Capítulo 3

273 24 0
                                    

Dejé de moverme un par de horas después de estar siendo llevado en lo que probablemente era una camioneta, me rendí al notar que, aunque había usado toda mi fuerza, las ataduras de mi boca, ojos, manos y pies eran imposibles de quitar. Escuchaba voces, pero no lograba pensar. Estaba asustado. Porqué estaba allí? Porqué a mi? Nadie sabía que la familia Kim me había adoptado, puesto que apenas y yo había aceptado a ser parte de dicha familia unas cuatro horas antes...Por qué? Unas lágrimas se escaparon de mis ojos, pero fueron secadas por la tela negra que cubría mi vista, sin embargo, una de ellas logró deslizarse fuera de la tela expuesta ante mis secuestradores.

-No llores-una mano fría tomó la mía con recelo, como si ni el dueño de la mano tuviera una batalla en su mente de si tomaría mi mano o no. Me asusté al principio, bastante, pero realmente la dulzura en el tono de la voz me hizo calmarme un poco.

-de-déjame irme... no tengo nada que ofrecerles-dije consciente de que mi mano que sostenía la suya temblaba sin vergüenza. Lo que salió de mi boca en aquel momento, resultó ser más un susurro que una oración normal, no obstante, era obvio que me encontraba en mi derecho de tartamudear y estar muerto de terror por lo que sucedería a continuación.

-No puedo...pero puedo protegerte-dijo esta voz. Intenté preguntarle sus razones para hacerme esto, pero no volvió a responder en todo el viaje. Cuando me enteré de que no volvería a hablar conmigo por ahora, me limité a tomar su mano con fuerza. Poco a poco me aferré a esa persona que luego reconocí como el chico rubio que había visto por accidente. Era estúpido aferrarme al chico, pero me dijo que me protegería y no pude evitar confiar en las palabras que salieron de su boca con una caricia reconfortante en mi mano de parte de su pulgar. Con disimulo, me acerqué a él disculpándome en un susurro por hacerlo, pero realmente necesitaba no sentirme indefenso ante ellos.

-Duerme, falta bastante para llegar-susurró para mi sorpresa. Traté de obedecerle, pero conciliar el sueño en una situación era una sugerencia casi graciosa de considerar. Dormitaba a ratos y otros solo imitaba encontrarme en un profundo sueño, aunque solo pensaba que hacer.



Finalmente, el vehículo se detuvo y alguien me colocó en su hombro como si yo resultara ser equivalente a un saco de papas. Escuché los numerosos pasos quebrar ramas y patear accidentalmente piedras, así que deduje que nos encontrábamos en una clase de bosque o llano alejado de la ciudad, lejos de la carretera considerando el movimiento del auto la última hora.

-Déjenlo en la habitación y amárrenlo a la cama-dijo la misma voz que había tomado mi mano. Al llevarme a dicho lugar, me lanzaron en la cama para que otro hombre me atara a ella. Luego se fueron, dejándome allí por horas, donde lo único que llegué a dedicarme fue a llorar, preguntándome más cosas que iniciaban con un "Porqué?" y en cortos periodos de tiempo rogaba que el chico rubio llegara, incluso si no era capaz de contestarme las innumerables preguntas en mi cabeza, pero me calmaría esa explosión de pensamientos que pasaba por mi mente carente de sentido y calma. De repente, mientras evitaba chillar por el miedo de que me fueran a asesinar, la puerta se abrió.

-Recuerdas mi rostro?-preguntó. "Totalmente" pensé avergonzándome del detalle con el que lo recordé. Me limité a asentir con la cabeza sin emitir un sonido, nervioso. Sus manos aún frías y suaves me quitaron la venda negra para alejarse al otro extremo del lugar-Entonces no tiene sentido que tengas la venda- Se colocó un audífono y se acostó en el sofá viejo junto a la puerta. El lugar era de como una casa abandonada, las paredes blancas desgastadas y suelo de cemento.

-Que quieren?-pregunté con la voz fuerte.

-Tus lindos papis tienen dinero, pagaran para que estés de vuelta, luego de eso, no nos verás nunca más, okay?-dijo con irritación-El jefe quiere dinero, si se lo doy, soy libre, así que solo no intentes nada que me de razones para golpearte.

Parecía evitar cualquier inicio de una conversación, así que me dediqué a hacer preguntas cortas, que me aseguraran que estaría bien para el final de plazo de tiempo que mis podrían tendrían para reunir el dinero y entregarlo, pero que no le hicieran irritarse mucho. Sé que estaba arriesgándome a que me pegaran, pero necesitaba saber. Sí. Nunca fui bueno para pensar inteligentemente las cosas.

-Porqué dijiste que me protegerías?-pronuncié cada palabra sin pensarla. Ups. Eso lo iba a irritar.

-Detrás de esa puerta hay al menos siete "gorilas" pervertidos que están muy muy muy dispuestos a cuidarte. Mi única razón de estar aquí es que puedas caminar cuando debamos entregarte, ahora, SHHHHHHHHHHH- dijo. Ahora que sabía lo que planeaban hacer, estaba tranquilo hasta cierto punto, puesto que la presencia de los "gorilas" sí que intimidaban un poco, pero al menos sabía que ese chico rubio no me haría nada mientras yo no hiciera algo tampoco.

Me dediqué a guardar mis preguntas para otro momento y, por primera vez desde que el secuestro inició, sentí la tranquilidad suficiente para disponerme a dormir, hasta que estomago se retorció ansioso por comida. El me miró y dejó escapar una sonrisa tierna. Me sonrojé al ver su sonrisa. Se levantó y salió de la habitación para traer un plato con ramen.
 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Not a Kidnapper's Hands~YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora