♙15.

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— ¡Sal de mi casa, perra!


Aisha se remueve inquieta en la cama por el ruido que logra escuchar. Suelta un murmullo tomando una de las almohadas para abrazarla y acurrucarse dispuesta a seguir durmiendo. Sin embargo, el ruido vuelve a escucharse con más fuerza, sobresaltándola.


Se despierta completamente sola y a oscuras en su habitación. Sus ojos ardían de lo mucho que había llorado entre sueños, carraspea tragando la saliva chiclosa aglomerada en su garganta y parpadea un par de veces antes de pasarse las manos por los ojos, quitando las lagañas que molestaban en las curvas de sus ojos.


Se queda sentada en la cama con el ceño fruncido, tratando de identificar el ruido que le había despertado. Pasa un par de segundos cuando vuelve a escuchar el mismo estruendo que proviene fuera de su habitación.


— ¡Ahhss! –se queja con tono infantil, haciendo un puchero. Golpeando la almohada con fuerza. Alza la cabeza mirando el reloj de ositos colgado en su pared, donde en números grandes de color rosa fosforescente marcan las doce con dos de la madrugada.


Se pone de pie caminando con pasos rápidos hacia la puerta, tirando de esta con fuerza y arrastrando los pies hacia el final del pasillo en donde empieza el barandal de meta que le dejaría ver el piso de abajo. Pero antes de que pueda hablar o quejarse por el ruido, alguien tira de su brazo provocando que su cuerpo se haga hacia atrás, alejándose del barandal.


— ¿Qué haces despierta? –Kol le suelta, hablando con voz baja, soltándola.


Aisha parpadea tratando de calmar su corazón. —Me asustaste.


—No podemos estar aquí –mira a todos lados, volviendo a tomar el brazo a la pelinegra para tirar de ella hacia el pasillo contrario, empujándola hacia la habitación de Klaus–. Te hice una pregunta.


Aisha frunce el ceño. —Me despertaron unos ruidos –murmura del mismo modo que el original–. ¿Qué está pasando? ¿Por qué estamos hablando tan bajito?


—Asuntos personales –responde–. Mira, Aisha, no tienes nada de qué preocuparte, sólo necesitas... necesito que te quedes aquí hasta que alguno de nosotros venga a buscarte –se acerca para tomarle las manos–. Hope también está aquí –señala con la cabeza hacia la cama, donde la niña duerme rodeada de un montón de almohadas–. Trata de dormir, contar ovejas, yo que sé, pero por nada del mundo salgas de la habitación.


—No estoy entendiendo nada, Kol.


El original le da un abrazo rápido. —Solo hazme caso, cariño. Tengo que irme. No salgas de la habitación, ¿de acuerdo?


—De acuerdo –se separa del vampiro, mirando como camina en dirección a la puerta. Le da una última mirada y sale de ahí.


Aisha suelta un suspiro, llevándose la mano al corazón intentando calmar su pulso. No sabía porque tenía esa extraña sensación en su pecho, era como si de un pesar se tratara. Sin embargo, arrastra los pies hasta el baño de la habitación de Klaus, entrando y quitándose la ropa; se había despertado y ya no iba a poder consolidar el sueño tan fácilmente, así que una ducha le vendría bien para relajar sus músculos. Lleno la bañera, poniéndole las sales de baño que el híbrido tenía y se metió sintiendo su cuerpo relajarse al instante que tocó el agua.

GHOST ➳ The Originals.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora