Capitulo 8

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_____ se apoyó en la puerta de la casa y suspiró aliviada, tras pasar el día más largo de su vida. Oyó que su coche arrancaba y que desaparecía en la distancia.
Volvió a suspirar.
Se había ido, pero ella fue incapaz de sacárselo de la cabeza. También había sido incapaz de resistirse a la tentación de girarse un momento y de lanzarle una última mirada antes de entrar en la casa.
Harry Styles  la observaba con los brazos cruzados y con unas gafas de sol que ocultaban sus ojos pero no difuminaban la intensidad de su expresión.
Suspiró por tercera vez, se apartó de la puerta y se dirigió a la cocina.
Dejó su bolso en la mesa, puso la cafetera en el fuego y se dedicó a mirar el correo mientras esperaba. Pesaba que todas las cartas serían facturas, pero se equivocó, entre ellas, había una con la insignia del bufete de abogados que representaba a Shayne.
Cuando la leyó, se sintió tan débil que tuvo que sentarse en una de las sillas. Shayne ya le había quitado el coche y la mayor parte de los muebles. Pero había dicho que no quería nada más de ella, salvo el divorcio y no volver a verla en toda su vida.
Volvió a leer la carta con la esperanza de haber entendido mal, pero decía lo que decía. Shayne quería que firmaran un acuerdo inmediatamente. Y había cambiado de opinión. Ahora, también le exigía la mitad de la casa que había sido de su madre y ____ había heredado.
Su casa.
Pero si él se quedaba con la mitad de la propiedad, ella no tendría más remedio que vender la suya y marcharse a otra parte.
Su mundo de estaba hundiendo.
Y no sabía qué hacer.

Cuando llegó al cruce, Harry sabía que decía girar a la derecha para tomar la incorporación a la autopista.
Pero, inexplicablemente, giró a la izquierda y siguió por las calles de letreros viejos y oxidados. Ni siquiera sabía porque seguía allí. Creía haber olvidado el pasado.
Pasó frente a un mercado con casi todas las tiendas cerradas, y se le hizo un nudo en la garganta al ver la vieja lavandería. En cierta ocasión, su madre lo había encontrado ahí, escondido entre las maquinas. Tenía una herida en la oreja porque otro chico le había tirado una piedra. Y se sentía avergonzado por haber huido sin luchar, porque su madre lo había encontrado y, especialmente, por llorar.
Cuando lo vio, su madre lo abrazó con todas sus fuerzas y le prometió que todo iba salir bien.
Le prometió que lo sacaría de aquel colegio horrible.
Le prometió que compraría una casa mejor y que se marcharían a algún sitio donde sería felices.
Las lágrimas tardaron poco en secarse, casi tan poco como las promesas de su pobre madre.
Poco después, pasó junto al pequeño parque adonde su abuelo lo llevaba a jugar cuando su madre estaba trabajando y no podía cuidar de el. Su abuelo siempre llevaba con él un pedazo de madera en el bolsillo, que tallaba con su navaja y hacía pequeñas obras de arte.
Al final de la tarde, él lo llevaba a cenar a su casa. Harry recordaba perfectamente a su abuela en la cocina, con su delantal blanco.
Pero eso era el pasado.
Todo había desaparecido.
Sus abuelos, la cocina y las promesas de un futuro mejor.
Ya no existía ni la casa donde Harry  había cuidado de su madre durante su última fase de su enfermedad, la cual acabo con ella.
Ya no había nada.
Siguió manejando y detuvo el coche en el número24 de la calle, frente a una casa semi destruida, que en las paredes mostraba manchas de un incendio. Salió del coche, caminó hacia la casa y se detuvo.
-¿Es de la compañía de seguros? -Al oír la voz, se giró y vio a un anciano que lo miraba con interés. Harry sacudió la cabeza.
-No, no lo soy. ¿Sabe que le ha pasado a la casa?
-Ah, eso... mal asunto. Hubo una guerra de pandillas. Todos eran jóvenes, pero sabían lo que hacían. Una noche, una de las bandas atacó la casa con bombas molotov. Mi esposa y yo oímos todo. Cuando salimos a ver lo que pasaba, la casa ardía en llamas. Los bomberos no pudieron hacer gran cosa.
