02

2.9K 131 55
                                    

Luego de eso, el señor (que aún no sabía su nombre) nos hizo camino entre todas las fans y algunos reporteros que había, pero por supuesto no faltaron los gritos y las preguntas: ¿Shawn quién es ella? ¿Es tu novia? ¡Shawn te amo! ¡Es una perra! ¡Zorra! ¡Aléjate de mi Shawn! ¡Puta roba fama! Y otras miles de cosas.

Llegamos al auto y el guardaespaldas nos abrió la puerta, luego la cerró y él entró en el lado del conductor, y nos dirigimos a nuestro destino, alguna tienda donde arreglen pantallas de celulares.

–Ey, tranquila no llores– dijo Shawn limpiando mis lágrimas, sin darme cuenta de que estaba lagrimeando–. No vale la pena llorar por lo que dicen, solo están celosas.

No respondí nada, sólo me acurruqué en su torso y cerré los ojos por unos segundos.

–Juliana, despierta– dijo alguien sacudiéndome el hombro delicadamente.

Abrí los ojos y me di cuenta que nos encontrabamos frente a un McDonal's, lo mire confundida y él me respondió:

–Son como las 12 de la mañana, tengo hambre y supongo que tú también y por eso paramos un rato aquí, ¿vamos?– estiró una mano para que bajara del auto y entráramos al dichoso lugar, sin decir nada la tomé y entramos al McDonal's.

–¿Que quieres?– me preguntó Shawn.

–Una big mac, pero yo pago lo mío– le contesté.

–2 big mac por favor– pidió Shawn a la cajera– ¿cuánto sería?

–20 dólares.

Iba a agarrar 10 dolares que tenía en el forro de mi celular (que es mi billetera cuando salgo porque me da flojera llevar una) pero alguien se me adelantó.

–Shawn te dije que iba a pagar YO lo mío– dije resaltando el "yo".

–Mi deber como caballero es pagarte tu almuerzo miladi– hizo una rara reverencia– y era lo menos que podía hacer por haber roto tu pantalla.

–Aw que tierno eres Shawn– pellizqué una de sus mejillas–. Gracias– susurré y lo abracé.

Luego de deshacer el abrazo nos dirigimos a una mesa lo más alejada posible de las ventanas y nos sentamos.

–Em –dijo Shawn tratándose de romper el silencio incómodo que se había formado– ¿cuántos años tienes?

–18 ¿y tú?

–Wow– dijo sorprendido– yo igual.

–Haber... ¿cuándo es tu cumpleaños?

Y antes de que Shawn pudiera responder, nos llamó la misma chica diciendo que ya estaban nuestras hamburguesas.

–Yo voy.

Se dirigió a donde se encontraba la chica y le dio una bandeja con dos hamburguesas, papas fritas y gaseosas.

–Ten– me entregó mi hamburguesa, mis papas y mi gaseosa.

–Gracias otra vez Shawn.

–No es nada Juliana– esbozó una pequeña sonrisa.

Empezamos a comer en silencio, pero no era uno incómodo, sino uno tranquilo; había momentos en el que Shawn me miraba, yo también y él desviaba su mirada a otro lado sonrojado. Luego de unos minutos terminamos de comer y nos levantamos de la mesa.

Un Golpe Inesperado (Shawn Mendes) Where stories live. Discover now