Capitulo 19

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El sabor de su boca era adictivo, irresistible. No se cansaba de el.
Y al sentir el contacto de sus senos contra el pecho, decidió que había llegado el momento de sacarlo todo.
-Te deseo. No se porqué. Puede que sea un sentimiento inadecuado o poco ético, pero te deseo y se que, si te vuelvo a besar, no podré detenerme, tendré que hacerte el amor _______.
_____ soltó un gemido, pero no se apartó ni hizo ningún ademán alguno de salir corriendo. Simplemente, lo miró.
-Eres preciosa.- continuo él- deja que te haga mía, por favor.
Por fin _______ reaccionó.- Tengo miedo.- le dijo en voz baja.
Harry le beso las mejillas, los ojos, la nariz.
La beso con una delicadeza, como si quisiera decir al mismo tiempo que él también estaba asustado y que no había motivos para tener miedo.
La llevó a su dormitorio y la tumbó en la cama. Aquella cama grande y cómoda siempre había sido la segunda cosa que más le gustaba de la casa, después de las comidas de rosa, pero cuando vio a ______ tumbada en ella, decidió que había pasado a ser la primera.
Se arrodilló a su lado y le acarició la cintura, las caderas y la curva de su abultado estómago. Todo le parecía mágico. Todo le parecía felicidad pura. Y cuando le acarició uno de los senos y sintió que el pezón se endurecía bajo su contacto, sintió un acceso de orgullo.
Le gustaba el vestido que llevaba. Especialmente, porque pudo introducir las manos por debajo de la tela y ascender hasta su trasero sin nada que obstaculizara su camino.
Ella se estremeció y se arqueó.
Incapaz de contenerse, Harry se quitó la camisa. Después, se desabrochó los pantalones y se los bajó ante la mirada intensa y llena de deseo de ______, que brilló con aprobación al contemplarlo unos segundos después, ya desnudo.
-Harry...
Él se tumbó en la cama y la besó, pensando que no podía existir ninguna sensación más placentera.
Sin embargo, no era suficiente.
Todavía no la había desnudado.
Le quitó el vestido, lo dejó a un lado y le desabrochó el sostén. Después, admiró sus pechos durante un momento y le succionó los pezones antes de bajar rápidamente a su estómago, que besó dulcemente.
Mientras lo hacía, le bajó las braguitas y la empezó a acariciar entre las piernas. Pero las caricias tampoco le parecieron suficiente. Necesitaba ir más lejos. Y la empezó a lamer, una y otra vez, sin descanso.
Ella gemía de placer, completamente entregada al contacto de su lengua, que había derribado todos sus muros.
Cuando se supo al borde del orgasmo, al borde del punto donde ya no había retorno, se puso más tensa. Harry volvió a lamer y la catapultó al clímax, conteniendo a duras penas su propia necesidad.
_____ no podía respirar, no podía pensar. Pero se sentía mejor que nunca. Era como si todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo hubieran cobrado vida de repente. Y debía de ser así, porque se volvió a excitar cuando Harry subió hasta la altura de su boca y la besó.
-Quiero tenerte, _____, quiero estar dentro de ti -dijo, acariciándole el estómago-. Pero seré cuidadoso.
-No te preocupes. El niño está bien -susurró. -Eres tan hermosa...
Harry bajó la cabeza lo necesario para succionarle un pezón. _____ sintió un placer tan puro que casi no se dio cuenta de que la penetraba.
Y luego lo notó. Allí, dentro de su cuerpo.
Y lo sintió tan grande que casi tuvo miedo. A fin de cuentas, habían pasado muchos meses desde la última vez que hizo el amor.
Él se empezó a mover y ella olvidó todo salvo las sensaciones. Arqueó la espalda y movió las caderas para acomodarse a su tamaño mientras hundía la cabeza en el almohadón.
El tiempo parecía haberse detenido.
Estaban juntos, fundidos, como un solo ser.
De repente, él se retiró un poco. _____ notó que estaba haciendo un esfuerzo por contenerse y que necesitaba salir de ella para recuperar el control, pero no se lo permitió.
Tensó los músculos sobre su pene y abrazó con fuerza a Harry para que no pudiera escapar.
Él gimió con desesperación. Se hundió en ella hasta el fondo y se empezó a mover otra vez, más de prisa, con un ritmo creciente, aumentando la intensidad de sus besos y sin dejar de acariciarle todo el cuerpo.
______ sintió la ola de tensión y de necesidad que iba creciendo en interior. Una necesidad que iba más allá de su propio placer. Una necesidad que exigía el pacer de Harry. Mientras se estremecía, se preguntó si conseguiría salir de aquella nube de placer donde se había perdido, si lograría encontrar el camino de vuelta.
Un buen rato después, aprovecho que Harry se había quedado dormido para levantarse de la cama con sumo cuidado. Faltaba poco para la noche y rosa se estaría preguntando por ella. A fin de cuentas, siempre bajaba a esas horas a la cocina para echarle una mano.
Le daba miedo que rosa entrara a la habitación y los encontrara desnudos.
Le daba miedo que Harry despertara y la mirara con recriminación, porque estaba convencida de que se arrepentiría de lo que habían hecho.
Había sido un error. A decir verdad, toda su vida había sido un error.
Se había equivocado al casarse con Shayne, se había equivocado al someterse al proceso de reproducción asistida y, por último, la clínica se había equivocado con ella.
Acostarse con Harry solo era un error más.
Por lo visto, no había aprendido nada.
Tomo su ropa, se la puso de prisa y se giró hacia la cama para admirar la belleza de su cuerpo, se acerco cuidadosamente y le dio un leve beso en los labios. Después se marchó.
_____ se había marchado cuando Harry despertó y la intentó tocar buscándola en la cama, deseándola de nuevo. Su aroma seguía en la cama, fresco y femenino, tentándolo en su ausencia.
A la luz del crepúsculo, que se filtraba por el balcón, Harry pensó que solo había sido sexo, nada más que sexo. Pero de ser así, también había sido la mejor experiencia sexual de su vida, ya que recordaba cada detalle de lo que le había hecho a _____ y se estremeció de nuevo.
Se levantó y se dirigió al cuarto de baño, preguntándose si ella pensaría lo mismo que él.
Sabía que no había fingido. Tenía la experiencia necesaria como para no dejarse engañar con esas cosas.
Y después de hacer el amor, ______ se había ido.
Tal vez fuera lo mejor, a fin de cuentas, se iba marchar de todas formas.
Abrió la llave de ducha y entró en la bañera cuando el agua todavía salía fría.
_____ se iría cuando diera a luz. Era lo que habían acordado, pero faltaban varias semanas hasta entonces y él estaba dispuesto a disfrutar hasta el último segundo.

Vida entrelazadas      |HS|Where stories live. Discover now