Capitulo 23

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-¿Esperabas visita? - preguntó Jeremy saliendo de la cocina y dirigiendose a la puerta de mi piso.

-No - dije elevando la voz para que me oyese desde donde estaba. Oí la puerta abrirse cuando yo me disponía a sacar la leche de la nevera.

-¿Estas segura de eso? - casi chilló Jeremy para que su voz llegase hasta la cocina. Su tono me hizo dudar y sali al recibidor para encontrarme a mi amigo con una expresión entre divertida y asombrada, manteniendole la puerta abierta a Lauren, que seguía en el corredor del edificio, sin entrar.

Al verla con aquel vestidito blanco y su chaqueta de cuero negra casi me atraganto. Me esforcé en tragar y ella me sonrió, sin aun moverse. Su cabello caía oscuro por sus hombros y el maquillaje hacía que sus ojos parecieran aún más claros, intentando imitar el mismo cielo. ¿Acaso no venía de ahí, lauren? ¿del cielo?

-Bueno, ¿La dejo pasar o no? - preguntó riendo Jeremy. Yo sacudí mis manos en mis vaqueros desteñidos. Iba completamente desarreglada, llevaba el delantal y estaba cubierta en harina por culpa de mi amigo.

-¿O no? - repitió Lauren el final de la frase de Jeremy.

-Eh sí, sí... - golpeé más fuerte mis manos contra el vaquero, levantando una nube de polvo blanco. - ¿Qué haces aqui? - me acerqué a ella, confundida, mientras ella entraba en mi piso. - No te esperaba... Esto está hecho un desastre - miré a mi alrededor.

-Bah - Hizo ella, quitandole importancia. Jeremy cerró la puerta y se apoyó contra ella, con los brazos cruzados y expresión divertida. Nos observó mientras Lauren se acercaba y me regalaba un rápido y fugaz beso en los labios. - Me aburría en casa. ¿Qué estais haciendo? - preguntó, y al verme incapaz de responderle miró a Jems.

-Haciamos un brownie - contestó por mi. - Antes de que Mila colapsara. -desperté de mi estado enseguida.

-No, no... Sólo que... No sé. - Lauren rió y Jeremy se dirigió a la cocina sonriendo. Sé que lo hizo aposta.

En el momento en que él desapareció de nuestra vista, Lauren volvió a acercarse a mi. Colocando su mano al debajo de mi barbilla, dibujó mi mandibula. Acarició mis labios con las yemas de sus dedos y después me besó, sonriendo sobre mi boca.

-¿Molesto? -preguntó lanzandole una mirada a mi delantal lleno de harina. - Puedo volver en otro momento...

-No molestas - sonreí porfin - Para nada, de hecho. - aclaré rapido. - Puedes quedarte, ¿Te gusta cocinar?

-Jamás he cocinado nada. - respondió. - Palmitas como mucho.

Decidí que aquello había que cambiarlo y la obligué a meterse en mi cocina. La enseñé a batir huevos y Jeremy le explicó como funcionaba la bascula. Como no podía ser de otra manera, jeremy la atacó con la harina como había hecho conmigo. A Lauren le encantó la parte de fundir el chocolate, o más bien el chocolate en si. Dijo que no le gustaba, pero robó más de dos cachitos de la tableta para fundir. Jeremy pusó en marcha el horno y Lauren preguntó para qué ponia mantequilla en el molde. La expresión de jeremy fue epica, de hecho en un primer momento seguramente pensó que ella estaba bromeando. Estuvimos riendonos de ella, sutil e indirecamente todo el tiempo. Al final ella se dio cuenta y nos dedicó una mirada de odio que pronto se esfumó en una extraña sonrisa. Mi parte favorita de esa tarde, fue sin duda cuando Jeremy salió de la cocina para ir al baño.

-Mira que tienes ahí - dijo señalando mi cara.- ¿Te has comido el chocolate sola?

-¿Donde?- pregunté confusa. Ella se acercó a mi, tomó el bol del chocolate fundido y siguió la comisura de mis labios con su dedo, dejando un rastro dulce.

-Espera, que yo te ayudo a quitartelo. - y capturó mis labios entre sus dientes, para dibujarlos con su lengua suavemente.

Se me erizó el pelo de detrás de mi nuca en ese mismo momento y sentí que me recorría un escalofrío por todo el cuerpo. Di un paso atrás y topé con el frío de la encimera. Lauren sonrió y dio un paso al frente, dejando el chocolate a un lado y apoyando ambas manos en la piedra fría, cada una a a un lado de mi cuerpo. Hundió un dedo en el chocolate y lo paso rozando por mi cuello, noté el calor de éste y mi corazón se activó al momento. Olvidé respirar cuando sus labios rozaron mi piel. Me agarré a la encimera cuando su lengua acarició mi cuello, intentando separar el chocolate de mí. Gemí inconscientemente, lo cual la complació haciendola sonreir. Su aliento me hizo cosquillas con su risa sobre mi piel. Subió lentamente abandonando mi cuello, besando mi mandibula hasta que alcanzo mis labios y, sin mucho esfuerzo consiguió robarme un beso. Aquello que empezó como un juego se convirtió pronto en algo completamente subido de tono. Notaba mi respiración acelerada cuando finalmente alcé mis brazos tomando su cuello para que ella me levantase. Me sentó en la encimera, sin despegarse ni un centimetro de mi, sin apartar su boca de la mia, sin dejar que nuestras lenguas perdieran un contacto que empezaba a ser insuficiente. Tan insuficiente como el aire en mis pulmones.

-Ehem... - oímos a Jeremy toser exageradamente y noté como Lauren se separaba de mi, antes de abrir mis ojos. - Si quereis me voy... - dijo claramente incomodo.

-No... Perdón. - me disculpé, bajando de la encimera y poniendome en pie. Notaba como me subían los colores por segundos.

-Hay que meter esto en el horno? - preguntó Lauren como si no sucediese nada.

- Eh... -Jeremy me miró curioso y yo me encogí de hombros - Sí, espera... Creo que ya está caliente. - tomó la bandeja que le tendió Lauren y la metió en el horno.

El resto de la tarde fue muy extraño. Lauren parecía tan ajena a todo, disfrutando de nuestro brownie con Jeremy, y yo sólo deseaba controlar mis pensamientos y dejar de imaginar cosas indebidas. Llegando la noche ella se fue y me dejó con Jeremy. Este malgastó media noche intentando hacerme confesar qué había sucedido con Lauren desde la última vez que le había hablado de ella. Ni siquiera yo sabía exactamente como habían sucedido las cosas, pero sentía que, sólo cinco minutos después de irse, ya echaba de menos sus labios. Añoraba cruzar mi mirada con esos ojos claros brillantes. A veces verdes y a veces tan transparentes... Alguna vez despertaría y me daría cuenta de que todo había sido un sueño? De que seguía en Miami? De que mi vida no podía ni por casualidad ser como estaba siendo? Tenía mucho miedo pero al mismo tiempo muchas ilusiones. Además, estaba completamente enamorada de esa chica y de la forma que tenía de desordenar todas mis ideas.

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