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Esta historia es una colaboración de RavenYoru . Él ha querido mantener su identidad. Quise incluirla porque es una historia que merece ser leída y adjuntada en un libro como este. Gracias, chico.

—Déjame en paz, no quiero volver a escucharte. Esto se acabó.

Escuché silencio del otro lado de la línea y esa sensación volvió a formar un desagradable nudo en mi garganta. Dejé el teléfono en el suelo, tratando de calmar el dolor que se alojaba en mi pecho mientras lloraba. Lloraba porque sabía que esta vez se había terminado. Cubrí mi rostro con ambas manos cuando los vestigios del llanto llegaban en forma de espasmos que no hacían más que agudizar la molesta sensación de vacío. Cuatro largos años de una relación que acabó perdiéndose en un suspiro; en una última llamada. Tomé nuevamente el teléfono con la esperanza de encontrar algún mensaje, algo que me dijera que esto no era más que una discusión tonta, pero lo único que ví al desbloquear la pantalla, fue la foto que nos tomamos cuando recién comenzábamos a salir. El nudo en mi garganta se formó de nuevo, y las traviesas lágrimas saladas resbalaron por mis mejillas, perdiéndose en mi mentón. Es difícil explicar el dolor que sientes al perder a la persona que amas. Es complicado llegar a entender que una relación de tanto tiempo acabe de la peor manera. ¿A quién iba a culpar? a la desconfianza, que fue la causante de la primera discusión. A la distancia, que impidió tantos besos, tantos abrazos, tantas caricias y buenos momentos. A la soledad, que era la única que me abrazaba en las noches más frías. Intenté dar lo mejor de mí, sabía que no sería fácil lidiar con una relación a distancia, pero creí estúpidamente que el amor sería más fuerte que cualquier obstáculo que se interpusiera entre nosotros. Jamás imaginé que doliera tanto, y ahora estaba desorientado, perdido y con mucho miedo. Quizá me engañé a mí mismo y me cegué de tal manera que no quería darme cuenta de lo que en realidad estaba sucediendo. Yo sabía que las cosas iban mal, sabía que la chispa no era la misma, que esa magia que nos envolvió al principio se había esfumado completamente. Me cegué tanto que acabé autodestruyendome. ¿Por qué la gente se cierra tanto y no quiere ver la realidad?, a tal punto llega el egoísmo del ser humano que ni siquiera es capaz de entender que el amor deja de ser amor cuando comienza a hacerte daño. No puedes obligar a una persona a estar contigo, no puedes fingir que nada está sucediendo y vivir en un mundo ficticio. Debes hacerle caso a tu corazón cuando te dice que algo está yendo mal, que ya no es lo mismo. A veces crees que es amor, pero en realidad es la costumbre la que te lleva de forma inconsciente a hacer que tu relación se vuelva un completo infierno. Me pasé la mano por el pelo, en un intento desesperado por calmar esa angustia que ya no me dejaba respirar. ¿Cómo se sentiría él? Quizá sentía alivio al haberse quitado un peso de encima al salir de una relación irremediablemente rota. Yo no quería pensar en eso. Una vez más me estaba negando a ver la realidad de las cosas, y me sentía un idiota por eso. Tomé mi teléfono, apresurándome a cambiar el fondo de pantalla. Tener aquella foto era como una continua tortura. Estaba tan perdido que ni siquiera sabía cómo debía continuar. Fue en ese momento que me dí cuenta de que no sabía vivir sin él. Mi madre solía decirme que cuando me enamorara, reservara una pequeña parte de mi corazón para mí mismo, para poder resguardarme en caso de que esa persona me hiciera daño. No quise escuchar su consejo porque pensé que eso jamás sucedería, y ahora estaba tan perdido que incluso tenía miedo de no ser capaz de volver a entregarme nunca más. Tenía miedo de no poder amar de nuevo. En mi cabeza se repetían sus palabras una y otra vez, las sentía tan afiladas como un cuchillo clavándose en mi pecho. ¡Uno se vuelve tan masoquista! sabes que pensar demasiado no hará más que seguir abriendo la herida, pero aun así quieres seguir enfrascándote en ello. Quizás porque tratas de encontrar la raíz del problema, y es ahí cuando te preguntas ¿en qué fallé?, ¿qué es lo que hice mal para que todo terminara de esta manera?, pero la respuesta nunca aparece y acabas sintiéndote cada vez peor. Quizá él tenía razón y las relaciones acaban desgastándose con el tiempo. Tal vez la rutina termina acabando con todo, pero, ¿no se supone que cuando hay amor no existen ni distancias, ni rutina que pueda apagar el fuego? tal vez nunca hubo amor, tal vez fue solo un enamoramiento pasajero. La gente suele confundir el enamoramiento con el amor. Cuando te enamoras de alguien sientes que no existe nadie más en el mundo, esa persona te parece única y diferente a todos los demás. Pero el amor va mucho más allá de eso. Amar a una persona significa entregarlo todo, y no existen distancias, no existe rutina ni aburrimiento que opaque ese sentimiento tan grande que parece ir creciendo conforme pasan los días. El enamoramiento no dura para siempre, es como una estrella fugaz que desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Cuando amas de verdad lo sientes adentro; no importan las peleas, no importa si hay distancia, porque sientes que cada lucha valque cada lucha valdrá la pena en algún momento. Pero... ¿qué sucede cuando una de las personas ama y la otra solo vive la etapa del enamoramiento? entonces el intercambio no es equivalente y algo termina saliendo mal. Quien ama termina sufriendo y quien solo se enamora es quien te hace sufrir, porque tarde o temprano el hechizo se rompe y pasas a ser uno más entre tantos. Aparecen las mentiras, los "te amo" vacíos, las charlas por compromiso. No puedes culpar a la otra persona por involucrarte más de la cuenta. Nadie está obligado a amar, y quizás en el momento no sepamos definir entre una cosa y otra, pero al final todo sale a la luz cuando comienza a pasar el tiempo. A veces es necesario ser un poco egoísta y reservar una pequeña parte de tí hasta estar seguro. No hay dolor más grande que perder a quienes amas, y las heridas del corazón tardan demasiado tiempo en sanar. Hay que aprender de los errores y salir adelante aunque sea doloroso.

Corazones rotosWhere stories live. Discover now