-¿Y qué les pasó a sus habitantes?
-Afortunadamente, lograron salir a tiempo. Era una mujer soltera con dos niños, estaba embarazada de uno más. Fue un milagro que se salvaran.
-Así que estaba embarazada...
-Si. Fue un milagro. Se lo aseguro.
Hrrt sintió un dolor en el pecho. Nada impedía que aquel suceso se repitiera a tres calles de ahí, en el domicilio de ____. Nada impedía que las pandillas atacaran más casas.
Eso no era vida para nadie. Especialmente para una mujer que estaba embarazada. Especialmente, para una mujer embarazada de su hijo.
En ese instante supo que no podía volver a su mundo y dejarla ahí, expuesta a todos esos peligros.
No podía volver a casa y dejar a su hijo en aquel lugar. Él tenía la solución, alquilaría una casa durante unos meses, hasta que ____ diera a luz.
Era la solución perfecta. Sólo faltaba que ella lo aceptara.
____ todavía estaba junto a la mesa de la cocina, con la carta entre las manos, cuando llamaron a la puerta. Se levantó, agarró un pequeño pañuelo y se secó las lágrimas.
El timbre volvió a sonar, con más insistencia que antes. Se acercó a la ventana y vio un coche negro que le resultaba muy familiar. Antes de abrir echó la cadena para que sólo pudieran hablar por la abertura, así Harry Styles no tendría tiempo de ver el interior de la casa.
-¿Qué quiere?
-Déjeme entrar. Necesito hablar con usted.
-¿De qué?
-¿Pretende que hablemos así? Créame, no le voy a hacer ningún daño, cómo voy a hacer daño a la mujer que está embarazada de mi hijo.
____ suspiró, cerró la puerta y quitó la cadena antes de abrir otra vez. Harry entró en la casa, ajeno a la incomodidad que le causó a ____.
-Tengo una propuesta que hacer. Cuando su marido vuelva...
Harry no terminó la frase. Acababa de ver el salón, prácticamente vacío. Solo quedaba un sillón, una televisión vieja, un reloj de pared y una estantería donde se veían varios libros sobre embarazos.
-¿Qué diablos está pasando aquí? ¿Cómo puede vivir en estas condiciones?
____ no dijo nada. Harry se acercó y notó que tenía los ojos enrojecidos.
-¿Ha estado llorando?
____ hizo caso omiso de la pregunta. - Antes tenía más muebles, pero...
-¿Qué ha hecho con ellos? ¿Venderlos para comprar una lata de frijoles?
____ dio media vuelta y fue hacia la cocina, no se sentía con ánimos de discutir. Tomó la cafetera y sacó una taza para servirse café. Harry ya había llegado cuando ___ intentaba abrir el refrigerador para sacar la leche.
-¿Es que se piensa mudar? ¿Por eso tiene tan pocos muebles?
-No, no es por eso.
____ decidió dejar la leche y el café para otro momento. Harry se había parado delante del refrigerador y no podía abrir sin pedirle que se moviera, así que llenó la tetera eléctrica y la enchufó.
-Entonces, ¿Qué está pasando aquí? - _____ se mantuvo en silencio. - ¡Hable de una vez maldita sea! -dijo ya perdiendo la paciencia.
-Está bien. Shayne se llevó los muebles.
-¿Por qué? Eso no tiene sentido. - La tetera empezó a pitar en ese momento.
-Se los llevó para vivir más cómodamente con su nueva novia. Y ahora, ¿Le importa que apague eso? El ruido me está volviendo loca.
-¿Shayne la ha abandonado?
-Sí.
-¿Cuándo?
Solo se encogió de hombros, llenó su taza y añadió una bolsita de té. -Se marchó con su novia hace dos meses.
-¿Y porque la abandonó? - Los ojos de ____ brillaron con tristeza.
-Porque me negué a abortar.
Harry se pasó una mano por el pelo.- De modo que su marido se marcho porque se quedó embarazada del hijo de otro hombre.
-Sí.
-Pues tendrá que disculparme, pero no lo entiendo. ¿Sacrificó su matrimonio por un niño que ni siquiera quería?
____ soltó una carcajada amarga. - No, no soy tan noble. Mi matrimonio estaba muerto desde hacía tiempo, aunque yo fui la ultima en saberlo. El ya estaba a punto de marcharse a vivir con su novia cuando supo que la clínica había cometido un error con todo esto. Mi decisión de seguir adelante con el embarazo solo contribuyó a acelerar nuestra separación.
-¿Ahora vive sola? - ___ asintió.
-¿No tiene familia?- _____ sacudió la cabeza.
-Mi madre falleció hace unos años, yo era hija única.
-¿Y su padre?
-No lo llegue a conocer.
-Entonces. ¿Quién cuida de usted?
-Yo señor Styles. Ya no soy una niña.
Harry  sintió admiración y rabia al mismo tiempo. Admiración por la fuerza de aquella mujer, y rabia por el hombre que se había atrevido a abandonarla y dejarla en una situación terrible, sabiendo que estaba embarazada.
Si vivía sola desde entonces, no era de extrañar que estuviera tan delgada. No tenía a nadie. Nadie se aseguraba de que comiera decentemente.
-Recoja sus cosas. Nos vamos.
-¿Cómo? ¿De qué está hablando?
-No se puede quedar aquí. Se viene conmigo.
-No, yo no me voy a ninguna parte. Este es mi hogar. Bueno, o por lo menos...
-¿por lo menos?
-Lo era.
-¿Qué quiere decir eso?
-He recibido una carta hace un rato. -Volteó hacia la mesa donde la había dejado- Shayne se llevó el coche y casi todos los muebles cuando se marchó. Dijo que no quería nada más, pero ahora me exige la mitad de la propiedad de la casa. Cuando lo he visto, no me lo podía creer. Esta casa es mía, me la dejó mi madre - decía desesperada- No me la puede quitar ¿Verdad? No tiene derecho.
La expresión de tristeza de ___ le llegó al alma. Aquella casa no era bonita ni mucho menos, pero Harry comprendió su angustia, a fin de cuentas, también era todo lo que tenía.
-Le pediré a mis abogados que vean el caso. Pero usted no se puede quedar aquí. No voy a permitir que viva de este modo en su estado, y mucho menos, después de saber que ese individuo puede aparecer en cualquier instante con alguna de sus estúpidas exigencias.
-Bueno, dudo que pueda entrar, he cambiado todas las cerraduras.
-¿Y cree que eso lo detendrá si se empeña? Cualquiera podría romper una de las puertas o las ventanas de esta casa -observó- Además, eso es irrelevante. No puedo dejarla aquí. ¿Es que no lo entiende? Me preocupa el bienestar de mi hijo.
-Pero, ¿no quería que firmaramos un acuerdo antes de tomar decisiones?
-Dejemos que los abogados se ocupen de eso. De momento, recoja lo que necesite para pasar la noche. Ah, y no se preocupe por el resto de las cosas, mañana por la mañana le pediré a alguien que venga a buscarlas.
-Espere un momento señor Styles. Yo no he dicho que me quiera marchar.
-no, no lo ha dicho, pero me sorprendería que quisiera quedarse aquí. No tiene ni familia ni marido. A decir verdad, no tiene nada. Excepto un niño, y ni siquiera es suyo.
Ella alzó la barbilla, estaba harta de que le hablara en ese tono, y le dijera que hacer.
-Se equivoca. Esta casa sigue siendo mía. Al menos, en parte.
-Y podrá regresar a ella cuando nazca el niño. Le aseguro que, a partir de ese momento, no la volveré a molestar.
_____ maldijo, pero pensó que volvía a tener razón. Tal vez fuera mejor para ella que se alejara de Shayne y de aquel sitio hasta el parto. Tal vez fuera lo mejor para el bebé, más seguro.
Entró en el dormitorio, abrió una bolsa de viaje y se dispuso a guardar lo necesario para pasar la noche como Styles le había dicho. Abrió un cajón, sacó ropa interior, un pijama y lo cerró de golpe, pensando en lo que le habría gustado decirle a aquel hombre tan arrogante.

Vida entrelazadas      |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora