♙13.

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Aisha da un salto para terminar de bajar las escaleras, riendo cuando casi tira uno de los jarrones que estaban en la esquina.



—Freya –llama cuando ve a la rubia en la sala, leyendo uno sus grimorios.


La nombrada se gira a verla y abre los ojos sorprendida antes de ponerse de pie y aproximarse hacia ella.


— ¿Aisha? ¿Eres tú? –pregunta examinando su cara. La pelinegra asiente soltando una risilla.


—Eh, sip –responde con un poco de dificultad cuando la mujer le aprieta ambas mejillas, haciendo que sus labios se estiren como un pez.


— ¿Cual es la comida que más le gusta a mi Aisha? –entre cierra los ojos, observadora.


Aisha frunce levemente el ceño antes de sonreír. — ¡Nuggets! Pero nuggets de pollo, no de mi rata Nugg...


Las palabras se pierden en su garganta cuando Freya se abalanza contra ella. Lo primero que pasa por su mente es que va a golpearla, sin embargo, el pensamiento se esfuma en el momento que la rubia se dedica a llenarle de besos la cara mientras repite una y otra vez su nombre. Su corazón da un vuelco al sentir una extraña sensación de calidades recorre su cuerpo y tenía mucho tiempo que no sentía.


—M-Me haces cosquillas –tartamudea entre risas.


—Oh, Aisha, estaba tan asustada –se separa sólo unos centímetros para volverle a pellizcar una de sus mejillas–. No sabía qué hacer, todos estábamos confundidos por tu actitud.


— ¿Mmh? ¿Qué actitud? –quita las manos de Freya de su cara, dando un paso atrás.


La rubia se queda quieta por un momento, mirando con ojos analizadores a la pelinegra. — ¿N-No lo recuerdas?


— ¿Recordar qué?


Aisha ve como la blonda contraria traga saliva antes de cerrar los ojos un segundo y negar con la cabeza. La forma en que la mira momentos después le parece curiosa, más por la manera en que Freya sonríe, como si lo hiciera falsamente.


—Nada, cariño. No me hagas caso –pausa, estirando la mano en su dirección–. Ven. Vamos a prepárate esa nuggets.


Aisha asiente encantada, acercando la de ella para tocar la de Freya. Sin embargo, apenas sus dedos se rozan por un momento, Freya abre los ojos sorprendida, dando un salto y soltando la huesuda mano de la pelinegra rápidamente.


— ¿Freya?–pregunta preocupada.


Freya parpadea un par de veces, mirando hacia su pequeña figura. Su boca se abre y se cierra, intentando encontrar las palabras exactas, hasta que finalmente se queda callada, soltando un suspiro quedó y volviendo a sonreír como lo hizo anteriormente. Aisha se da cuenta que esta vez un brillo triste pasa por sus ojos.

GHOST ➳ The Originals.Where stories live. Discover now