CAPÍTULO 37: LA CUENTA ATRÁS (PARTE 2)

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Veintinueve horas para la hora D.

Todos ellos llegaron a sus respectivos lugares asignados de antemano. Se habían repartido el material pirotécnico, las bengalas y los explosivos con temporizador suministrados por el general Zoco. La noche parecía que estaba de su parte, pues era una noche muy oscura. Densas nubes tapaban el cielo, ocultando la Luna y las estrellas. La única iluminación que tenían Los Conectores y sus acompañantes eran las luces de las débiles linternas que alumbraban solo lo preciso para que pudieran ver por dónde caminaban y dónde instalar los materiales que llevaban.

Ricky usó sus poderes, que había perfeccionado con la ayuda de Jaume, como era el poder de ver en la oscuridad, mientras que Zoco, por su parte, era un experto en colocar explosivos y artefactos similares. Había desarrollado bien sus destrezas, en los largos años de entrenamiento militar. Ellos fueron los primeros en acabar su trabajo y volver a la furgoneta, que estaba aparcada en un lugar estratégico.

Entretanto, Jaume parecía haber rejuvenecido, pues otra vez se sentía útil, en vez de viejo y acabado. Por algunos, momentos recordó cuando le regañaba su hijo Pau por salir a buscar a Ricky a la calle o cuando lo encerraron en esa maldita residencia. Ahora nuevamente se sentía vivo en el pleno sentido de la palabra. Sus poderes parecían revivir de nuevo, y también podía ver en la oscuridad. Por su parte, Joel estaba feliz de ver nuevamente a su abuelo con esa vitalidad y poder colaborar juntos en una misión tan importante. Para él era un privilegio y una experiencia única el estar en un grupo de élite tan selecto y poder ayudar a salvar dos mundos, como eran Aurin y la Tierra. Ellos fueron los segundos en acabar su trabajo.

Peter y Rash, sin duda, habían sabido aprovechar sus habilidades que habían desarrollado mientras estaban en el edificio de Los Protectores. Peter se encontraba profundamente concentrado en su tarea, una sed de venganza lo atormentaba, quería hacerles pagar caro la pérdida de su amada Cristy, y hacerles fracasar completamente en sus planes de dominar el mundo.

Rash, por otra parte, sabía cuándo actuar con responsabilidad y seriedad cuando la situación lo requería y esa, sin duda, era una de ellas. Ellos acabaron terceros en colocar los artefactos y en volver a la furgoneta.

Yesy, estaba paralizada de miedo. Aunque siempre intentaba hacerse la valiente en aquella ocasión se sentía bloqueada. A su mente venían continuamente las imágenes de cuando estaba atada en aquella casa, junto a su madre. Y los días que pasó en el hospital teniendo tanto miedo de que volvieran a por ella Los Hombres de Púrpura. Le horrorizaba que volvieran a atraparlas aquellos hombres de Aurin.

Abigail se retrasaba en el trabajo y aún más cuando lo tenía que hacer todo ella sola y al mismo tiempo calmar a Yesy, prometiéndole que todo iba a salir bien.

Los minutos de espera dentro de la furgoneta se estaban haciendo interminables, y más para Ricky, pues temía que algo malo les hubiera pasado a dos de las personas que más quería como eran su hermana Yesy y su novia Abigail.

—Ya no aguanto más, voy a buscarlas —dijo Ricky al resto de los ocupantes y abandonó velozmente la furgoneta.

No había hecho más que salir, cuando vio una débil luz que venía en su dirección.

¡Gracias a Dios, eran ellas! Se percató pronto.

—Yesy, estás temblando —dijo Ricky al ver a su hermana.

Enseguida cuando subió a la furgoneta le puso una manta sobre ella, de las que se encontraban por allí.

—Lo siento —dijo Yesy llorando—. He sido un estorbo para Abigail y casi pongo en peligro la misión.

—No sufras, Yesy —dijo Zoco, avergonzado—, la culpa fue mía por hacerte venir a una misión tan peligrosa. Debí de pensar que casi eres una niña, y no uno más de mis soldados. Lo siento. Mañana nos esperarás en el hotel. No te haré pasar otra vez tanto miedo.

Los Conectores 1: Descubriendo Aurin (Completa)Where stories live. Discover now