Un viejo amigo

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Emma se había detenido al borde de la carretera, cerca del puerto. Sentía vibrar en ella una cólera ensordecedora. Nunca le había gustado sentirse tan impotente frente a una situación y desde la muerte de Lila o el abandono de Henry en la maternidad, eso no había sucedido. Estaba mucho más que encolerizada, se sentía desesperada y expulsó de sus entrañas un grito, en medio de las dársenas vacías y silenciosas. ¿Cómo iba a contárselo a Henry? ¿Cómo le diría que su madre los abandonaba? Todo parecía morirse en ella después de haber gritado, las lágrimas surcaban sus mejillas enrojecidas. El sol brillaba radiante y nada era más odioso que ese tiempo resplandeciente. Cuando notó una mano en su hombro, Emma tembló. Entonces reconoció a Archie Hopper, el psicólogo de Regina. Fue presa de una loca risa nerviosa que desconcertó al hombre.

«¿Todo bien, Emma?»

«¿Si todo va bien?» repitió ella con voz áspera, presa entre las lágrimas y las risas «Oh, Dios mío, ¿si todo va bien? No, ¡nada va bien!»

«¿Qué ha pasado?»

«Regina...¡Regina ha roto conmigo! ¡Eso es lo que ha pasado! Pero, ¡usted debe saberlo!»

Archie alzó sus cejas ante esa respuesta

«No...No estaba al corriente de sus intenciones, ¿quiere venir a mi consulta? ¿Para hablar? Ya he terminado de pasear a mi perro»

El dálmata se acercó y comenzó a lamer la cara de Emma, salada por las lágrimas. Sin hacerse de rogar, ella siguió a Archie a su consulta.


Delante de la humeante taza de café, Emma contó lo que había ocurrido hacía unas horas y el incomprensible comportamiento de Regina. Archie se acarició el mentón y parecía reflexionar intensamente.

«Por lo que me dice, nada podría presagiar lo que iba a producirse, así que algo ha pasado, algo que ha cambiado todo para Regina, usted no ha cometido ningún error...Y pienso que si estuviera relacionado con Daniel o con su recuerdo...ella habría venido a verme...»

«¿Daniel?»

«Quizás...ha podido pensar que lo traicionaba, Regina...ella amaba mucho a ese muchacho, para ella...él era el amor de su vida. Regina siempre ha tenido una visión "romántica" del amor...Demasiado...Ella se dio cuenta de que las cosas eran más complicadas, que, a veces, se tiene la ocasión en la vida de amar sincera y profundamente a varias personas sin ser por eso...»

«¿Superficial?»

«Eso es...La ligereza no es propia de Regina»

«Lo sé...» dijo Emma «Pero pase que... en fin, que no asuma nuestra relación, aunque no es algo característico de Regina. Pero abandonar a Henry...»

«Sí...Eso es algo absolutamente incomprensible y...»

Archie posó su mano sobre el brazo de Emma para captar su atención, pues ella parecía totalmente ausente.

«Ella la ama, pero algo ha pasado, tiene que descubrirlo...Creo que es imperativo que tenga a Henry al corriente, pero no puede verla como yo la acabo de ver hace un momento...»

«Yo, sí...»

«Yo la voy a ayudar si quiere, traiga a Henry después de clase, hablaremos los tres»


El chico, sentado en el cómodo sillón del hombre al que conocía bien por haber pasado consulta con él tras la muerte de Leopold, escuchó a su madre biológica explicarle que su madre adoptiva había decidido dejarlo todo. Él se había puesto rojo, listo a hundirse en lágrimas, pero después, de repente, se había calmado. Emma se sorprendió y miró a Archie.

Turbio pasadoWhere stories live. Discover now