Capitulo 1

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No me conoces, pero voy a tener un hijo tuyo.

Harry Styles se sintió como si la sangre se le hubiera congelado repentinamente en el corazón, un corazón que se había vuelto de piedra hacía tiempo. Y aunque quiso colgar el teléfono, fue incapaz de realizar el movimiento necesario. Solo pudo decir una cosa: -No.
Luego, muy despacio, su pulso recobró la normalidad. Era imposible. No importaba lo que el médico le había intentado decir esa misma mañana, no importaba lo que aquella mujer le decía en ese momento. No podía ser posible.
Las palabras sonaron una y otra vez en su mente, pero le parecía tan irracional, tan carente de sentido, que no llegaba a creerlo. Una desconocida iba a tener un hijo suyo.
Respiró hondo e intentó recobrar el control de un día normal, había pocas cosas que pudieran turbar a un hombre de tanto éxito como Harry Styles. Más de un competidor lo había intentado y habría fracasado en el intento. Más de una mujer había querido echarle el lazo y había corrido la misma suerte.
Pero aquel no era un día normal, había dejado de serlo una hora antes, cuando recibió la llamada telefónica de la clínica.
Al principio, pensó que sería un error.
Se dijo que era imposible.
Habían pasado tantos años que llego a la conclusión de que alguien había mezclado los datos de los archivos y lo habían llamado a él. Y eso fue precisamente lo que alegó, pero le dijeron que el único error se había cometido tres meses antes, cuando se equivocaron con el embrión de la fecundación in vitro.
A pesar de ello, Harry, no quiso creerlo.
Hasta que el teléfono sonó por segunda vez y se encontró hablando con una desconocida que afirmaba estar embarazada de él.
Se sentó en el sillón y pensó que estaba soñando. Pero no era un sueño; veía perfectamente los yates y los transbordadores que pasaban en ese momento bajo el Harbour bridge de Sídney, en un día despejado.
Cerró los ojos y se frotó las sienes, pero su angustia no desapareció.
No podía ser verdad.
No debía serlo.
-Señor Styles ... -dijo una voz tímida, temblorosa-. ¿Sigue ahí?
El suspiró con pesadez.
-¿Por qué me hace esto? ¿Qué diablos pretende? -Harry oyó un grito ahogado y casi se arrepintió de haber sido tan seco con ella. Casi. Porque a fin de cuentas, sólo había insinuado la verdad. Sabía por experiencia propia que la gente no hacía cierto tipo de cosas si no esperaba ganar algo a cambio.
-No pretendo nada, simplemente me pareció que, en estas circunstancias, tendría derecho a saberlo.
-No le creo.
La mujer tardó unos segundos en hablar.
-Lo siento, no sé qué podría decir para que me crea. Sólo podría hablar con usted... A ver si existe alguna forma de salir de este lio.
-¿Alguna forma? ¿Ha pensado que puedo sacar una solución de la nada, como si fuera un mago o algo por el estilo? ¿O es que cree en las hadas?
El tomo de Harry fue tan despectivo que supuso que la mujer colgaría, pero sorprendentemente no lo hizo.
-Sé que esto es muy duro para usted, lo comprendo.
-¿Enserio? Lo dudo mucho.
-¡También es difícil para mí! -exclamó dolida-. ¿Piensa que me llevé una alegría al saber que llevaba un hijo suyo?
Un hijo. Cuando Harry escucho las dos palabras, se sintió como si lo hubieran despertado con un puñetazo en el estomago. Aquella mujer no llevaba un concepto en su vientre, sino una vida, un niño. El niño que Sophia y él habían luchado tanto por tener, el niño que ella no podía concebir, el niño que el destino les había negado incluso después de que ella se sometiera a un proceso de reproducción asistida.
Y, sin embargo, una desconocida había tenido éxito donde Sophia había fracasado.
Se preguntó por qué y no encontró respuesta.
Se preguntó quién era esa mujer que había despertado sus fantasmas y trastocado su mundo, con qué derecho se atrevía a jugar con él.
Llegó a la conclusión de que no podía tratar el asunto por teléfono. Necesitaba hablar con ella, en persona.
-¿Cómo ha dicho que se llama?
- _____. ____ Cameron.
-Mire, señorita Cameron...
-Es señora, pero prefiero que me llame ____, simplemente.
La voz de ____ Cameron era tan juvenil que a Harry no se le había ocurrido la posibilidad de que estuviera casada, pero tampoco le sorprendió
-Mire, señora Cameron -insistió- este no es un asunto que podamos discutir por teléfono.
-Lo comprendo.
Él respiró hondo y sacudió la cabeza. Aquella mujer hablaba como si fuera una especie de psicóloga. En lugar de lamentar su mala suerte y de clamar contra la injusticia del mundo por haberlos puesto en semejante situación, se limitaba a decir que lo comprendía.
-Nos deberíamos reunir tan pronto como sea posible. Le pondré en contacto con mi secretaria para que se encargue de los detalles.
Harry pulsó un botón y colgó el teléfono. Tenía la frente cubierta de sudor y los pulmones le ardían como si hubiera corrido en un maratón, aunque se intentó convencer de que todo saldría bien. Simone, su secretaria, sabría solucionarlo, ella siempre encontraba la forma de arreglar los problemas.
____. ____ Cameron.
Se repitió el nombre de la desconocida e intentó contener la ira y la desesperación que lo dominaban, buscando inútilmente una salida, como la lava de un volcán al borde de la erupción.
Lo imposible había sucedido.
Lo impensable.
Y alguien iba pagar por ello.

Vida entrelazadas      |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora