Los Conectores 1: Descubriendo Aurin (Completa)

CAPÍTULO 39: TORMENTA DE POLVO

Zoco, Peter y Rash, sintieron ese terrible mareo que experimentaron nuevamente al viajar a través del interuniverso.

—Estos viajes me sientan fatal —dijo Rash a Darel, cuando lo vio enfrente de él.

—Espero que no tengas que hacer muchos más —contestó Darel riendo.

—Bien hecho, muchachos, os felicito, habéis hecho una gran contribución para Aurin y la Tierra —les dijo con gran alegría la doctora Keira.

Entonces, se acercó Alex a Rash y le dio un fuerte abrazo:

—Hola, payaso... ¿Se divirtieron mucho contigo los humanos? ¿Los hiciste reír? —le dijo Alex en son de broma a Rash.

—Sí, fue la monda. Hasta hubo fuegos artificiales en mi despedida —dijo Rash, respondiendo a Alex, continuando con la broma.

—¿Por qué no ha vuelto Abigail con vosotros? —les preguntó a ellos Keira.

—Bueno, es una bonita historia de amor que os tendremos que explicar —contestó Zoco, sonriendo.

Entonces pasaron a contarles todos los detalles, entre Abigail y Ricky.

—Por cierto, me dijeron que os transmitiera la invitación a su boda —dijo Peter a Darel, Keira y Alex.

—¿Quién es esta chica que está con vosotros? ¿Es nueva? —preguntó Rash interrumpiendo la conversación de ellos.

—Soy Ixara —contestó ella directamente. Soy la hija de Krolk, el líder de los purpúreos.

—Y, ¿qué haces aquí, estás secuestrada? —preguntó perplejo Rash.

—No, no es eso, más bien al revés, fui liberada de un secuestro —respondió Ixara.

—Bueno, creo que yo, fui liberado por ella, si no de seguro habría muerto —añadió Alex.

—Buff, creo que me he perdido muchas cosas mientras estuve en la Tierra, de las que me tendréis que poner al día... —respondió Rash.

—Bueno, lo importante es que estamos todos o casi todos si no fuera por cierta chica que se quedó en la Tierra, habéis vuelto sanos y salvos —dijo Darel.

Ahora estáis libres para volver con vuestras familias y amigos. El peligro de momento ha pasado.

Pero la lucha aún no ha terminado. Tendremos que seguir combatiendo contra los purpúreos hasta acabar con ellos. Hemos ganado una batalla, pero aún no la guerra.

Es posible que tengamos que contar con vosotros otra vez —concluyó Darel.

—¡Fijaros!, mirad por las ventanas —exclamó Peter.

Una gran nube de polvo venía a gran velocidad oscureciendo todo a su paso, hasta llegar a cubrir todo en derredor.

—¿Qué está ocurriendo? —dijo Keira a Darel, como si él fuera a tener la respuesta.

—No sé, es muy extraño, nunca había visto nada semejante en mi vida —contestó Darel, también muy desconcertado.

El ruido del silbido del viento era ensordecedor.

Lo que ellos no sabían es que esa gran tormenta de polvo, estaba asolando a todo Aurin. La gente que estaba en el exterior, tuvo que hacer un esfuerzo por refugiarse en cualquier sitio que pudo, en tiendas, locales de ocio, en edificios de viviendas, el lugar que fuera más próximo a ellos.

Los que estaban en el interior quedaron prisioneros sin poder salir.

Las comunicaciones entre los diversos lugares quedaron restringidas.