*3*

223 31 13
                                    

Esta es otra colaboración de una bella persona. Ella quiso permanecer en el anonimato. Su historia se llamará:

El chico de las canciones frustradas

A "Emmy" lo conocí de niña, en una iglesia. Quedamos flechados al instante. Nos hicimos novios a temprana edad y pasamos mucho tiempo juntos. Íbamos a reuniones y actividades sociales, a la playa, visitabamos nuestras familias y comíamos juntos con frecuencia. Era amor, esa clase de amor juvenil e inocente; el primer amor.

Pero con el tiempo fui notando que Emmy se alejaba, no respondía mis llamadas como antes, no me buscaba, ni siquiera para decirme "hola, estoy bien, solo muy ocupado con mis proyectos". Sí, al parecer quería ser cantante, pero eso me enteré no por él.

Desapareció por casi cuatro meses, literalmente nadie sabía nada. Mi madre estaba sufriendo por mí porque yo pensaba lo peor. Hasta un día, cuando llamé a su casa y me contestó la madre de Emmy. Ella me dijo: "Emmy está ocupado, va a sacar un disco y está haciendo deporte. Ya no está disponible".

Mi corazón se rompió feo. Uno, porque me sentí desechada; dos, porque resultó ser que él estaba de lo más bien y como si nada; y tres, porque fue su madre y no él quien dio la cara para enfrentar la situación. Di la relación por terminada con mucho dolor. Pasó un año, conocí otras personas, volví a recomponer mis sentimientos y puedo decir que dejé gran parte en el olvido.

Pero eso no acaba ahí. Emmy volvió a llamarme luego de ese año, algo inesperado. Le dije: "te quiero, porque fuiste mi primer amor y esas cosas nunca se olvidan, te quise muchísimo, pero fuiste tú quien me dio la espalda de forma violenta y sin explicación".

Sí, sufrí mucho, lloré durante meses y pasé noches preguntándome qué hice mal. Pero un día comprendí que no fue mi culpa, también un día me enteré por conocidos cercanos que Emmy no pudo alcanzar lo que quiso, que estaba "descarriado". Luego de 10 años me lo encontré en un centro comercial. Se veía distinto, adulto y serio, iba acompañado de una chica, supuse yo que era la novia o esposa tal vez. Por algún maleficio cruzamos miradas y él se me quedó viendo, con esa expresión de "yo a ti te conozco", porque claro, ambos estábamos muy cambiados.

Nunca supe si en realidad se acordó de mí porque ese día le di la espalda. Caminé a otro lado. ¿Y sabes qué? No sentí nada.

Corazones rotosWhere stories live. Discover now