La guerra nos hace asesinos a todos.

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Lauren's POV

Ya habían pasado cuatro días desde mi llegada. Mis golpes estaban mucho mejor ahora. Ya me podía mover mejor. La herida de mi labio había desaparecido por completo.

Hubo una llamada esa mañana.

— ¿Ally?

– ¡Hola Lolo! —Dijo la pequeña chica tras la línea.

— ¡Ally boo! — Dije con una gran sonrisa en mis labios.

— ¿Cómo estás?

— Mejor. – Dije con sinceridad. — Me puedo mover mejor y los hematomas están desapareciendo.

— ¡Gracias a Dios y a la virgen! — Dijo y yo reí.

Ally siempre había sido una persona muy religiosa. Cuando era pequeña le decía a su padre que quería ser monja, pero al pasar el tiempo, sus intereses fueron cambiando. Ahora es doctora y en su tiempo libre es voluntaria en centros de ayuda a comunidades marginadas.

— Mañana llevaran a Mani al hospital de Filadelfia.

Una enorme sonrisa se formó en mi rostro cuando escuché la noticia. Ahora mi amiga estaría en un mejor centro asistencial y estaría más cerca de mí. Eso también implicaba que vería más de seguido a Ally.

— ¿Puedo preguntarte algo?

— Dime. — Dije.

— ¿Llevaras siempre contigo lo que te di?

— Ally...— Le reproché. — Ya sabes lo que opino de eso.

— No te estoy diciendo que vayas por el mundo disparándole a todo lo que se mueve como si estuvieras en Call of Duty. — No pude evitar reír ante tal suposición.

— Tendré que encontrarle un mejor escondite... No se vería muy normal que yo llevase un libro de anatomía a todos lados conmigo.

— Les dirás que ahora te apasiona la medicina.—  Reí ante tal ocurrencia.


Flashback

Había pasado un día desde la golpiza que recibí por parte de Leekie. Dolía como el infierno. Dolía hasta cuando solo estaba respirando. Por suerte tenia a mi pequeña Ally.

 Ojala te quedaras quieta cuando te pongo las compresas. – Dijo mi amiga mientras retiraba las compresas frías de mi piel.

— Pero duele. —   Dije como si fuera una niña pequeña.

 A veces parece que tuvieras cuatro años. —  Dijo mientras se cruzaba de brazos.

Ally se sentó en el borde la cama. Mientras sostenía las compresas frías. Y fue cuando entro al cuarto mi pequeño niño.

 ¡Oh! Mira, Luis Hernando vino a ver como estas. Dijo Ally.

Vi como el pequeño gato blanco y negro cruzo por la puerta. Fue directo hasta donde estaba acostada. Trepó y se acostó cómodamente a mi lado.

 Hola amor.  Le dije la pequeño animal.

 Es gracioso que al único que le dices amor sea a un gato. Dijo mi amiga.

— Es porque es mi amor.  Contesté juguetonamente mientras acariciaba a mi gato.

Vi que Ally se levantó y se dirigió al armario el cual que estaba frente a mi cama. Tomó un enorme libro de anatomía. Supongo que era de cuando estaba en la facultad de medicina.

— Lauren, quiero que tengas esto. — Dijo la más pequeña en un tono bastante serio.

— ¿Anatomía? Le di una mirada confusa. Ally, muchas gracias de verdad, pero no creo que sea algo que quiera leer. Me interesa más las novelas de suspenso y...

— Ábrelo. Me ordenó.

Tome el pesado libro rojo en mis manos. La tapa era dura. Sin duda alguna era de cuando Ally estaba iniciando la facultad. Entonces lo abrí. Ally había removido una parte de cada hoja usando un bisturí. Creando así un pequeño cuadro en medio del libro perfecto para esconder algo. Y lo había escondido...

 ¡PERO QUE DIABLOS ALLYSON BROOKE! Me alteré, mucho. ¡¿ESTO ES UNA MALDITA BROMA!?

 Lauren tranquilízate. Al parecer mis gritos asustaron a Luis Hernando porque salió del cuarto.

 ¡NO, no puedo! Dije. — Ally, No puedo ¿Es real? ¿De dónde la sacaste?

En la mitad del libro había un arma negra semiautomática y junto a esta un cartucho con unas cuantas municiones.

 ¡Lauren yo soy la que no puede! ¡Ayer casi matan a mi mejor amiga! Dijo mi amiga. Lauren casi te matan ayer y no me digas que todo va a estar bien porque ni tú ni yo lo sabemos.

 Ally, un arma no me mantendrá viva.

 ¡Eso tú no lo sabes! Dijo ella. — Es cuestión de tiempo para que Leekie sepa que estas en Washington. Solo llévala contigo. Eso me dará algo de paz.

— Ally...

 Por favor. Suplicó. — No te puedo perder.

Bajé mi mirada. Vi que Ally tenía un par de lágrimas en sus mejillas, siempre había sido muy sentimental.

 A veces siento que estoy perdiendo a Normani, pero también siento que te estoy perdiendo. Su voz se estaba quebrando. Lauren no te puedo perder. Eres como mi hermana. La hermana que nunca tuve. Quiero que estés a salvo. Siempre.

 Lo pensaré. ¿Vale? Le dije. ¿Cómo la conseguiste?

 Mi padre es policía.

 Debí haberlo imaginado desde un principio.

Puse el libro aun con el arma adentro a un lado de mi cama. Ally tenía razón. Su punto era válido. Debía cuidarme, debía cuidar a los que me rodeaban. Y si eso significaba llevar un arma conmigo, entonces lo haría.

 Y Lauren.

 ¿Si?

 No olvides que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Dijo Ally.

 ¿Y ahora me aconsejas con una referencia a una vieja película de Spiderman?

Pasamos el resto de la tarde tiradas en la cama viendo viejos musicales de Disney mientras Ally se quejaba de su inexistente vida amorosa.

Fugitiva | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora