Capitulo 35

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-Vas a ir detrás de ella - murmuró Becca, afirmando lo obvio.

Me levanté como un resorte y salí corriendo de la biblioteca con la esperanza de verla, pero no quedaba rastro de Lauren por ningún lado. Caminé por el colegio buscandola, entre a los baños, busqué en el jardín, la cafetería... Ni rastro. Fui a la entrada del colegio donde había esas escaleras en las que pasabamos algunos recreos y tampoco la vi, pensé que sí por un momento, pero era otra chica la que estaba sentada ahí. Me frustré y miré mi reloj: quedaban veinte minutos para el ensayo de la función y no estaba dispuesta a volver a la biblioteca y enfrentarme a Becca de nuevo. Había tenido suficiente sinceridad por el día. Decidí ir hacia el salón de actos donde ensayabamos y perderme entre las butacas del publico hasta que empezase a venir todo el mundo.

-ecooo - hice que mi voz resonara en aquel inmenso salon vacío.

Me senté en una butaca como había planeado, pero pronto me aburrí. La inactividad tampoco es mi hobby. Empecé a caminar por el escenario y después rebusqué entre los chismes que había en el backstage. Finalmente decidí ir a cotillear al camerino, aquella salita que hacía las veces de vestuario.

Cuando intenté abrir la puerta, esta estaba atrancada. Volví a insistir pero era como si la hubiese cerrado con llave, o echado el pestillo. Yo estaba segura de que ahí no había nadie y golpeé fuerte la puerta. Me quedé parada pensando qué podría suceder.

-HAY ALGUIEN? - pregunté, golpeando la puerta. Oí como caía algo, como si alguien hubiese dejado caer un libro o algun otro objeto pequeño. - HOLA?

Y me quedé en silencio, curiosa, con la oreja pegada en la puerta esperando oir alguna respuesta o algun otro sonido delatador. Y vamos si lo oí, a los tres segundos de quedarme atenta en silencio oí su respiración, juré que había alguien pegado a la puerta, al igual que yo, pero del otro lado.

-POR QUÉ NO ME ABRES? - oí el sonido de la tela al ser restregada por una superficie. No alcancé a oir más esa respiración. Dedujé que la persona que había dentro se había alejado, pero entonces oí ese sonidito ahogado que hace alguien que esta llorando.

El sonido venía de cerca, pero no de mi altura. Me agaché, y quedé sentada en el suelo descubriendo que la persona al otro lado también estaba sentada en el suelo, apoyada en la pared.

-Lo siento... - se me cayó el alma a los pies al oir esa voz. - Te juro que lo siento.

-Le contaste a Becca que te torturaba sin sexo, es eso lo que sientes? - pregunté, recordando por qué andaba buscando a Lauren.

-No. - otra vez oí su respiración ahogada en el llanto.

-Que sientes entonces? - pregunté de nuevo.

-Siento haberte fallado. Siento que confiases en mi a pesar de todo. Siento que me necesitabas a tu lado y te defraudé. Y... - se hizo un silencio.

-Y?

-Siento que seas incapaz de creer que te quiero.

Me quedé callada unos segudos. Pensativa, dudando si aquello era real o no. Si sentía compasión hacia Lauren o necesidad de ella. No sabía como reaccionar, no sabía que decir y lo que menos sabía era qué hacer.

-Ahora, después de hablar con ella, me odias más que antes, es así? - preguntó, y por el sonido de la ropa pensé que se había girado, quedando de cara a la puerta que nos separaba.

-No lo sé.

-Creeme, Camila porfavor.. Dejame hablar contigo, dejame decirte lo que pienso, lo que siento. Nunca digo lo que siento, dejame hacerlo por una vez por favor. Sé que esta vez vale la pena dejar todo de lado, por ti. - me suplicaba con su voz quebrada y podía imaginarmela perfectamente al otro lado.

-Abreme - le pedí yo.

La oí levantarse y oí también el pestillo girar. En dos segundos la puerta estaba abierta y una Lauren llorosa y temblando se presentó ante mi. Se hizo a un lado para que entrase y volvió a cerrar la puerta tras de sí. Dudo dos segundos antes de volver a echar el pestillo.

-Y pues? - pregunté, más tranquila y con un tono más suave. Realmente ver a Lauren de esa forma no me sentaba bien.

-Voy a ser breve - dijo ella - Y después puedes irte. - señalo la puerta y yo asentí. - Te quiero, creía que eso era imposible pero lo hago. Esa noche salí a buscar una parte de mi que creía perdida y a la mañana siguiente supe que estaba mejor perdida que conmigo. - se pasó una mano por el pelo - Nada más darme cuenta del error que había cometido me senti como una mierda y en cuando estuve en tu casa esperaba que me dejases, y estaba dispuesta a asumirlo, porque lo merecía. Pero ahí me encontré suplicandote que no lo hiceras. Y me di cuenta no solo de que mi corazón existia, sino de que eras tú quien lo había escondido. Tuve que darme de bruces contra mi pasado para comprender lo enamorada que estoy de ti. - se colocó enfrente mía, pero sin alejarse de la puerta. De hecho colocó una mano sobre el seguro que la mantenía cerrada - Y ahora estoy recibiendo lo que me merezco y es una mierda, porque te quiero aunque no me creas y porque ahora nada tiene sentido sin ti. Y ya está, eso es todo, es patetico, pero es así... -quitó el pestillo de la puerta. - Puedes irte, no tengo nada más que decir.

Me acerqué a la puerta, Lauren aun tenía la mano sobre el seguro, la observé y sus ojos claros, enrojecidos por las lagrimas, me estaban suplicando. Quise abrirme paso, tomar el pomo de la puerta pero algo me lo impidió, en lugar de eso coloque mi mano sobre la de Lauren y la impulsé de nuevo, cerrando el pestillo de la puerta con ella. Sentí el alivio recorrer todo su cuerpo en el mismo momento en el que, girandome y quedando con una mano en la puerta y la otra en su hombro, hice lo que mi corazón llevaba días pidiendome.

Antes de darme cuenta estaba atrapada entre la puerta y Lauren, que me rodeaba con sus brazos y evitaba que nuestros cuerpos se apartasen lo mas minimo. Mi boca actuó por iniciativa propia, suparando sus labios con los mios, dejando que su aliento se mezclase con mi aliento. El alivio de Lauren se convirtió en mi agitación y mi agitación fue lo que aceleró la respiración de Lauren. La necesidad fue más fuerte que el sentido común cuando nuestras lenguas se encontraron, sedientas y con ganas de revivir pasiones pasadas. Mis manos se posaron sobre su cuello, dejando via libre a las de Lauren para acomodarse en mi cintura, para pegarme más a ella. Cuando sus manos tocaron mi piel por debajo de mi blusa, pensé que el aire era algo inexistente e innecesario, que estaba sobrevalorado.

Y por alguna extraña razón, perdonarla fue la locura más sensata que se me hubiese ocurrido hacer en mi vida.

One Wish [Camren fic]Where stories live. Discover now