Capítulo 88

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Paula.

Sentía el cuerpo entumecido, mis párpados pesaban una tonelada y cuando por fin logré abrirlos, me encontré con Martín sentado junto a mi cama.

Me sorprendió verlo con lágrimas en los ojos entonces con esfuerzo, alcé mi mano para atrapar con el pulgar una de sus lágrimas.

—Hola... Martín... —Mi voz sonó extraña, como un ronco murmullo. Sentía la boca pastosa —. ¿Por qué lloras?

Él atrapó mi mano y la llevó a sus labios para besarla una y otra vez.

—Mi amor... ¡regresaste!—exclamó una sonrisa radiante.

¿Regresar?

¿Qué pasó? —pregunté entones confundida.

Mi mente estaba confusa... recordaba ciertos momentos pero algunos de ellos parecían más bien parte de un sueño.

—Preciosa... Tuviste un accidente ¿No lo recuerdas?—habló acariciando mi rostro. Parecía que quisiese serciorarse de que realmente estaba allí.

En cuanto esas palabras salieron por su boca, cientos de imágenes se sucedieron en mi cabeza como si ésta fuera un proyector. Rememoré la discusión con Sebas y también vi como mi cuerpo se golpeaba dentro del auto hasta perder el conocimiento.

—¿Sebas? —susurré recordando el momento en que  me había dado cuenta que no se encontraba dentro del auto—¿Dónde está él?

Martín tardó unos segundos antes de hablar, y cuando lo hizo se limitó a pedirme que no me esforzara.

—Shhh no hables...llamaré a un médico, mi amor—dijo antes de besar mi frente.

Cuando intentó incorporarse lo tomé del brazo. Acababa de recordar lo que Sebas me había dicho sobre Sarah, y debía contárselo.

— Martín...Sebas...él es el papá de Sarah —hablé con dificultad.
Martín suspiró.

—Lo sé, preciosa. Ahora descansa y no te preocupes por Sarah, se recuperará. A partir de ahora...todo estará bien —me aseguró.

—Entonces era cierto—murmuré recordando lo que me parecía ser un sueño.

—¿El qué era cierto, preciosa?

—Que todo estaría bien—repuse con una sonrisa—. Ellas me lo dijeron—agregué.

Martín volvió a sentarse a mi lado y me miraba con curiosidad.

—¿De qué estás hablando, mi vida?

Cerré los ojos intentando recordar el luminoso sitio que había visto.

—Había tanta calma en ese lugar—comencé a hablar con mis ojos aún cerrados —.Deseé quedarme allí... entonces ellas vinieron hacia mí y no me lo permitieron. Me dijeron que aún no era el momento... que debía regresar y que cuando lo hiciera todo estaría bien...Me aseguraron que estarías esperándome.

Abrí los ojos y Martín permanecía inmóvil con mi mano entre las suyas.

—¿Quienes, Pau?

—Mi abuela y... tu hermana—Una lágrima rodó por mi mejilla —. Martín no sé si se trató de un sueño o fue real pero...

—Tranquila, preciosa. Está bien, lo que haya sido, te devolvió a mí —repuso con ojos vidriosos.

¿A su lado? Las palabras de Sebas se hicieron eco en mi cabeza. Debía alejarme de Martín para salvar a Sarah.

—Martín... ¿Dónde está Sebas? Necesito verlo.

Algo en su rostro cambió con mi pregunta y negó varias veces con la cabeza.

SIEMPRE TUYA (COMPLETA)Where stories live. Discover now