Capitulo 28

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Pase las siguientes tardes en compañía de Lauren y de Leo. Él trajo el portatil de Jeremy y ella me enseñó los cuadernos que habían escrito entre los dos. Lauren colaboraba con él en la composición de la musica de las funciones, su motivo para esconderlo, sin embargo, ers distinto. Ella misma se había labrado esa faceta de chica inaccesible y vacía, escribir canciones cursis con un marginado del instituto no le ayudaba en ello.

Me contó que se reunían los jueves con el director de la función, que el profesor de musica les ayudaba. Lauren me contó que el día que la encontré tocando el piano estaban ensayando para esa función y que, a pesar de que pretendía esconder esa parte de su mundo, cuando el director le pidió que formara parte de la misma conmigo, no se pudo negar. Leo, al mismo tiempo, me explicó que Jeremy sacaba muchas ideas de artistas conocidos, que se inspiraba en cosas que sucedian en el día a día y que, antes de conocer a Leo, Jeremy basaba sus canciones de amor en peliculas de dibujos de Disney. Su excusa era que el amor de verdad solo lo entiendían los niños.

-¿Necesitas ayuda con eso? - me pidió Lauren esa tarde, en mi habitación. - Dame... - tomó me guitarra de entre mis manos y dejó que yo ordenase todos los apuntes y partituras de la cama.

-Gracias - murmuré.

Observé a Lauren con el instrumento entre sus manos. Llevaba una sudadera azul oscura y unos vaqueros claros. No traía el maquillaje habitual, sino la cara lavada y su pelo caía despreocupado a un lado. Acarició las cuerdas, pasando la mano por algunos trastes y después se la colocó correctamente. Empezó a rasgar las cuerdas y una desdibujada melodía empezó a inundar mi cuarto.

-Cantame - le pedí.

-¿Como? - pareció sorprendida con mi pregunta.

-Hace mucho que no te oigo cantar...

Lauren miró la guitarra y torció una sonrisa. Me miró, dudando y acto seguido empezó a tocar. Cuando su voz me llegó, me tomé la confianza de cerrar los ojos para poder escucharla mejor. Lauren tenía una voz hermosa y cálida. Tenía talento para la música y me parecía rídiculo que lo escondiera de esa forma. Cuando la musica se detuvo abrí los ojos para encontrarme a Lauren posando la guitarra en el suelo. Se subió con los pies en mi cama y se arrastró a mi lado.

-Vas a tener que dejar de ser tan adorable - me susurró, sin dejar de sonreir.

-¿Que he hecho ahora?

-Parecías un angel... - acarició mi mejilla con sus manos y una sombra de tristeza se apoderó de su expresión - Parecías un angel con los ojitos cerrados, deban ganas de contemplarte... - miró al suelo y después posó de nuevo sus ojos cristalinos en mi - O de besarte.

-Entonces no pienso abrir los ojos nunca más - contesté.

- Ni se te ocurra hacer eso - me adviritió.

-¿Ahora me das ordenes? - fingí estar indignada - Pues mira - y cerré los ojos.


No tardó ni medio minuto en hacer lo que yo esperaba. Cuando noté sus labios sobre los mios apoyé mis manos en su nuca. Ella presionó y yo le seguí el juego. Pronto se convirito en algo más, dejé que Lauren se deshiciera de los papeles que había en la cama, apartandolos y lanzandolos al suelo. Sin alejarse ni un milimetro de mi, me guió para que me estirase hacia atras mientras ella se colocaba sobre mi. Sus labios separaron los mios, profundizando el momento. Sus manos pasaron de mi cuello a mi cintura, recorriendo mi cuerpo con descaro. Podía sentir nuestros corazones latir acelerados, al mismo ritmo. Se detuvo un segundo y entonces noté sus labios en mi cuello, intenté contener mi respiración. Ella subió, besando mi mandibula hasta que sus dientes capturaron mi labio, haciendo que escapase de mi un suspiro. Abrí lo ojos inconscientemente, para encontrarme a una chica con la respiración agitada y una sonrisa complacida.

-Los has abierto. - declaró.

-Has hecho trampas.

-¿como? Eso es mentira... - se quejó.



La noche fue triste y fría. Ella se fue a las nueve y yo no hice nada productivo hasta la hora de acostarme. Me costó muchisimo dormirme, peleé con mi mente y obligué a mi cerebro a desconectar. Ahora me arrepiento de haberlo hecho, porque esa noche tuve sueños horribles:

Estaba sentada en un banco de iglesia, con mi madre al lado. A mi alrededor había mucha gente que yo no conocia. Oía a un cura hablar, pero no entendía nada. Miré a la gente y los vi llorar. Me levanté, me acerqué al altar y vi un ataud.

-Despidete de ella. - dijo mi madre. Pude ver el cuerpo de Lauren, que parecía placidamente dormida en aquella cama de madera. Me acerqué, pensando que sonreiría al verme, pero no lo hizo. - Si no la hubieses amado, ahora no nos estaríamos despidiendo - la voz de mi madre sonó dura, llena de odio. - Despidete, Camila. - me quise acercar más, para obedecer, pero mis pies no se movieron. - DESPIDETE DE UNA VEZ - mi madre parecía furiosa y yo no podía moverme. - ¿TE CREES QUE MERECES LO QUE TIENES? ¡TU LA HAS MATADO! - ya no era su voz, era algo distinto, grave, infernal. Empecé a llorar luchando por moverme, por acercarme al cuerpo de Lauren, por darle un ultimo adios.

-porfavor... - supliqué. Mi madre volvió a recuperar su expresión neutral, tranquila y afable. Conseguí moverme y avancé hacia donde estaba el cuerpo inerte de Lauren. Cuando llegué, sin embargo, no eea Lauren quien estaba ahí.

-Siempre te querré - oí que decía mi madre, mirando a quien estaba dentro del ataud. Ella lloraba, ya no parecía enfadada ni querer chillarme. Miré hacia arriba, intentando tomar aire y vi a Jeremy sonriente. Volví a mirar a quien parecía dormir ante mi. Era yo, inconsciente, con los ojos cerrados, serena, sin respiración...


Me desperté angustiada y llorando. Asustada y sin creerme lo que había sucedido en mis sueños. Me incorporé en la cama y miré qué hora era. Las cuatro de la mañana. Quise hablar con alguien pars tranquilizarme, pero ¿A quien iba a llamar a esa hora? No quería molestar... Tomé movil entre mis manos y observé mi agenda de contactos. La pantalla brillaba con fuerza en mitad de la oscuridad cuando marqué su numero.

-El telefono al que llama, está apagado o fuera de cobertura - dijo una voz de mujer - Si quiere dejar su mensaje, hagalo después de la señal - medio segundo después oí un pitido. Esa era la señal.

-Jems, no sé por qué no lo coges, idiota. ¿ya has vuelto a quedarte sin bateria? ¿para que quieres el movil si no lo usas? - pregunté - sólo quería recordarte que te quiero.

One Wish [Camren fic]Where stories live. Discover now