Capitulo 14

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Lauren me miró confusa y me arrepentí de haber hablado en el mismo momento en que le hice la pregunta. En mi mente aquello salía muy mal y ella me decía que no, se levantaba y se iba, abandonadome ahí. En la realidad se había quedado callada y yo me senté, apoyando la espalda en el cabecero. Ella seguía mirandome, parecía estar debatiendo si aquello estaba bien o mal. Como si no estuviera segura de que yo hubiese hecho aquella pregunta. Se sentó conmigo, mirandome aún.

-¿Quieres hacerlo? - me preguntó, rompiendo ese silencio.

-Sí. - ya no valía de nada mentirle.

-Sabes, tengo una regla - empezó - odio que me pidan besos... Creo que es algo que nunca debe pedirse, es algo que no debe darse solo porque te lo pidan, creo. Y si me lo piden me fastidia. - me quería matar con tanta seriedad y tanta palabrería.

-Me hubiese bastado un no. -le aclaré.

-Te digo que esto es algo que surje solo - seguía con su discurso, ignorandome. - Una vez corté con un chico, a los trece creo que fue, porque siempre que quería besarme me lo pedía - sonrió al recordarlo. - Siempre... Entonces me impuse esta regla, si me lo piden que se vayan a la mierda - soltó con voz de frustración. Entonces hizo algo que no me esperaba: sonrió. Pero fue una sonrisa distinta, sonrió de verdad y los ojos le brillaron.

-Ok, me voy a la mierda - le dije confusa por su sonrisa. Ella me tomó la mano cuando intenté levantarme para irme de ahí y tiró de mí para que volviese a quedarme donde estaba. - Lauren, quiero salir de aquí...

-Lo sé - seguía sonriendo. - Pero espera... - y sus ojos volvieron a clavarse de una forma imperativa en mí. Me quedé ahí, obedeciendo bajo su mirada. Acercó mi mano a su cara y besó mis dedos,mdespués me hizo acariciarle la mejilla con mis nudillos cerrados alrededor de su mano. Bajó la mirada dos segundos, juro que solo fueron dos segundos, y cuando volvió a mirarme sus ojos tenían un brillo que me dejó sin aire. - Pero verás... Soy muy dada a imponerme normas que no cumplo - se acercó a mí, eliminando ese espacio que se había creado a culpa de ese incomodo momento. - En verdad, quiero besarte más de lo que he querido besar nunca a nadie. - y sus labios se pegaron a los mios.

Entonces yo pasé por tres fases:

1- ¿Qué ha pasado? - Ah sí, le he pedido si podía besarla y me ha dicho que tiene una norma al respecto.
2- ¿Qué acaba de hacer? - Ah sí, tiene sus labios en los míos.
3- ¿Qué mierdas hago yo ahora? ...

Reaccioné y tomé su cuello con mis manos, no quería que se alejase de mi. Separé sus labios y ella con ese permiso profundizó el beso. Con una mano en mi cintura y la otra en la cama al lado de mi cuero, Lauren se inclinó más sobre mi y yo dejé que desapareciera aún más esa distancia que nos separaba. No fue un beso de deseo, creo. Fue más bien dulce, algo que no me esperaba en Lauren. Me colgué de ella, saboreando sus labios. Se alejó dos segundos para tomar aire y volvió a besarme, con más ganas, mientras yo caía hacía atrás quedando mi espalda pegada al cabecero de la cama. Volvió a separarse dos centimetros para sonreír sobre mi boca y yo le mordí el labio en un intento de volver a acercarla.

-Al final serás tú la que se quiere aprovechar de mí - me dijo, sin siquiera alejarse lo suficiente para que pudiera verle los ojos, pasando su mano por el pelo que había caído en mi cara, apartandolo y poniendolo detrás de mi oído.

-Ni que supiera hacer eso... - le espeté, alejandome yo.

-Creeme, si quisieras podrías tener a quien quiseras de esclavo. - mi reacción debió de hacerle gracia porque empezó a reirse de una forma descontrolada. Su risa, su verdadera risa y no esa que había visto antes, era realmente contagiosa. Empecé a reirme con ella sin saber muy bien por qué, pero juro que no pude evitarlo. - Eres... Eres un personaje. - declaró.

-¿Yo? - pregunté intentando hablar.

-Sí, sí tú. - y ella lloraba, juro que estaba llorando de tanto reír - Mira que hacía tiempo que no me reía así.

-Pero... ¿qué hice? - estaba completamente desconcertada.

-Pues...pues... No sé, me dejas completamente desorientada - me dijo - Esque... Pasas de ser dulce, a ser una sarcastica de mierda con tanta gracia que parece que se ha comido un payaso... Y después, después pones unas caras... -me acarició la mejilla - ¿Te han dicho alguna vez que eres muy expresiva?

-No...- fui sincera. Intentaba concentrarme en lo que decía y no en su mano sobre mi piel.

-El otro día te vi comiendo en la cafetería. Había yo que sé qué y parecía no gustarte. Entonces pasé por delante de tu mesa y tú cara... Tú cara era un cuadro. Debí haberte sacado una foto. - sentenció.

-No me doy cuenta... - musité.

-Pues imaginate qué cara has puesto cuando he dicho lo del esclavo que casi me ahogo.

-Lauren... - dije tomando su mano que seguía acariciandome, haciendo que se detuviese. Me miró, se acabaron las risas. - ¿Romperías tu norma dos veces la misma noche? - y esa sonrisa en sus labios...


El lunes llegué tarde no, tardísimo. Mi profesora de historia me llamó a su despacho para echarme la bronca del siglo. Había perdido clases, había llegado tarde demasiadas veces y encima su ultimo examen lo había suspendido. Aguanté que me sarmoneara durante media hora sobre la importancia de los estudios y me recordó que estaba ahí con una becca y que no podía suspender ninguna asignatura a final de semestre. Me hizo prometerle que me esforzaría más y ella me dijo que comprendía que asentarse en una ciudad nueva, completamente sola, traía responsabilidades y quizás me estaba costando pero que cofiaba en que podría arreglar aquello. Yo volví a decirle que sí a todo. Acabó su sermón con un "Pareces una buena chica".

-¿Sigues viva? - me preguntó Dinah. - Creí que esa bruja te iba a comer... Eres la primera que vuelve con vida de su despacho para contarlo -bromeó.

-Anda calla... - le dije. - ¿Donde esta Ally?

-Pues supongo que ha ido a comer con Troy, hoy es su cumple-mes. - me respondió Jeremy que ya estaba completamente integrado en ese grupo y sabía más de las chicas que yo. - Mila el sabado estuve llamandote toda la mañana y no me contestaste. - dijo con tono enfadado. - Ni me devolviste las llamadas.

-Ai... No me acordé de llamarte...- era verdad. Jeremy había estado llamando y yo no contesté al telefono. Estuve ocupada desayunando con Lauren y paseando por la ciudad con ella. Sí, ese sabado no iba a contestar a nada de mi mundo, no me apetecía volver al planeta tierra. - lo siento, Jems...

-Ya...-dijo enfadado, levantandose de la mesa.

-Jeremy, porfavor - le puse mi mejor cara de perrito abandonado.

-Dame un motivo, Camila - me bufó, entonces el motivo entró a la cafetería, con Normani a su lado y toda mi felicidad se evaporó al segundo. Con ellas, como si nunca hubiesen roto, caminaba George. Quedé en shock, sin entender absolutamente nada. Los observé sentarse, como si se movieran a camara lenta. - Lo que sea... - gruñó Jeremy alejandose.

-¿Mila? - Dinah me devolvió a la vida real. - ¿Vas a ir detrás suya?

-¿Que? - por un momento pensé que se refería a Lauren, que se había sentado en las piernas de ese idiota. Pero luego entendí que hablaba de Jeremy. - Eh, sí.

Salí detrás de él agarrando todas mis cosas. Él me ignoró completamente cuando lo alcancé en su taquilla. No me miró cuando empecé a darle excusas y mil explicaciones que no tenían sentido. Se apoyó en el taquillero para dejarme hablar, pero no parecía atender a nada de lo que le decía.

-¿Has acabado? - dijo finalmente.

-Sí... Creo.

-¿Sabes mila? - me miró tan fijamente que me quedé muda. - Eras mi única amiga aqui. Cuando confesé que era gay todos mis amigos me dieron de lado, es lo que tiene venir del mundo del futbol. Yo era popular, todas las niñas me querían en septimo. - sonrió sarcasticamente. - Era un niño y tenía miedo, pero pensé que mi mejor amigo me entendería, ¿sabes? Una noche vinó a cenar a mi casa y se lo conté. Él me prometió que sería un secreto, que no lo contaría al resto. Le creí, en mi inocencia. Juro que le creí y que confiaba en él.- sus ojos brillaban, cristalinos - Y se lo contó a todo el equipo. -resopló - Todos, juntos, en mi contra. Fue el peor año de mi vida, Mila. Me tiraban cosas, me encerraban en los vestuarios y hasta el entrenador me tomó asco. Me echaron del equipo, las niñas se reían de mi porque todos lo hacían. Empecé a ser cerrado, a no poder hablar con nadie, a no confiar jamás en nada de lo que me dijese nadie. Tenía miedo de ir al instituto, yo era un maldito niño asustado y nadie, absolutamente nadie, hizo nada por mi. Los profesores veían aquello y... o lo ignoraban como si no sucediera nada, o se reían con ellos... - golpeó la taquilla. - Tardé más de un año en contarselo a mis padres, tenía tanto miedo, Mila. Pensé que serían como mis amigos, pero ellos me entendieron. Si no fuera por mi hermano hace ya tiempo que hubiese dicho adios a esta vida de mierda...

-Jems... Yo...

-Espera, que acabé - me pidió casi llorando, - años después, apareces tú, con esa carita asustada y te acercas a mi, pidiendome por favor donde estaba yo qué sé qué aula. Durante el rato que tardé en llevarte a ese sitio no abriste la boca. Y te pedí si te encontrabas mal y ¿Qué me respondiste? Ah sí... Que le tenías un poco de miedo a las personas. Que venías de lejos. Que querías empezar con buen pie y que no conocías nada de aqui. - recordaba ese día, a la perfección. - Y pensé: "Ei, esa chica parece tenerle más miedo a la vida que yo mismo". A partir de ahí intenté ser tu amigo y poco a poco te cogí muchisima confianza. Llenaste un hueco en mi corazón que hacía mucho que estaba abandonado. Me esforcé en parecer de lo más feliz y divertido, sonreía para que así creyeses que era. Hubo un día en que me di cuenta que a tu lado mis sonrisas no eran fingidas... Hasta te cuento mis problemas Mila. El sabado rompí con Leo y quise hablar contigo. - acabó confesando - Estaba roto, llorando y solo. Dije: eh, estará ocupada, ya te devolverá la llamada. Pero no. Ni el domingo tampoco y me sentí muy solo, tan solo como cuando no tenía a nadie.

-Lo siento mucho Jeremy, de verdad - Jeremy estaba llorando enfrente mía y yo me sentí demasiado culpable para siquiera intentar abrazarle - Lo siento de verdad. Lo de Leo... Ni por un momento pensé que..,

-No es por lo de Leo, me pidió perdón y volvimos ayer por la noche - me dijo- Pero Mila, necesito que confies en mí, porque creo que eres la unica persona a la que jamás fallaría y no me gusta que me ignores para después soltarme todas esas mentiras que me acabas de soltar. Es como si para tí nisiquiera tuviese valor...

-¿Te digo la verdad? - pregunté. Él se limpió los ojos y asintió. - Lauren se quedó a dormir en mi casa. - su cara fue epica. - Y ahora... Ahora ha vuelto con ese gilipollas de George, creo que no podría odiar más a ese asqueroso...

-Hay algo que jamás te he dicho, que quizás te haga cambiar de opinión - dijo casi sonriendo, recuperando la compostura. Era como si de repente con aquella noticia me hubiese perdonado.

-¿Qué?

-En septimo... -comenzó - George era mi mejor amigo. Fue él a quien le confesé mi secreto.

-Jems... - me miró, igual esperaba que de mi boca salieran insultos para George- Te quiero muchisimo. Y lo siento, por abandonarte este fin de semana.

One Wish [Camren fic]Where stories live. Discover now