CAPÍTULO 14: LA VENTANA SE ABRIÓ

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San Francisco, California, 3:45 a.m. Hospital St. James Medical Center.

Diana se disponía a tomar un café de la máquina que se encontraba en la sala de espera principal del hospital. Aguardaba noticias de sus hijos. Cuando retrocedió, se tropezó con un hombre que estaba justo detrás de ella. Al girarse, se quedó sin aliento, y se le cayó de las manos el vaso de plástico con el café recién salido de la máquina.

Ian estaba de pie, ya a pocos centímetros de Diana.

—Hola, Diana, ¿cómo estás? —le saludó su marido, dándose ella un gran susto de la impresión al verle.

»Al final, os pudisteis escapar. Pero no te resistas, no te queremos hacer daño, ni a ti, ni a Yesy, solo necesitamos a Ricky.

»Tú no lo entiendes ahora, pero es lo mejor, pronto viviremos en un mundo en paz, sin guerras, sin delito, ya no tendremos sentimientos, ni emociones, estas solo nos llevan al dolor, a nuestra perdición, no nos dejan tomar las decisiones que deberíamos.

»Solo tenemos que someternos a ellos. Quieren lo mejor para nosotros, no quieren hacernos daño.

»Nosotros solo tenemos que complacerlos, ellos pronto van a gobernar nuestro mundo. No merece la pena resistirse.

— No —respondió Diana de forma firme—. Sé que el que dice estas palabras no eres tú, Ian, el Ian que yo conocí, ya no existe. No puedo hacerte caso. Vuelve con nosotros, por favor, sé que estás controlado por ellos, yo aún te quiero, y tú, en alguna parte de tu interior, también me quieres. Pero tienes que salir de ahí dentro, tienes que dejar que salga el Ian bueno que hay en tu interior —le suplicó ella

—¡Calla, mujer estúpida!, ya me advirtieron, que no cambiarías de parecer. ¡Atente, pues, a las consecuencias! Con eso sacó una jeringa llena de un líquido azul, e intentó inyectárselo a ella, pero ella logró soltarse de su brazo que la tenía agarrada y echó a correr. A esa hora la sala en que se encontraban estaba vacía. No había nadie. Tenía que llegar otra vez, a donde estaban las enfermeras, a donde había gente, tenía que protegerse, así que corrió por los pasillos todo lo rápido que pudo.

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Aurin, Sala de Física Cuántica, piso 37.

La doctora Keira se encontraba sentada en un cómodo sofá, mientras leía en la biblioteca de la sala un libro traído de la Tierra:

La doctora Keira se encontraba sentada en un cómodo sofá, mientras leía en la biblioteca de la sala un libro traído de la Tierra:

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Agujeros de gusano

Un agujero de gusano es un túnel que conecta dos puntos del espacio-tiempo, o dos Universos paralelos.

Nunca se ha visto uno y no está demostrado que existan, aunque matemáticamente son posibles.

Se les llama así porque se asemejan a un gusano que atraviesa una manzana por dentro para llegar al otro extremo, en vez de recorrerla por fuera. Así, los agujeros de gusano son atajos en el tejido del espacio-tiempo. Permiten unir dos puntos muy distantes y llegar más rápidamente que si se atravesara el Universo a la velocidad de la luz.

Los Conectores 1: Descubriendo Aurin (Completa)Kde žijí příběhy. Začni objevovat