Capítulo 39 P.O.V Romeo

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Bum, bum, bum...

Puedo sentir mis latidos fuera de control, mi garganta seca y el picor de mis ojos, puedo sentir el dolor de mis nudillos pero sobre todo puedo sentir la sangre de mi Julieta sobre ellos.

—¡Ojos grises!

Pasos.

—Maldición.

—¡¿Que pasa aquí?!

Gritos.

—¡Eres un hijo de perra!

—¡Fue él, director!

Golpes.

—¡¿Qué demonios fue eso?!

—Lo que se merecía...

Oscuridad.

(...)

Hace frío.

Eso fue lo primero que pensé cuando abrí los ojos en la oscuridad de mi cuarto, no en el dolor de mi nuca, ni en el hecho de no saber como llegue ahí, si no en el viento helado que se colaba por mi balcón.

Sin hacer ruido me levante de mi cama dispuesto a cerrar las ventanas del balcón, mis ojos involuntariamente cayeron en el de Juli.

Cerradas

Las mire unos minutos, como si de un momento a otro Juli se fuera a asomar explicando que también sentia frío, uno que le helaba la sangre y hacía a su corazón sentir que se moría lentamente, pero no paso.

Ella no abrio ese balcón.

Y yo cerré el mio.

(...)

—Romeo, hijo, debemos hablar.

La voz de mi madre se colo en la oscuridad de mi cuarto produciendo eco ante el singular silencio que lo gobernaba.

—¿Sobre?

Mi pregunta carente de sentido raspo mi garganta luego de horas sin emitir un solo sonido.

—Julieta.

Mi mirada abandono el techo para mirarla parada a un lado de mi puerta siendo ilumanada sólo por la luz del pasillo.

—¿Ella...—mi voz se detiene — ...esta bien?

Veo a mi madre asentir despacio.

—Solo fue un pequeño golpe...

Pequeño

—Yo...lo siento.

Veo a mi madre juntar sus cejas y mirarme confundida.

—Romeo, hiciste lo que debías...

¿Qué?

Por un segundo creo que estoy alucinado, ¿mi madre esta diciendo que era mi deber golpear a Julieta?

—¿Disculpa?

Mi voz suena más brusca de lo pretendía, sin embargo mi madre no parece afectada.

—Defendiste a Juli, intentaste ayudar —la veo suspirar— no puedo creer que esa chica se atreviera a golpear a nuestra Juli, hay cada persona en este lugar...

Por un segundo me siento incluso más desubicado que antes, ¿de que demonios esta hablando?

—Por suerte Fernando esta tomando cartas en el asunto y descubrira a que escuela pertenece y los motivos de la agresión...

Mi mente da vueltas, ¿agreción? ¿otra escuela?

Sin darme cuenta me levanto de la cama y salgo de mi cuarto, necesito respuestas, no me detengo ni por los reclamos de mi madre que me siguen hasta la entrada.

Tu No Eres Mi Romeo Ni Yo Tu Julieta [En Edición]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant