Tu No Eres Mi Romeo Ni Yo Tu Julieta [En Edición]

Capítulo 33

¿No sienten que cuando se enojan con una persona lo último que quieren es ver lo que les recuerde a ellos?
Pues yo si lo siento justo ahora que Canuto apareció en mi campó de visión junto al regalo de aniversario de Romeo.

—¡RAFAEL!

En menos de un segundo mi hermano mayor se encuentra frente a mi sosteniendo una escoba.

—¿Que pasa? ¿donde esta el incendio?

Señalo a mi gato.

Rafael baja la escoba luciendo desconcertado.

—Tu gato no se incendia.

—¡Eso es obvio!

Rafael levanta una ceja.

—¿Entonces? ¿qué quieres que haga? ¿mirar como se lame?

Niego, joder, solo quiero entrar a mi habitación sin nada que me recuerde al idiota de mi, quiero creer, mejor amigo.

Rafael nota mi cara que debe reflejar mis ganas reprimidas de llorar pues su semblante se suaviza, podra ser un tonto con el que me vivo peleando y que me causa más problemas que con mis padres que cualquiera pero sigue siendo mi hermano.

—Mi cuarto no tiene llave—sonrio y le doy un rápido abarazo antes de correr a su habitación.

Cierro la puerta tras de mi contemplado las paredes grises, sonrio con tristeza, mi hermano y su falta de creatividad, limpio una pequeña lágrima de mi mejilla, joder, soy una llorona, paseo la mirada por los estantes de trofeos de mi hermano, ferias de ciencias, deletreo, debates, competencias matemáticas, suelto una pequeña risa al ver la fotografía enmarcada de mi hermano conmigo en su espalda tratando de no tirar su diploma del internado IEO, ruedo los ojos, tonto lugar para genios.

Mi sonrisa comienza a disminuir al recordar a Romeo emocionado cada vez que Rafael venía a casa y le platicaba del internado, sus maestros super avanzados, sus pasillos libres de ruido, de molestas personas que te pidan la copia; quiero llorar al recordar su emoción al saber que podía ir, una emoción que yo le arrebate.

Soy una pésima mejor amiga.

Como en película dramática deslizo mi espalda por la fría madera la puerta hasta llegar a la alfombra, suspiro, otra vez arruine la situación, ¿es mi imaginación o de aqui a 3 meses mi vida se hizo un fiasco? Es como esas historias de Wattpad que inician justo cuando todo lo malo se amontona.
Claro que esto no es una novela y mis problemas no se van a arreglar mágicamente como un capítulo de la Rosa de Guadalupe.

—¿Y esta rosa?—miró al rededor, gruño, tenía que intentar.

Una luz se enciende.

Mierda.

Me pego contra la puerta, se que la gente ve esto como una señal divina pero yo solo lo veo como rosa que sale de la nada espantando a todos.

La luz se apaga pero no veo aparecer ninguna rosa.

—La decepción, la traición hermano—susurro recordando el meme que Ryan me mostro esa mañana, ¿qué clase de monstruo hace que una luz mágica aparezca pero no agrega una rosa?

El tintineo irritante del teléfono de mi hermano me hace entrar en razón.

Si sere...

¡Era el jodido teléfono!

Maldigo por lo bajo, y luego me pregunto porque tengo malas calificaciones.

—¡Julieta! Escuche sonar mi teléfono—¿este es vampiro o que?—así que salte de mi habitación.