarde muy hermosa, los gemelos habían ido al pueblo a pasear junto con Will.

Pararon en un restaurante para comer.

— Muy bien... ¿Qué quieren de comer?

— ¡Pastel! —Exclamó el menor.

— Una ensalada. —Contesto la castaña.

— ¿No crees que es muy temprano para pastel, Will? —Cuestiono el Gleeful viendo al menor.

— Bien... —Se cruzo de brazos.

Dipper suspiro y sonrió leve.

— Bien, pero una rebanada chica.

— ¡Sí! —Exclamó victorioso.

El mesero recogió las cartas y se fue trayendo las ordenes de los tres.

El primero en traer el plato fue a Will con su pastel.

— ¿Puedo empezar a comer ya? —Preguntó el menor sosteniendo el tenedor mirando a los gemelos.

— Adelante. —El peliazul sonrió para después empezar a partir en pedazitos el postre.

Mientras que los dos gemelos hablaban y el menor comía, no pudo sentir una extraña sensación en su paladar.

Hizo una pequeña mueca de asco, pero aún así se lo paso.

— Will, ¿pasa algo? —El mayor volteo a verlo con preocupación.

El mencionado negó con la cabeza sonriendole, sólo que era una sonrisa un tanto débil en si.

Dejo el plato a un lado, sentía que algo malo iba a pasar.



En la noche ya hacían en la mansión.

Will aún sentía asco por el postre que comió en la tarde, sentía que tarde o temprano iba a caer.

— Will hora de dormir —Entro el castaño a la habitación del peliazul.

El mencionado solo asintió con la cabeza agachada, a Dipper se le hizo extraño esto.

— ¿Hey, estas bien? —No hubo respuesta alguna de parte del menor— ¿Will? —Puso una mano en su hombro.

Al tocarlo, el menor cayo en sus manos, Dipper lo miro extrañado, estaba pálido, y al parecer había dejado de respirar.

— ¡Will! —Exclamó histérico.— ¡Mabel, a Will le pasa algo!

— ¡¿Qué?! —Exclamó desde abajo la castaña.

Mason tomo una manta, tapó al menor, lo puso entre sus manos y bajo tan pronto las escaleras y salió de la mansión.

— ¡¿A dónde vas?! —Preguntó preocupada su hermana.

— ¡Al hospital, te veo allá!

Mabel asintió mientras cerraba la puerta y buscaba un suéter.

Pero como si la suerte estuviera en contra suya, el teléfono de la Gleeful sonó, viéndose en la pantalla el nombre del rubio.

— No, no ahora... —Murmuró y colgó.






Mientras en otro lado, ahí estaba el rubio en una piscina con sus demás amigos, pero un poco alejado.

Hace unos pocos días que no llamaba, se sentía un mal hermano.

Trato de contactar a la castaña.

"¡Hola! Soy Mabel, por el momento no me encuentro pero deja un mensaje, tal vez lo conteste."

Mabel, ¿dónde estás? ¿Cómo esta Will? —Suspiro pesado y colgó.

— Deberías despreocuparte. —Hablo una de sus compañeras.— Él está bien.

— Lo dices como si no te importa, Py. —Respondió Bill con una mueca.

— Tienes razón, pero bueno, si dices que no confías mucho en tu amiguita... Tal vez ya le hicieron algo al niño, ¿no crees?

— Cállate. —Respondió.

— Sólo digo la verdad.

Bill bajo la mirada y salio de la piscina.

En cierto modo, su compañera tenía razón, tal vez su pequeño hermano ya había sufrido maltratos de parte de ellos.

Ahora iría por él.

Niñero ❀Dipwill❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora