Epílogo: Un barco a la distancia

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~Dante~

El barco no tardó en volverse una mancha borrosa en la distancia.

Miré al navío perderse en el horizonte sin moverme, aun cuando el sol siguió su curso hasta casi esconderse en el mar. Me habían dicho que volviera con los demás a la armada, pero no había hecho caso. Aún no sentía que fuera momento de irme. Quería saber si todo estaba bien, a pesar de que estar en el muelle no pudiese ayudarme a saber nada. No quería olvidar a ese muchacho a quien la diosa había ordenado que conociera, y bien sabía que me aferraría a la esperanza de volver a verlo.

—Dan, pronto va a oscurecer —escuché la voz de Lilineth a mi espalda.

—Eso ya lo sé —respondí por fin, levantándome y mirando a la chica—. Sólo quería asegurarme de que no regresaban —expliqué con una pequeña sonrisa.

—Pero, Dan, lo harán —aseguró ella con una risita—. Obviamente no ahora, pero vamos a volver a verlos.

—¿Y por qué estás tan segura? —pregunté con cautela—. ¡Ay, no! ¿Acaso el enano embarazó a Kaiya? —añadí alarmado cuando esa idea cruzó mi mente.

—¡No, Dante, claro que no! —respondió Lilineth, rodando los ojos.

—¿Entonces?

—Porque son nuestros amigos —dijo con una contagiosa sonrisa.

—Tu lógica me impacta, Lilineth —respondí con burla.

—No te burles, es la verdad —pidió avergonzada—. Si quieres que vuelva aún más pronto, será mejor que te pongas a trabajar para terminar esta guerra —añadió con energía.

La miré por un momento y una sonrisa se extendió por mi rostro.

—A tus órdenes, reina roja —respondí dando un saludo militar—. Pero tú tienes que ayudarme.

—Claro, entre todos terminaremos esta guerra y podremos visitar Arlan muy pronto —concedió Lilineth mientras me tomaba del brazo y me guiaba de vuelta a la armada.

—Muy pronto entonces —susurré dejándome guiar, hasta que ambos nos perdimos entre los árboles.

Cuentos de Reyes y Guerreros I: El MagoWhere stories live. Discover now