*6*

238 22 6
                                    

"FLOR" gracias por contarnos tu historia. Ha sido realmente impactante.

Cursaba el cuarto año cuando conocí a Julián. Nos vimos por primera vez gracias a una compañera de clases, pues ella tenía un novio y este era mejor amigo de Julián.  Nos presentaron y desde ese momento comenzó a nacer un sentimiento entre los dos. Ante mis ojos era guapo; de esos hombres que, aunque no quieras, tienes voltear el rostro para mirarlo una vez más. Su pelo era negro y medio ondulado, perfecto para adornar su rostro perfilado. También era alto, imponente y su cara estaba adornada con una barba poblada. Me gustaba porque aparentaba más edad. Tenía dieciocho, pero se veía un hombre maduro.

Yo tenía novio, pero él ya había comenzado la universidad. De modo que el tiempo juntos era escaso. En cambio, con Julián pasaba mucho tiempo en la escuela; jugábamos cartas, almorzábamos juntos...Me había acostumbrado a su compañía. Pero una mañana, cuando arribé a la escuela, él ya no estaba matriculado en la institución. Se suponía que él ya estuviese graduado, pero estaba repitiendo el año. Supongo que estaba cansado de la cárcel que era la esa superior. Lo comprendía, yo también me sentía presa; estábamos de 8:00 am a 3:00pm, cinco días a la semana en las mismas paredes verdes. Luego supe que sus planes eran conseguir un trabajo y terminar el grado de cuarto año en una escuela nocturna. Me dolió un poco, pero sabía que me acostumbraría al poco tiempo. Sinceramente, pensé que no volvería a verlo. Pero, al contrario, lo veía muchas veces a la semana, pues él se las arreglaba para cruzarse en mi camino y acompañarme hasta mi casa. Mientras íbamos a pie, hablábamos como los buenos amigos que éramos. Y como siempre, su compañía era agradable. Por un año esa fue nuestra rutina; yo salía de la escuela y él caminaba junto a mí en las tardes. Haciendo un paréntesis, en este tiempo ya no era novia del chico universitario, pues él me había engañado con una muchacha, también universitaria. Ajá, sigamos con Julián: recuerdo que cuando fue el baile de graduación y no lo invité, se molestó mucho. Le dije que no lo había hecho porque tenía novia. Aquí fue que me dijo que lo de ellos estaba terminado.

Nuestra relación tuvo comienzo al poco tiempo de esa conversación. Fue un noviazgo poco tradicional; solo nos veíamos cuando tenía clases en la universidad y en los veranos cuando comenzaban las fiestas patronales. A ese son estuvimos dos años. Lo amaba como a nadie, y realmente sentía un amor recíproco. Me entregué a él en todos los sentidos. Y sí, me refiero a que tuve relaciones con Julián. 

En cierta ocasión, rompimos la relación por una discusión salida de contexto. Lloré todo un fin de semana. La estaba pasando muy mal. Mis compañeros de hospedaje, al verme en ese estado, me llevaron a su casa. Allí hablamos y resolvimos. Ya después nos convertimos en marido y mujer, pues me quedé con miras a un "para siempre".

Nuestro matrimonio duró diez años. En ese lapso de tiempo pasaron muchas cosas. Tuvimos dos hermosos hijos. Logré culminar mis estudios universitarios, obteniendo así, un bachillerato en Ciencias Sociales con concentración en Psicología. No trabajé porque me dediqué a la crianza de mis hijos. Estaba en una especie de burbuja; creía que mi rol era cuidar de nuestros niños y de Julián. Ya saben, cocinarle, plancharle la ropa... Ama de casa, pues. Un día, mi padre, que siempre deseaba ver a su hija independiente, me animó a tomar un curso para establecer mi propio negocio. Me dedicaba a vender chucherías hasta que me hice consultora de una empresa que vendía productos por catálogos.

Cuando mi padre fallece, me mudo con mi mamá y mi hermano. Fue una decisión que trajo consigo muchas consecuencias, entre ellas el deterioro de mi matrimonio. Aunque, en realidad, la relación había empezado a fallar desde antes. Solo que no tenía ni idea. Me explico: Julián siempre fue un hombre de campo. Por tal razón, dejó un trabajo estable para dedicarse a la caza de aves. De esta manera conseguía dinero, pues vendía lo que mataba a punta de escopeta. En este trabajo conoce a quien sería su "mejor amigo". Este señor tenía cuatro hijos; tres varones y una niña. Desconozco la edad de los varones, pero la chica tenía diez años. La esposa de su gran "pana" y la niña siempre me ridiculizaban ante los ojos de Julián. Desconocía el motivo.

Corazones rotosWhere stories live. Discover now