♙34.

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El día en que Freya Mikaelson pensó que jamás volvería a estar atada a una bruja la hizo realmente feliz. Pero su felicidad no duró más que unos pocos meses.


Fue estúpido pensar que si Dahlia moría ella iba a ser por fin libre, lo fue por un tiempo por un corto de tiempo muy pequeño y jamás imagino que volvería a caer en el mismo juego de tu tomas por la fuerza, yo no recibo nada. Supone que las cosas no siempre pasan como uno realmente desea o por o menos para ella no.


Sucedió dos días después de que Aisha hubiera salido de casa, después del episodio donde la habían encontrado en las escaleras llorando mientras Hayley la miraba con el sentimiento de odio puro, fue después cuando la pelinegra había tomado una actitud tan fría como el hielo, fue cuando sin querer la toco y todo se volvió un caos en su cabeza.


Una habilidad que más brujas tenían era el don de poder ver todo el pasado de la persona a quien tocasen. Con Aisha fue la excepción. Desde que había llegado a casa, jamás había visto algo sobre su pasado cuando rozaba discretamente sus dedos sobre la piel blanquecina, al principio le pareció curioso, porque era extraño que esas cosas pasasen, pero lo hacían. Y finalmente, cuando Aisha se paró frente a ella al final de las escaleras mientras le miraba con una sonrisa que no supo reconocer en ese momento porque estaba más ocupada llenándole de besos la cara y preguntándole cuál era su comida favorita para cerciorarse de que realmente fuera ella, que todo iba bien hasta que la tomó del brazo para encaminarse a la cocina y fue ahí donde volvió a caer en una esfera de cristal donde ella sólo era el simple muñeco que había dentro.


Recuerda el sentimiento de todo su cuerpo tensándose como si hubiera estado parada en mitad del polo norte desnuda, cada uno de sus músculos se habían contraído para después arder de una manera que no es posible explicar. Fue la sensación más extraña que hubiera experimentando y a pesar de que solo duro un par de segundo, supo que todas las cosas iban a salir mal desde ese momento. Por qué no vio recuerdos, no vio nada sobre la vida de Aisha excepto la imagen de un techo desgastado y a un bebé a su costado. Aunque eso fue lo que menos le importó, lo que más había llamado su atención era esa presencia que repentinamente había aparecido en su cabeza, eran muchas y todas hablaban a la vez.


Le susurraron un montón de cosas, le gritaron otras más y le dijeron otras miles. Su cabeza fue llenada de información que la abrumo, la abrumo a tal grado de querer golpear su frente con una superficie dura para callarlas, para que dejaran de hablar, de decirle cosas que no entendía.


Y entonces, después de roda esa agonía que sufrió, después de que las voces por fin se callaron, logro poner en orden todo y lo comprendió, a paso lento, pero lo hizo. Supo que Aisha realmente nunca había tenido algún tipo de relación con Hayley, supo que todo era una mentira con un propósito que no le gustaba para nada. Lo supo todo y no dijo nada. No podía.


Cada vez que intentaba abrir la boca para decirle a sus hermanos sobre la verdadera situación, cada vez que quería revelar cada cosa que sabía, las voces aparecían y le susurraba de una manera espeluznante que cerrará la boca, un suave susurro que le ponía todos los bellos de punta, que le hacían tensar el cuerpo como la primera vez para, después, sentir un ardor de infierno. Su boca se cerraba sin que ella lo quisiese, como si la acción no hubiera hizo concientizada por su persona sino por las voces, como si hubiese sido obligada, como si no tuviera voto sobre su propio cuerpo. Y las palabras siempre iban a quedar al inicio de su garganta porque nunca salían.

GHOST ➳ The Originals.Where stories live. Discover now