Capitulo 11

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-Muchas gracias - sonreí al chico que me tendía un billete - pero no puedo aceptarlo. - volvió a insistir. Acabé tomandolo. - ¿Como te llamas? - le pregunté.

-Leo. - sonrió - cantas muy bien Camila. - lo miré curiosa, en aquel vagon del metro. - Te vi cantar en la función, Jeremy me dijo que sueles cantar en el metro.

-Así que tú eres el chico de Jems... - musité. Se encogió de hombros, sin dejar de sonreir. Era un chico alto, pelirojo y tenía el pelo propio de un león, "acorde con su nombre" pensé. Tenía los ojos claros, celestes, y la espalda ancha. Me lo imaginaba perfectamente abrazando al pequeño y escualido Jeremy.

-Eso parece... - suspiró, sin apartar su sonrisa de mi vista. - Aunque es muy tímido, parece un gran chico. - se sentó a mi lado, mientras yo enfundaba la guitarra, recogiendo.

-Lo es. Aunque esta como una cabra - no sabía si debí haber dicho eso, pero ya era tarde para retractarme.

-¿Dejas de tocar? - me preguntó observando mis esfuerzos por hacer entrar el instrumento en su funda. Asentí. - Tenía la estúpida esperanza de cantar con esa voz que enamoró al público en la función... - me observó con carita de cordero. Curioso, porque un leon podría haberse comido a un cordero en menos de dos mordiscos.

-Normani no está aqui... - bromeé, sabiendo que hablaba de mi.

-Va, una canción. - me arrebató la guitarra a medio guardar de las manos - Y después ya meto yo la guitarra ahí dentro.

Sacó el instrumento y empezó a rasgar las cuerdas, la canción que sonaba la conocía. Lego House, de Ed Sheeran. Entonces reparé en lo gracioso que era que ese pelirojo estuviese tocando una canción de mi pelirojo favorito. Canté con él, no solo una canción, sino unas cuantas. El chico tenía una voz grave y profunda que contrastaba completamente con la mía. Aunque, si soy sincera, mi voz siempre contrasta con todas, tiene algo especial.

-Hasta mañana - le dije mientras salía por las maquinas del metro, habiamos quedado que vendría a comer con nosotros a la cafetería del colegio.

-Hasta mañana - volvió a enseñarme todos sus dientes, en una sonrisa perfecta. Ese chico era perfecto, Jeremy había tenido mucha suerte encontrandole.

Empecé a caminar hacia mi casa, estaba a pocas calles de nuevo. Pasé por un callejón donde unos hombres fumaban fuera de un local apestoso. Me miraron todos y me dijeron obscenidades mientras yo aceleraba el paso. Vi una moto parada en el semaforo de enfrente de mi edificio, quedé absorta observando a quien iba en ella. Sus manos enfundadas en guantes de cuero, su cabello voleando con el aire frío de la noche, sus piernas a ambos lados del vehiculo. Me miró, sus ojos verdes estaban enmarcados por la visera del casco. Antes de arrancar me guiñó y yo supe que me estaba sonriendo, sin siquiera verle la boca.

-Vas a acabar conmigo - dije para mi misma, llevandome una mano al pecho. Mi corazón iba más deprisa de lo que debía - Más le vale a Lauren no matarse con ese chisme... - volví a pensar en alto, subiendo a mi edificio.

Dejé las cosas en el mueble de la entrada y corrí a buscar mi cargador. Mi movil había muerto hacía casi dos horas. Me senté cuando conseguí conectarlo y esperé a que la manzanita blanca apareciese en la pantalla. Tardó un minuto en cargarme todos los mensajes. Abrí la aplicación y vi que Dinah y Ally me habían metido en uno de esos estupidos grupos en que no se callan ni bajo el agua. Lo silencié automaticamente. Entonces vi el nombre Lauren en mi pantalla, me había enviado un audio.

"mira qué tenemos aquí, Mani" - decía su voz.

"¿no es Camila?" - la voz de Normani parecía divertida.

"Así es, ¿Crees que nos verá?" - ahora parecía una niña planeando una travesura.

"no si nos escondemos" - contestó Normani.

Y entonces me oí a mi. Estaba cantando una de mis canciones, en el metro. Enrojecí al pensar que Normani y Lauren habían estado observandome sin saberlo yo. Oí que la musica acababa, y que yo le negaba a alguien tomar su dinero. Entonces la voz de Leo hizo su aparición.

"ui, te la han robado Lauren" - rió Normani.

"Aish, como me hace sufrir mi Camz"- estaba claro que lo había hecho aposta. El audio finalizó.

¿A qué jugaba? Lo hacía completamente a proposito. Después de confesarme que no le interesaba más que para, ehm, "eso", debería haber desaparecido de mi vida. Uno no confiesa sus peores intenciones a la espera de que la otra persona se las sirva en bandeja. O eso creo yo. Su actitud me puso furiosa, lo admito. Ese día empecé a odiar con todo mi corazón a Lauren. Ya no era cosa mía, ella realmente se reía de mi y yo estaba siguiendole su estupido juego como una idiota. La puse en mi escala de gente detestable, solamente un numero por debajo de a George.

-¿Qué sucede Camila? - Alice estaba en el aparcamiento del instituto, dónde yo fui a buscarla.

-¿Aún me quieres en la clase de baile? - pregunté. Ella esbozó una sonrisa que me atravesó directamente el corazón.

-Claro que sí.

-Sólo tengo un problema...- comencé, ella me miró a la espera de que yo continuase. - No sé bailar, soy completamente arritmica.

-Me ofendes - dijo entre risas - Estas hablando con la mejor profesora de baile que te vas a cruzar en la vida - su altanería me resultó de lo más atractiva, igual que su sonrisa traviesa que no desaparecía durante más de dos segundos nunca. - Yo te arreglo, morena.

-Ehm, ¿No se va a desesperar?

-No me trates de usted, por favor... - bufó, haciendo volar uno de sus mechones rubios. - Y ahora vete a clase que en la última reunión de profesores se comentó que los alumnos estais tomando la costumbre de llegar tarde... -le di las gracias alejandome.

La sensación que me provocaba Alice no era como la que provocaba Lauren. Alice parecía querer ser simpatica siempre, sus sonrisas no eran de aprobación sino que parecían reflejar su caracter abierto y despreocupado. Su seguridad en si misma provenía de la certeza de saber que ella era buena en lo que hacía, pero tampoco parecía querer convencer al resto de que eran inferiores. Su belleza se mezclaba con su personalidad cálida y su actitud joven, y era obvio que era la profesora más joven del instituto. Sí, con Alice también me sentía intimidada, pero eso era por mi profunda admiración hacia ella.

-¿Te vas a meter a bailar? - me preguntó Jeremy incredulo. - ¿Tú?

-Aha - no quise decirle mi motivo, mis ganas de pasar por encima de Lauren, de demostrarle que yo no era menos que ella. Aunque no estaba segura de que yo fuera capaz de aprender a bailar debía intentarlo, mi orgullo me impedía seguir sintiendome inferior.

-Yo creo que es una gran idea. - Leo me palmeó el hombro, sin apartar a Jeremy de su lado.

-¿Tú la has visto bailar? - ahora la pregunta era para Leo.

-No, pero todo se aprende, Jems... -su tono calmado le daba una credibilidad absoluta a sus palabras.

-Hablamos de Camila.

-Sí, hablais de mi y empieza a ser incomodo - acabé diciendo.

-Pero Mila, si tú no tienes ritmo en el cuerpo...

-Y tú eras incapaz de hablar con nadie que no fuese yo, y mirate - pusé mis ojos en Leo y después volví a mirar a mi amigo, que enrojeció al instante. Leo rió y abrazó a Jeremy, quien dibujó una sonrisa que casi me paraliza ahí mismo - Oh dios... ¿Os he dicho la buena pareja que haceis?

-¿desde que me he sentado a comer? - preguntó Leo divertido - Unas siete veces.

One Wish [Camren fic]Kde žijí příběhy. Začni objevovat