Trece

4.3K 283 35
                                    


Camila's POV

Después de cuatro largos días por fuera de casa, Lauren por fin regresaba. Nos mantuvimos en contacto por medio de mensajes y llamadas. Mentiría si digo que no la extrañé.

Entonces llegó.

Cruzó la puerta a las 5:20 PM. Lauren estaba caminado raro como si le doliera al dar cada paso. Se veía más blanca que de costumbre; traía la mirada cansada, enormes ojeras bajo sus ojos verdes y un labio partido. 

Cuando me acerqué, vi que uno de sus brazos tenía un gran morado. Pude notar que tenía muchos pinchazos cerca a la vena principal. Como si se hubiera inyectado una droga ¿metanfetamina? Apenas había empezado a ver Breaking Bad así que no sabía mucho de drogas.

Algo no estaba bien. Lauren definitivamente no estaba bien.

Mi mente inmediatamente creo cien posibles escenarios de lo que había pasado.

— Hola Camzi. — Dijo con su voz cansada mientras me rodaba con su brazo sano.

— Hola Lau. —     Dije correspondiendo el abrazo, tal vez fue muy fuerte porque sentí que frunció su cuerpo ante el tacto. —     ¿Estas bien?

— No estoy bien.

— ¿Qué tienes?

— Tengo hambre.

Entonces sentí como todo el peso de Lauren caía sobre mis brazos. Se había desmayado. Estaba sola en casa. No sabía primeros auxilios. Yo estaba a punto de tener un ataque de pánico. 

¡Joder! Lauren está muriendo y yo no sé qué diablos hacer. — Pensé. — ¿Dijo que tenía hambre? ¡Eso es!

Como pude, la llevé arrastrando hasta su cuarto y allí la traté de poner cómoda. Entonces, salí dando saltos hacia la cocina. Tomé una lata de sopa de pollo y la vertí en una pequeña olla. Encendí la estufa y la puse a calentar. Entré de nuevo a su habitación y me apresuré a buscar en las cosas de Lauren algo de ropa cómoda.

— Mmm ¿Camz? — Dijo Lauren con su débil voz, estaba reaccionando.

— Lolo aquí estoy. — Usé su mote.

Vi que Lauren trataba de sentarse sobre la cama por eso me acerqué a ella para persuadirla a que se mantuviera acostada. Por lo menos por un rato. Tomé su piyama, era una camiseta blanca dos tallas más grande y un short negro. Lauren estaba muy mareada como para vestirse sola así que la ayude. Me acerqué y con permiso de Lauren, quité con cuidado la blusa gris que estaba usando y ahí fue cuando vi te estaba llena de hematomas.

Su marcado abdomen tenía por lo menos siete enormes moretones. Debo admitir que se veía realmente mal. Eso me rompió el corazón. No sabía a ciencia cierta que le había pasado. ¿Peleo borracha en un bar? ¿La asaltaron de regreso a casa? ¿Por qué los pinchazos en su brazo? ¿Se drogó y perdió el control? De nuevo, muchas preguntas y ninguna respuesta.

Mientras le estaba poniendo la camiseta blanca vi que en uno de sus costados, tenía un par de golpes; era una de sus costillas y estaba algo hinchada... Además de eso ¡Lauren también tenía tatuada la caricatura de un gato azul!

Con cuidado, desabroche sus vaqueros y vi que tenía un enorme morado en su blanca pierna. Extendí mi mano y toque el hematoma. Estaba impactada con lo que estaba viendo. Lauren frunció el ceño ante el toque.

Sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a Lauren de esa forma; tan frágil y vulnerable. Mi corazón dolía porque no sabía que le había pasado, porque yo no había podido ayudarla, porque ella estaba sufriendo. Con todo lo que había acabado de ver, las lágrimas habían empezado a brotar de mis ojos.

Entonces, ella soltó una pequeña risa.

— ¿Qué es gracioso? — Pregunté aun con mis ojos húmedos.

— Eres rápida. — Dijo.

— ¿Rápida?

— Sí. — Dijo ella. — Solo salimos una vez y ya lograste quitarme la ropa.

Abrí mis ojos como platos y fue cuando sentí como con sus suaves yemas estaba tratando de secar mis mejillas. Me dedicó una débil sonrisa y suspiró.

— Estoy bien. — Dijo la chica de ojos verdes.

— ¿Qué te pasó? — Le pregunté con un hilo de voz.

Lauren abrió la boca para dar respuesta a mi pregunta. Entonces, lo recordé. ¡LA SOPA! La había olvidado por completo.

— ¡Regreso pronto! — Le dije mientras de un salto salía del cuarto.

Entre a la cocina pensando que la sopa estaría hecha un desastre, inclusive pensé que se estaría incendiando la casa, pero por suerte, estaba en perfecto estado. Tome un tazón y con cuidado vertí el líquido. Busqué una cuchara y acomode todo en una bandeja. Lo llevé con cuidado hasta el cuarto de Lauren.

Cuando me vio entrar con la bandeja, sonrió.

— No sabes cuánto te extrañe. — Musitó.

Me acerque a la cama y me senté en el borde. Tomé la cuchara y empecé a darle la sopa a Lauren. Cuando hubo terminado, tomé una servilleta y con delicadeza limpie sus labios. Tuve cuidado de no lastimarla.

— No me mires como si estuviera muriendo. Por favor. — Dijo Lauren. Claramente se sentía mejor.

— ¿Qué te pasa?

— Es normal, Camz. — Me miró con sus profundos ojos color esmeralda. — Cuando donas sangre y médula osea al mismo tiempo, es normal marearte.

— ¿Tú hiciste eso? —Obvio lo hizo idiota, sino no te lo estuviera diciendo. Me regañé.

— Sí.

Pude respirar de nuevo al darme cuenta que los pinchazos no habían sido por alguna droga.

—¿Era para Normani? — ¿Camilita acaso no te cansas de preguntar lo que es obvio? Me volví a regañar.

Asintió mientras me regalaba con una pequeña sonrisa.

Pero eso no respondía el por qué ella estaba tan golpeada. ¿Acaso le habían extraído la sangre y la médula osea con un martillo? Lo noté, no soy tan ingenua.

— Pero ¿Por qué estás tan golpeada?

— Yo...— Vi que dudo un poco al responder. — No quiero que te preocupes.

— Me preocuparé si no me lo dices. — Le dije tratando de sonar dulce y comprensiva.

Hizo una pausa. Dudó un poco en responder a mi pregunta. Entonces abrió su boca para contestar.

— Ally y yo estuvimos en un bar. Ambas estábamos muy borrachas y terminamos peleando contra tres mujeres. — Bajó su mirada. — Una de ellas derramó su bebida sobre Ally y yo me enojé.

Le creí. Ojala no lo hubiera hecho.

Ojala hubiera notado que me estaba mintiendo, pero no lo hice.

Fugitiva | CamrenWhere stories live. Discover now