Capitulo 2

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Aún le temblaban las manos cuando colgó el teléfono, sorprendida por su propia inocencia. Era perfectamente normal que Harry Styles reaccionara de ese modo. Se había engañado al pensar que se lo tomaría mejor. Saco un pañuelo y se secó las lagrimas.
Ella misma se había llevado un disgusto al saber lo que había pasado. Pero no tenía la culpa. Además, ahora estaba embarazada de un niño que nunca había querido tener, de un niño que solo había aceptado tener porque Shayne estaba obsesionado por tener descendencia. Y ni siquiera iba ser suyo.
Resultaba tremendamente irónico que después de Shayne se tomara tantas molestias y se gastara tanto dinero en la clínica Carmichael, la mejor clínica en técnicas de reproducción asistida, los médicos la hubieran llamado por teléfono para decirle que se habían equivocado.
Cerró los ojos con fuerza y apretó los puños.
Aquel niño tenía mala suerte. Iba ser hijo de una madre que no quería serlo y de un padre equivocado.
-Lo siento pequeño, pero vamos a conocer pronto a tu padre. Y tal vez a tu mami, si se lo entrego en adopción -dijo en voz alta.
Una lágrima solitaria descendió por su mejilla. Se había acordado de la voz llena y profunda de ira de aquel hombre, quien parecía responsabilizarla del error.
Se había acordado de la furia de Shayne cuando lo supo, una furia que se volvió inmediatamente contra ella.
Shayne siempre había sido así. Siempre la culpaba de todo.
Pero al menos, había conseguido que la secretaria de Harry Styles  le concediera una cita para el día siguiente.
Y eso era lo mejor que podía hacer por el niño que crecía en su interior. Le podía dar una familia, unos padres de verdad, dos personas que lo quisieran.
Un coche de detuvo en el exterior. Miró la hora en el reloj de la pared, vio que eran casi las seis de la tarde y sintió pánico al pensar que Shayne estaba y que aún no había empezado a preparar la cena.
Sin embargo, el pánico se transformó rápidamente en dolor.
Porque Shayne ya no iba volver.
Se había quedado sola.
El paseo por el centro de la ciudad estaba lleno de gente que disfrutaba del día de fiesta y se dedicaba a grabar videos o comer helados. En el cielo, las gaviotas no dejaban de chillar.
Harry suspiró, sintiéndose fuera de lugar. Miro a Simone y lamentó que hubiera elegido un lugar tan público para quedar con ____ cameron.
Sin embargo, su secretaria estaba en lo cierto. Era mejor que se encontraran en terreno neutral, lejos de la sede de su bufete, que resultaba demasiado formal y que podía dar la impresión equivocada de que pretendía llegar a algún tipo de acuerdo con la señorita cameron.
Se quitó la chaqueta y se la colgó del hombro. Además, aquel lugar tenía una ventaja añadida, le permitía ser un ciudadano anónimo, un simple ejecutivo que estaba tomándose un descanso y en quien nadie reconocía a Harry Styles  el famoso inversor.
Hasta habría resultado agradable en otras circunstancias.
Pero desgraciadamente, estaban esperando a la mujer que se había quedado embarazada de él por error.
Miró la hora y vio que llegaba tarde.
-¿Crees que aparecerá? - Preguntó
Simone- ¿Qué haremos si no se presenta? No dejó un número de teléfono.
Harry no estaba preocupado por eso. Su conversación del día anterior había sido tan tensa que no le habría extrañado que se echara atrás, pero no importaba.
Tenía su nombre. Y ella esperaba un hijo suyo.
No se le iba escapar.
-Aparecerá, descuida. Aparecerá.

