Capitulo 8

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Ambos dejamos de respirar por un momento y enseguida nos separamos.

—¿Y bien?—la señora Raquel nos miraba desde la puerta con los brazos cruzados.

—Esto tiene una explicación—Romeo le dio una sonrisa.

—¿Y esa es?—

—¿Podria ayudarnos primero?—pregunte señalando nuestros amarres.

La señora Raquel nos miro con las cejas alzadas pero se acerco para liberarnos.

—Ahora si,¿que sucedió?—Romeo y yo nos dimos una mirada sin saber que decir.

—Bueno... Su hija nos secuestró—contesto Romeo y yo me di un golpe en la frente.

La señora Raquel miro enojada a Romeo,y yo lo mire con una ceja alzada,¿eso fue lo mejor que pudo decir?

—Fuera—la señora Raquel señaló la puerta.

—Pero es cierto—Romeo se veía indignado yo solo me límite a tomarlo del brazo y guiarlo hasta la puerta.

—¿Nos va a pagar?—la señora Raquel levantó la cabeza ante mi pregunta y me miro mal.

—¡Fuera!—levante las manos en señal de rendición y jale a Romeo.

Al llegar al pie de la escalera nos encontramos con los 3 mocosos esos.

—¿Se van tan pronto?—Marie sonrió con dulzura.

Me limite a seguir mi camino hacia la puerta.

—No fue un gusto conocerlos—dije antes de salir.

En cuanto estuvimos afuera comencé a caminar hacia mi casa sin esperar a Romeo.

—¡Julieta!—Romeo llegó a mi lado.

—¿Qué?—pregunté borde.

—¿Estas bien?—me detuve ante su pregunta.

—Claro que lo estoy,ser secuestrada por una niña,amarrada a una silla y terminar sin paga es lo mejor de la vida—respondí sarcástica.

Romeo me miro y abrió los brazos.

—¿Abrazo?—levante una ceja ante su comentario.

—¿Qué?—Romeo me ignoro y enseguida me abrazo.

—Abrazo—me quede quieta ante el raro comportamiento de Romeo.

—¿Aun tienes cloroformo en tu sistema?—Romeo soltó un bufido y se separo de mi.

—Uno trata de ser amable y así le pagan—le sonrei.

—Tu amabilidad es rara—afirme mientras me daba la vuelta para ir a casa.

Romeo me siguió en silencio,después de unos minutos llegamos a mi casa

—Hemos vuelto—avise mientras me tiraba en el sillón.

—La señora Raquel acaba de llamar—me levante de un salto al escuchar la vos de mi madre.

Al darme la vuelta la encontré parada al lado de mi tía Liliana.

—Hola madre—saludo Romeo y los ojos verdes de mi tía le lanzaron una mirada de advertencia.

—¿Se puede saber que paso?—mi tía sonaba molesta.

—Nos despidieron—respondí como si nada.

—Eso esta más que claro—mi madre comenzó a caminar en mi dirección—¡arruinaron su casa!—exclamó.

—¡Sus hijos nos secuestraron!—dije en mi defensa.

Mi tía comenzó a caminar hasta estar junto a mi madre.

Tu No Eres Mi Romeo Ni Yo Tu Julieta [En Edición]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon