She is The Alfa

Cap 24

La fiesta automáticamente se acabo y Zack comenzó a repartir ordenes a los guardias y mandó a mas patrulleros a las fronteras. Yo decidí darme un baño para bajar la tensión y deje a mis hijos con dos guardias vampiros en la puerta de mis hijo,le pedí a mi papá cazador que mandara también un par de sus guardias a la frontera y otros que se cambien con los vampiros. me recargo contra la pared de la ducha y dejo que el agua caliente caiga sobre mi.

Esa amenaza me tiene mal, debo buscar quien es el responsable y cobrar la con su vida. Tome una respiración profunda y trate de controlarme. Salgo de la ducha, me coloco la camisa de Zack y mis bragas, salgo y me encuentro a mi mate tirado en la cama con un brazo sobre sus ojos.

-¿Que te pasa amor?- le pregunto sentandome en su regazo.

- Estoy preocupado por nuestros hijos- suspiró, yo me recoste sobre él, estuvimos así por un buen rato hasta que ambos nos dormimos.

B.S P.O.V

Falta poco para que llegue el día que por tanto tiempo eh esperado.

-Señor...-

-¡¿Que quieres ahora?!- le grite a mi beta. Una bella mujer, pelirroja, ojos marrones y unos sensuales labios.

- Ya llego - dijo con la cabeza gacha

- Dejarlo pasar- dije mirando aun por la ventana de mi despacho.

- Señor- su voz me hizo saber que tenía noticias para mí.

-¿Qué sabes?-

- La alfa Jade tiene su casa rodeada, aumento la seguridad, tiene vigilancia en todos lados- dijo tranquilo.

- ¿Donde tiene la seguridad?- pregunté enseñándole un mapa y le entregue un marcador rojo.

- Aquí, aquí, aquí y por toda esta área-

- Ya te puedes retirar- dije y el me hizo una reverencia.

- Nos vemos en un par de días Brock-

- Señor Steelight, para tí Xavier- dije y escuche la puerta ser cerrada.

Pronto Jade, tu manada será destruida desde adentro. Y comenzaré con su punto más débil, sus hijos y su mate.

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Corto lo sé, les prometo que el próximo capítulo será más largo y lleno de acción. Un adelanto:

El filo del cuchillo bailaba por mi cuello y mi cara.

-Eres hermosa- yo le escupi la cara.

- Te odió, maldito envidioso, no pudiste tener lo que tú papi tenía y ahora quieres hacer el mísero intento de quitarmelo  todo a mí, pero te diré un secreto, yo no te tengo miedo.

-Callate!- me pego una cachetada y reí como desquiciada.

- Vamos a jugar- dije y una explosión se desató de mi cuerpo.