A ____ le pesaban los ojos cuando cruzó el puente que llevaba a la zona turística de la ciudad, No necesitaba mirarse en el espejo para saber el aspecto que tenía, a fin de cuentas, era acorde a lo que sentía en su interior.
Había pasado una noche terrible, llena de pesadillas. Y el contraste de su humor calido y soleado día de verano le pareció injusto.
Estaba tan nerviosa que tenía ganas de vomitar. Aunque ni siquiera había desayunado.
Parpadeó, se puso las gafas de sol y se dispuso a recorrer los escasos metros que la separaban del centro comercial, deseando haberse puesto algo más ligero. En su empeño por mostrar una apariencia conservadora, se había puesto unos vaqueros y un jersey que resultaban muy poco adecuados para el calor.
Cuando la secretaría de Harry Styles  le propuso que se encontraran allí se llevó una sorpresa. Hacía años que no se acercaba a esa zona de la ciudad, una de las más cosmopolitas, de hecho, había pasado tanto tiempo que no recordaba el sitio en particular, pero no dijo nada porque le dio vergüenza.
Además, discutir sobre el lugar de la cita habría sido absurdo. Lo único importante era que el señor Styles estaba dispuesto a hablar con ella.
No era mala señal. Si quería verla, había muchas posibilidades de que también quisiera quedarse con el niño. Y eso era todo lo que quería.
Solo deseaba que el pequeño tuviera unos padres que le dieran su amor.
Lamentablemente, cabía la posibilidad de que no lo quisieran. ____ respiró hondo. Si no querían al niño, siempre había otras opciones, otras parejas sin hijos que lo cuidarían como si fuera suyo.
Fuera como fuera, el pequeño sería feliz.
Sacó un papel arrugado del bolsillo, comprobó la dirección del lugar donde habían quedado y echo un vistazo a su alrededor. Cuando reconoció la entrada al centro comercial que la secretaria le había indicado, sintió angustia.
Sus pasos se volvieron más lentos a medida que se acercaba. Temía que Harry Styles  se hubiera marchado o que, al final hubiera decidido no ir.
Segundos después, vio a una pareja en una de las mesas y pensó que tal vez fueran él y su esposa. Justo entonces, la mujer rompió a llorar y la propia ____ estuvo a punto de imitarla. Era una situación muy difícil para ella.
Volvió a mirar a su alrededor, se fijó en un grupo de turistas japoneses que se apelotonaban en el paseo, una familia de italianos que estaban tomando un helado y un hombre alto, situado de espaldas a ella, que llevaba una chaqueta colgada al hombro.
Le gustó de inmediato.
Sacudió la cabeza y siguió mirando. En las cercanías había otra pareja, pero la mujer estaba demasiado tranquila para la situación y el hombre pareció demasiado guapo, en su sentido clásico, para se Harry.
En sentimiento de culpa la consumía por dentro.
Había llegado tarde porque no estaba segura de estar haciendo lo adecuado.
Pero se armó de fuerzas y siguió andando.
-Mira. Puede que sea ellos.
Harry se giró en la dirección que Simone le había indicado. Al ver a la pareja que estaba sentada a la mesa del bar, se preguntó si aquella mujer podía ser _____ cameron y aquel hombre, su marido. Desde luego, no iban vestidos como turistas. Y ella tenía los ojos enrojecidos, como si hubiera estado llorando, lo cual encajaba en la situación
Ella era alta, rubia y bastante atractiva, aunque de mirada triste. El era mayor que ella, debía de tener alrededor de treinta y cinco años. Por la ropa que llevaban, no les faltaba el dinero.
-¿Y bien? ¿Qué te parece? -preguntó Simone.
-No sé qué decir, pero solo hay una forma de salir de dudas.
Harry  y Simone se pusieron en marcha. Y estaban a punto de llegar a la mesa cuando oyeron la voz de una mujer a su izquierda.
-¿Señor Styles?
El se giró, sorprendido.
____ reaccionó con la misma cara de sorpresa, porque su pregunta no iba dirigida a el, si no al hombre que estaba sentado con la mujer de ojos llorosos.
-¿Sí?
-¿Quién es usted?

Vida entrelazadas      |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora