Ningún argumento para quedarme.

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Lauren's POV

— ¡Es cínica! – Dije mientras golpeaba el volante de mi auto. – ¡Es una maldita cínica!

2:30 AM, estaba conduciendo a ninguna parte y sostenía una conversación conmigo misma, ¿muy normal verdad? La solitaria carretera era la única testigo de mi ira y decepción. ¿Hacia dónde iría? No tenía la menor idea. Por un momento pasó una terrible idea por mi mente.

En ese momento, en mi lecho de soledad, llegó a mi mente una frase de Chloe personaje de Apartment 23, una serie que solía ver con Ally en Miami.

"¿Sabes que es divertido? Alcohol."

Llevaba limpia muchos meses, y recaer en el alcoholismo no estaba en mis planes. Sin embargo, había una extraña necesidad dentro de mí que me decía que lo necesitaba. Me gritaba que me emborrachara. Comencé a replantearme muchas cosas, como ¿necesitaba estar sobria para ver a Camila feliz con otro? No.

Fue cuando, frené en seco y di vuelta. Ahora tenía rumbo, iba a ir al bar más cercano y tomaría la cerveza más grande que tuvieran, y después de esa, otra y otra y otra. Así hasta perder el conocimiento.

¿Quién necesita estar sobrio para ver como los problemas lo comen vivo? Yo no. – Pensé.

Con alguna vieja canción de Three Days Grace de fondo, emprendí mi búsqueda para encontrar cualquier bar abierto a esa hora. Tardé más de cuarenta y cinco minutos, pero finalmente encontré uno. No era la gran cosa. Solo un par de mesas de madera y una barra en la mitad. Un pequeño local. Solo había cuatro personas en una mesa de al lado. ¡Me alegraba saber que no tendría muchos testigos en mi recaída al alcoholismo!

Se acercó una camarera. Era joven y muy atractiva. Calcularía que tendría unos veintitrés años. Esta chica tenía unos enormes ojos azules y un sedoso cabello oscuro.

— Dame la cerveza más grande que tengas. – Dije.

— Un momento. – Dijo la chica dándome una amable sonrisa.

Al cabo de cinco minutos, la cerveza estaba siendo puesta sobre mi mesa. Un enorme vaso de vidrio con abundante espuma en la cima. Sin duda alguna, era algo con lo había estado fantaseando desde hacía mucho tiempo. Pero yo, en lugar de dar el primer trago, me quedé ahí contemplando el enorme vaso.

Tantos meses limpia. Tanto tiempo sin alcohol en mi sangre. ¿Realmente valía la pena tirar todo eso por el caño? En ese momento, mi mente era un completo caos. Mis problemas estaban a punto de quebrarme la columna vertebral. Y yo estaba a punto de mandar todo al carajo. Sabía que si daba el primer trago, no podría parar.

— ¿La beberás o te vas a quedar contemplándola? – Era la mesera de hace rato y ahora se estaba sentado frente a mí.

— ¿Beberla? ¿Estás loca? Estaba planeando quedarme aquí viéndola como si fuera la más hermosa musa. – Bromeé con la situación.

— Eso tiene mucho sentido. – Dijo la camarera riendo por mi broma. – No muchos guardan esa costumbre. –La chica extendió su mano hacia mí. – Soy Harper.

— Soy Lauren. – Dije mientras estrechaba su mano.

— ¿Cuál es tu historia Lauren?

— ¿Mi historia? – Pregunté confusa.

— Sí, la razón por la que estas observando una cerveza a las 3:00 de la madrugada en un bar de mala muerte.

— Esa historia ¿De verdad quieres oírla? – Pregunté incrédula.

Fugitiva | CamrenWhere stories live. Discover now