Capitulo 31

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Me desperté con el sonido del telefonillo. Al principio pensé que lo había soñado pero volvió a sonar. Avancé medio mareada hasta la puerta y contesté, confusa.

-¿Si? - me salió la voz más ronca de lo esperado.

-Camz, soy yo, porfavor, abreme. - reconocí a la persona que hablaba y recordé la llamada en mitad de la noche. Curiosa por lo sucedido no me lo pensé dos veces antes de apretar el botón y dejar que Lauren pudiera entrar en el edificio.

Me miré en el espejo del recibidor, tenía el cabello enmarañado y ojeras. La camiseta que usaba para dormir era de mi padre, una de esas publicitarias y ya apenas podía leer la palabra Miami en ella. Miré el reloj del salón casi doblando todo mi cuerpo para alcanzar a verlo. Eran las doce del medio día. Oí el ascensor pararse en mi piso y abrí la puerta.

-¿Lolo? -pregunté al verla llegar en peor estado que yo.

-¿Me dejas pasar? - preguntó ella, casi tímida.

-Eh, claro... - me aparté y dejé que caminara hasta mi salón.

Había estado de fiesta, lo podía ver en su maquillaje deshecho por su cara, su pelo alborotado y los shorts que llevaba. Traía tacones que pronto se quito, sentandose en mi sillón. Podía ver marcas de mascara de pestañas mejilla abajo. ¿Había llorado?

-Lauren, vas a contarme que sucede, no? - me acerqué a ella y vi como tragaba.

-Sí, a esto he venido, aunque supongo que pronto me iré - me contestó.

-¿tienes prisa? - pregunté - ¿No has pasado por tu casa aún?

-Estuve dando vueltas, y acabé durmiendo en mi coche. - suspiró. - Y no, no tengo prisa... Pero tú si me echarás rapido.

-Intenta explicarte bien y quizás no, porque me estas dando miedo.

Se cubrió la cara con las manos, resopló con fuerza y volvió a mirarme, intensamente.

-Me odio tantisimo - sus ojos se posaron en el final de mi camiseta, cuando se mordió el labio me sentí ligeramente incomoda.

-Igual me pongo unos pantalones - dije, pero no me moví. Ella apartó sus ojos de mi pillando la indirecta y se observó las manos.

-Ayer hice algo horrible, ni siquiera sé por qué lo hice, Camila... - empezó - Estaba agobiada, llevo todo este tiempo pensando que sobro un poco en todo este tema, que soy una especie de molestia y que tú tienes otras cosas ahora mismo por las que preocuparte... Sólo quería despejarme un poco porque intento entenderte y dejarte tu espacio, porque estas mal, pero... - cerró los ojos, volviendo a soltar todo el aire de sus pulmones - llevamos dos meses juntas ya, sabes? Ha pasado todo de una forma extraña por todo lo que ha sucedido... Estuviste dos semanas de baja, una sin hablar... Y aún ahora hay veces que parece que desconectas, ¿sabes?

-Lauren, ¿que intentas excusar? - pregunté nerviosa, temiendome lo peor. Me estaba imaginando a Lauren diciendome que me dejaba, que no me quería más. Que abandonaba el intento de quererme. Vi claramente en mi cabeza como esa persona oscura de mis pesadillas la rodeaba con sus brazos envenenados.

-No lo intento excusar - respondió seca, levantandose, poniendose a mi lado - No hay nada que pueda excusar lo que hice, sólo suelto toda esa mierda para que haya alguna posibilidad de que entiendas por qué fui tan imbecil - se arrodilló delante mí, posando sus manos en mis rodillas. Permanecí sentada, observandola. - Sé que no es el mejor momento para decirte que te quiero, pero... - tomó mi mano y la llevo a su pecho - acuerdate de que me ayudaste a encontrar esto - sentí como latía - Y yo no he sabido utilizarlo. - se levantó de nuevo y caminó unos pasos. - Ayer bebí mucho, salí porque echaba de menos esa parte de mi. Quisé saber si aún era yo misma. Y lo soy, soy yo misma. Lo peor del mundo.

-Basta. - le pedí, empezando a entenderla - ¿Con quien Lauren?

-Becca. - casi esperaba que me dijera "¿con quien qué?" Pero respondió clara y sinceramente a mi pregunta.

-Dime que es una broma - supliqué, notando como mis ojos empezaban a inundarse.

-Sabes que no soy la clase de persona que bromea - contestó, apoyandose en la pared, con las manos en su espalda.

-¿Por qué Lauren? ¿Tan mal estas a mi lado? - no sabía si estaba enfadad o no, pero si sabía que esa persona que se llevaba a Lauren en mis sueños estaba en aquella habitación, notaba el mismo dolor que en mis pesadillas.

-No. - me miró, y sus ojos brillaban, pude ver que también se debatía con sus lagrimas - Yo... No sé qué pasó. Había bebido, ella empezó a provocarme, la mande a la mierda. Te juro que lo hice. Después seguí bebiendo... Y volvió a aparecer, a hacer preguntas ridiculas... A recordarme el tiempo que hace que yo no... Joder Camila llevo sin hacerlo desde que rompí con George por ti.

-No puedo creer lo que acabas de decir - me levanté y caminé hacia la puerta.

-No, no quería... Camz me has entendido mal.

-Entiendeme tú y vete. - abrí la puerta - y más te vale que no intentes volver. Porque te juro que estoy a nada de saltar por la puta ventana -casi chille eso ultimo, antes de dejar que mi propio peso me guiara al suelo. Quedé sentada, apoyada en el marco de la puerta abierta. - A nada - repetí.

Lauren se acercó a mi, cerrando la puerta, ignorando mi orden. Se sentó a mi lado, sin importarle que yo no la mirase siquiera. Cerró los ojos antes de mirarme.

-Lo siento, lo siento mucho. - no la miraba, solo la veía de reojo, pero estaba segura de que lloraba conmigo. - Cuando me quise dar cuenta estaba en su casa y te llamé, no sé por qué te llamé a esa hora... Yo solo sabía que tenía que hacer algo... Sabía que acababa de joderlo todo.

-Eso has hecho - le dije, aún sin mirarla. - joderlo todo.

-Lo sé. Y lo siento.

-La culpa es mía. - me senté de lado y dejé que ella tomase mis manos, mi mirada estaba perdida pasillo através. Veía la puerta del baño, la de mi habitación, veía el salón y la ventana. Podía ver tantas cosas, pero no me atrevía a mirarla a ella.

-¿Y eso por qué? - preguntó confusa.

-Me dijiste que ibas a hacerme daño. Que no sabes querer. ¿y sabes qué? Tenías razón. No sabes. ¿Y sabes por qué? Porque ni siquiera lo has intentado, porque no has encontrado la manera. Y eso solo tiene una explicación. - la miré finalmente - Lauren, algún día encontrarás a alguien que te enseñará a amar, alguien que merecerá la pena lo suficiente como para que ni todo el alcohol del mundo te empujé a fallarle. - su expresión cambió, tenía los labios cerrados, apretados. Yo solo pensaba en lo besables que eran, y en lo triste que yo estaba. Recordé el día en que le dije que no me importaba ser su juguete. - Esperaba ser yo, tenía esa voluntad, quería ser tú princesa. Quería que me amases y demostrarte que te equivocabas...

-Camz, porfavor no me dejes, porfavor perdoname - me interrumpió, viendo por donde iban mis palabras. Me lo suplicó, sus lagrimas caían y su mirada estaba clavada en mi. Tomaba con fuerza mi mano, tanta que me dolía - Por favor Camila... - suplicó.

- Me equivoqué yo, no tú. - sonreí sarcastica ante la ironía - Es un juego y he perdido, ahora vete y dejame aqui. Igual podemos seguir siendo amigas en un tiempo alante, yo no te digo que no, pero no aguantaría que estuvieses conmigo sin amarme. Y es obvio que no es así. - pasé mis dedos por debajo de mis ojos, arrastrando mis lagrimas lejos. - Vete Lauren, porfavor.

Intentó reporcharme pero alargué mi brazo para volver a abrir la puerta, sin siquiera levantarme. Cerré los ojos y esperé a que ella desisitiera. No pude evitar que me robara un beso antes de, rindiendose, abandonara mi piso.

-Mierda -madijé, cuando ella ya estaba lejos. Pase mis dedos por mis labios, sintiendo aún ese beso robado, a traición. Lauren había aprovechado mis ojos cerrados, encontrandome indefensa. Y sentí un vacío al oensar que ese sería nuestro ultimo beso.

Cubrí mis ojos con mis manos. No pude evitarlo. Me sentía tan golpeada por tantos lados. Quizás pensaba que la soledad de Miami, el hecho de no tener amigos, la falta de belleza, el estres en el colegio, era la caus del peor de todos mis males. Pensaba que jamás se podría ser más desdichada que cuando todo el mundo te rechaza, cuando no tienes a nadie a tu lado, cuando la soledad es tu compañera. Pero ahí, sentada en el suelo, dejando que las horas pasaran sin siquiera moverme un centimetro, pude admitir que la soledad era la mejor de las compañías. Que amar es para los valientes, aprueba de balas. Que yo no estaba preparada para aquella guerra. Que no podía entender como la gente podía seguir sus vidas cuando todo a tu alrededor te abandona. Me fui lejos, dejandolo todo atrás, de Miami a Nueva York, intentando olvidar un mal pasado y me encontraba con un presente peor. Todos mis miedos de la infancia parecieron encontrar una cura: la amistad, el amor. Y ahora esa misma cura me estaba matando. Las heridas que dejan la amistad y el amor al irse tienen cura. ¿O si? ¿Como curas una vacío tan grande como el que deja un fallecido? ¿con que clase de sutura unes los cachitos de un corazón roto?

Y puedo asegurar que ese fue el peor momento de mi vida. Mezclando mis problemas del pasado con todas mis heridas de aquel fatidico presente pude sentir el sabor amargo de la vida que me había tocado vivir. Y volví a pensar en acabar con todo, pero cuando lo hice, cuando pensé en atentar de nuevo contra mi vida, incoscientemente toqué mi muñeca. No alcancé la piel, sino que me crucé por el camino con la pulsera de Jeremy.

-¿Como consigues salvarme aún estando tan lejos? - pregunté a la nada.


Y esque aún no podía dejar esta vida, tenía un proyecto a medias, un amigo que tenía que presentar al resto del mundo, un album con sus canciones, una obra que no había finalizado...

-Me quedo aqui hasta que al menos acabe con tu estupida musica - volví a decir a la nada, haciendome una promesa a mi misma - Pero después, nos reuniremos sea donde sea que estes.

La respuesta de Jeremy la oí cuando la lluvia empezó a caer con fuerza contra mi ventana. "No te rindas", me dijo su voz, en forma de viento. Y esque en Nueva York estaba cayendo la peor de las tormentas que había visto en mi vida.

One Wish [Camren fic]Where stories live. Discover now