27-❤ (capítulo corto)

261 29 0
                                    

¿Esto sería el fin de mi existencia? ¿estaba predestinado? 

XX: __, por favor, abre tus ojos.

Escuché aquello de repente y quise abrir mis ojos pero me encontraba en medio de la realidad y a la vez, flotando en donde mierda sea. No podía reaccionar a algún movimiento de mi cuerpo, me encontraba inmóvil, pero me había dado cuenta de algo, no había muerto todavía, ¿y si lo estaba? Sentí entonces, una cálida mano rozar mi mejilla derecha. 

De pronto, un movimiento involuntario de mis dedos de la mano izquierda se movieron, tal vez sería por el repentino contacto físico de quién sabe quién sea. Fue entonces cuando volví a escuchar esa voz que se me hacía tan particular y conocida. Pero ya no me hablaba a mí, al parecer gritaba tratando de llamar a alguien.

XX: ¡ENFERMERA! -me sobresalté, ¿enfermera?- ACABA DE MOVER SUS DEDOS.

Se escuchaba entre una mezcla de alteración y a la vez, de felicidad. Como si le hubieran contado algo que quería escuchar. 

Mis ojos pesaban como nunca. Pero sentí que mis pupilas, aun con los ojos cerrados, se iban moviendo de lado a lado, hasta que vi poco a poco la resplandeciente luz de un cuarto blanco. No podía distinguir nada, solamente el color de las paredes de aquel lugar. Luego de uno minutos, mi vista iba mejorando, ya no era borroso y hubiera preferido que lo fuera, ya que al mirar a todos lados, me fui dando cuenta que estaba en el peor lugar del mundo, un bendito hospital. Quería salir de ahí, pero mis extremidades seguían paralizadas. No había nadie en el cuarto, por lo que, supuse que el chico de la voz salió desesperado para encontrar a la dichosa enfermera. 

__: Esto no me puede estar pasando -dije en una voz poco audible, me costaba hablar y la mascarilla que me daba oxígeno, me molestaba-.

Fue en ese momento, cuando la puerta se abrió y me encontré con él. Su rostro estaba más pálido y unas ojeras se asomaban debajo de sus cansados ojos. Al parecer, se encontraba exhausto, me asustó, no me gustaba ver a la gente en tal estado.

SUGA: Despertaste -se acercó rápidamente a mí, se arrodilló en el piso y puso sus brazos en la camilla, sus manos poco a poco se iban acercando a mi rostro helado- todo estará bien, preciosa.

__: ¿Qué...qué, acaba de pa, pa...sar?

SUGA: No hables -puso un dedo en mis secos labios-.

Negué con mi cabeza.

__: Suga -me asusté- ¡no...no siento mi cuerpo!

Su rostro empalideció más aún pero seguía tranquilo, tal parece que ya sabía todo, asintió y tomo su mano uniéndola con la mía. Me dolía saber que no podía sentir su tacto.

SUGA: Debe ser por todas las anestesias y tranquilizantes que te pusieron -estaba mintiendo-.

Intenté mover alguna extremidad de mi cuerpo pero no reaccionaban ante mis movimientos. Me aterraba la idea de quedar así de por vida. 

__: Suga, tus manos están frías.

Este abrió sus ojos y yo lo seguí. Había sentido, y eso me alegró.

SUGA: ¿Sientes mi tacto?

Asentí, pero aun no me podía mover.

SUGA: La enfermera me dijo que el accidente que tuviste inmovilizó tu cuerpo completamente por culpa del fuerte impacto, pero volverás a moverte, no te preocupes.

Se notaba seguro diciendo aquello, y provocaba en mí, seguridad también. Volví a asentir, esta vez creería en él.

__: Suga... -y entonces me acordé- ¡no fue un accidente!

Recordé todo, mi cabeza comenzó a dar vueltas, oí esa voz "Buenas noches, cariño", un fuerte escalofrío recorrió mi cuerpo, mi respiración se agitó de un segundo a otro, me dolía el pecho, mis extremidades me dolían peor, y ahora me encontraba rodeada de doctores y Suga ya no estaba ahí. Todo se volvió nuevamente, negro y no supe más otra vez, otra maldita vez.




D A N G E R ! 《bts; myg》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora