Capítulo 26: Dudas que Abruman

930 131 10
                                    

Cuando David finalmente detiene el auto en silencio me dispongo a ver el lugar en donde estamos haciendo que frunza el ceño al reconocer una simple cafetería. El despreocupadamente baja del auto permitiéndome la salida también en un intento fallido de caballerismo el cual rechazo bajando por mi propia cuenta.

— ¿Porque me traes a este lugar? —cuestiono en un intento de descifrar su expresión haciendo que niegue de inmediato al captar su sonrisa satírica— si piensas que tendré una especie de cita contigo te estas equivocando porque no entrare, así que mejor llévame a la universidad o yo misma me voy caminando— me cruzo de brazos con seriedad controlando mi impulso de perder la paciencia con su irritante persona.

— ¡Oh vamos rose! — Bufa con frustración — solo será un desayuno y listo, no hay nada de malo en eso— se encoje de hombros— solo comeremos y luego nos iremos. — ignoro su mirada para inspeccionar el lugar el cual se ve casi vacío lo cual me hace oscilar por unos segundos.

—Bien—suelto un suspiro cansino al saber de su insistencia a mis quejas y de que la universidad queda a varias calles lejanas de las cuales me prefiero ahorrar en caminata por su culpa. Esta vez me guardare mi orgullo y esperare a ver que planea el molesto sujeto. Pero la inaguantable y pedante presencia de David no le da tregua a mis intentos de ignorarlo como tanto deseo porque de mala gana por instinto me retiro lo más lejanamente de su persona al sentarme con pesar en la misma mesa que él. Creo que mi tarea de vida que actualmente me cuesta más sobrellevar tiene que ver con el chico frente a mí porque simplemente su hipocresía le gana a la mía haciendo así que mi cuerpo actué por reflejo de manera defensiva siempre que estoy a su lado.

—Tus arrebatos berrinchudos me encantan—comenta con una gran sonrisa de idiota en el rostro mientras yo solo lo ignoro porque aunque sus sentimientos parezcan sinceros no los tolero. De su persona solo quisiera sacar su vida, lo demás no es de mi importancia un mucho menos de mi provecho. Cuando el menú llega y noto que su decisión se demora a propósito le interrumpo dictando el desayuno básico al mozo adormecido que de inmediato asiente apenado terminando de anotar en su libreta y saliendo rumbo a la cocina. Al mismo tiempo mientras decreto observar cualquier objeto que no sea a David en el lugar, percibo su toque en mi mano sobre la mesa haciendo que seguidamente lo mire sin expresión. No demostrar nada con él será mi conveniencia para conservar la armonía.

—Rose—carraspea viendo mi mano ser separada de su agarre — anhelo el momento en que dejes de rechazarme—suelta un suspiro cabizbajo.

—Y yo el día en que dejes de molestarme— refuto con ironía a sabiendas de su próxima reacción molesta por ello.

— Antes lo hacía erróneamente con un motivo, pero ahora no es mi intención hacer las cosas de mal modo— comenta con seriedad— así que por favor supera el pasado y dame una oportunidad—toma mis manos de nuevo recibiendo el mismo rechazo ante sus gestos miserables de afecto

—a veces hay personas que simplemente te caen mal y tú eres una de esas personas para mi David—sonrío de lado adquiriendo diversión al ver su expresión quebrantada por mis ahora constantes rechazos— tus insistencias también crecen en mi para decirte que no, y eso no cambiara nunca. — el no agrega más palabras a la plática así que al igual que yo espera los pocos minutos que el mismo muchacho de antes se tarda en proporcionar nuestro desayuno.

—Deja de mirarme —dejo el sándwich a medio comer al percibir su intensa mirada en mí.

—No puedo ni quiero hacerlo porque eres muy hermosa Rose— Dirijo mis ojos hacia los de él lo que me hace notar la determinación en sus palabras. Y yo de inmediato le demuestro fastidio con mi expresión.

—Mejor cállate y date prisa en acabar que ya me quiero ir— bebo mi café con leche mientras lo veo sonreír embelesado haciendo que difuma mi atención de el para proceder a terminar poco tiempo después de comer. El pago en efectivo sobre la mesa finaliza aquella situación nefasta permitiéndome por fin retirarme en silencio hasta llegar seguida de David a su auto. Y cuando nuevamente el coche está en marcha reviso mi teléfono captando un mensaje de pocos minutos, pero frunzo el ceño al visualizar un nuevo número desconocido y sabiendo la verdad tras aquella falsa fachada me dispongo a leer vacilante su contenido.

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Where stories live. Discover now